Fuente: El Cronista ~ El cierre de comercios para evitar contagios de coronavirus, decretado por el Gobierno nacional, exceptuó a los locales que venden alimentos. Sin embargo y aunque las vinotecas no comercializan sólo bebidas, sino también productos gourmet, son obligadas a cerrar en muchas localidades del país, en función de la diversa interpretación del decreto que tienen los distintos municipios.
El dato no es menor, ya que hay 5000 locales de este tipo en el país, que sirven además a las pequeñas bodegas como canal, junto a los restaurantes (hoy cerrados) para llegar al consumidor. Por eso, la Cámara de Vinotecas y Afines (CAVA) elevará hoy un pedido Santiago Cafiero, jefe de Gabinete de Ministros, para que especifique que están exceptuadas del cierre, con el apoyo de la Corporación Vitivinícola (Coviar), el Fondo Vitivinícola, las cámaras del sector, Bodegas de Argentina y UVA y las entidades CAME, CAC y Fecoba.
«Todos los comercios de cercanía de alimentos pueden abrir; somos más de 5000 vinotecas y tiendas gourmet, muchas de las cuales estamos cerradas por la interpretación que hace cada municipio del decreto; muchas fiambrerías que venden vinos pueden abrir, porque están registradas como despensa o en el cartel dice ‘fiambrería’, según qué interpretan en cada lugar. No sólo nos afecta a nosotros; para el 70% de las bodegas, especialmente las chicas, restaurantes y vinotecas son sus canales de venta y hoy atraviesan graves problemas al no tener donde ofrecer sus productos», comentó Sergio David Cerro, presidente de CAVA.
Las distribuidoras de vinos, para apoyar a las vinotecas y en paralelo, generaron un documento para que cada comercio realice una gestión administrativa en su municipio para que no le impidan abrir, argumentando, además, que el vino es considerado «alimento».
Pero esto no es todo. En 50 municipios de ocho provincias se prohibió directamente la venta de alcohol en todos los canales, ya que consideran que su abuso puede conllevar a la violencia e impulsa la «sociabilidad» en momentos de aislamiento, algo que complica aún más al sector, que ya no puede vender en restaurantes, bares ni en muchas vinotecas. Las cámaras del sector reclaman que se anule esa prohibición, ya que el vino «nunca estuvo vinculado al abuso del alcohol, concentrándose desde siempre su consumo en el hogar, como parte integrante de nuestra hábitos culturales de alimentación». De hecho, ese fue uno de los reclamos que Bodegas de Argentina lanzó este martes públicamente.
En este escenario, algunas bodegas que ya comercializaban sus vinos online (aunque de modo incipiente) vieron crecer este canal, pero para nada compensan las pérdidas registradas en los tradicionales.
Bodegas Bianchi, que abrió su tienda en 2018, ya venía registrando un aumento online. «Sólo los 10 días de marzo de aislamiento obligatorio, las ventas online representaron el 46% de la facturación, el 47% del volumen y el 40% de los pedidos de un mes normal», explicó Josefina Artemisi, Digital Manager de Bodegas Bianchi. «Del 19 de marzo al 13 de abril, vendimos 20 veces más que en igual período de 2019 por el aislamiento, pero no compensa la caída de otros canales, es todavía muy minoritario», agregó.
«La venta por internet crece y ayuda, pero de ninguna manera reemplaza a las pérdidas que se registran por vinotecas, coincidió Ana Lovaglio, gerente de Marketing de Susano Balbo Wines.