Fuente: iProfesional – Un profesional argentino fue nominado por la publicación Wine Enthusiast por el trabajo que viene desarrollando al frente de dos bodegas orgánicas
Juan Pablo Murgia, enólogo de Bodega Otronia, en Chubut, y Bodega Argento, en Mendoza, ambas integrantes de Alejandro Bulgheroni Family Vineyards, ha sido nominado como «Enólogo del Año» por la revista especializada Wine Enthusiast, en el marco de los Wine Star Awards 2023. Cabe destacar que este premio reconoce y celebra la innovación de las personas y empresas que han contribuido significativamente al éxito del mundo del vino.
«El estar nominado entre tantos enólogos del mundo, es el resultado de un trabajo en equipo de hace muchos años. Es un orgullo y reafirma nuestra filosofía en la elaboración de vinos orgánicos y nuestro enfoque en desarrollar productos de alta calidad para liderar la vitivinicultura argentina sustentable» comentó Juan Pablo Murgia.
El enólogo agregó que, desde los inicios de Otronia y Argento, su misión y visión como proyecto estuvo movilizada por el espíritu de seguir dos principios fundamentales: la agroecología como forma de hacer viticultura, respetando el ecosistema y potenciando el perfil de los vinos a través de la fuerza natural de las fincas; y la viticultura de precisión.
Juan Pablo Murgia, enólogo de bodegas Argento y Otronia
Dos bodegas con foco orgánico y agroecológico
En la Argentina, este grupo ya está liderando el negocio del vino orgánico. Argento actualmente se constituye como el principal productor «verde» del país, con más de 3 millones de botellas anuales.
Cabe destacar que a fines de 2022, el equipo de enólogos e ingenieros agrónomos lanzó «MatrizViva«, un proyecto con el que buscarán pasar, para el año 2025, de las cerca de 350 hectáreas de viñedos orgánicos que poseen en Mendoza, a unas 650, a las que se suman las 51 hectáreas que trabajan en bodega Otronia, totalizando unas 700 hectáreas.
«Llevamos muchos años desarrollando prácticas agrícolas sustentables. Esta es una filosofía de trabajo, no es marketing«, afirmaba Murgia, en el marco del lanzamiento del proyecto MatrizViva, en la zona de Alto Agrelo, en Luján de Cuyo, Mendoza, donde se emplaza el viñedo «madre» de esta iniciativa, con cerca de 232 hectáreas trabajadas de manera totalmente orgánica.
Argento además posee otras cuatro fincas en Mendoza, que también irán incorporando más hectáreas libres de agroquímicos: las mismas se ubican en Maipú, Ugarteche y El Carrizal (ambos en Luján de Cuyo) y Altamira, en Valle de Uco.
«Hoy está comprobada la diferencia en calidad que se logra cuando se está en equilibrio con el medioambiente. Los aromas, los sabores y las texturas definen el carácter de los vinos. Nuestra filosofía es coexistir con el medioambiente y esto es lo que reflejaremos en el programa MatrizViva», completó el enólogo.
Otronia, en tanto, es un proyecto emplazado en la Patagonia extrema, más precisamente en Sarmiento, Chubut. Allí trabajan 51 hectáreas de viñedos de manera 100% orgánica. Cuentan con dos fincas, donde hay plantadas variedades como Chardonnay, Riesling, Pinot Grigio, Pinot Blanco, Torrontés, Gewürztraminer, Pinot Noir y Malbec.
«Esta es una filosofía de trabajo, no es marketing», afirmó Juan Pablo Murgia
Un dato clave es que Otronia es el proyecto más austral a nivel global. Para tener una buena referencia, hasta hace unos años, una bodega de Central Otago, en la parte sur de Nueva Zelanda, llamada Grasshopper Rock, había obtenido el récord del viñedo más austral del mundo, ubicándose en el paralelo 45º25’S.
Sin embargo, Otronia se ubica justo por debajo: en el paralelo 45º31’S. Una salvedad: en Chile está avanzando un proyecto en el paralelo 46º32’S, en la región de Aysén, un poco más al sur todavía. Pero por el momento es un proyecto experimental, desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de ese país. Lo mismo sucede con un proyecto de espumantes en Caleta Olivia, Santa Cruz, por debajo del paralelo 46º.
Por lo tanto, Otronia es por ahora el proyecto de vinos comerciales más austral del mundo. Y más datos hablan de lo extremo del lugar: los vientos pueden alcanzar los 100 kilómetros por hora (por eso usan mallas antigranizo en forma vertical) y los registros marcan que es el viñedo más frío de Argentina, con temperaturas de hasta -14° en invierno.
«El clima extremo debido a las bajas temperaturas, los fuertes vientos y la intensa luminosidad conducen a una expresión muy singular de esta variedad tan especial logrando un carácter frutal, complejo y elegante a través de un vino de características únicas. El suelo compuesto por rocas y arcillas, los vientos permanentes y el clima seco garantizan una producción de uva orgánica libre de enfermedades», resumió Juan Pablo.
Desde el inicio de sus actividades, el grupo lleva invertidos 76 millones de dólares, a los que habrá que sumar otros u$s8 millones del programa agrícola con foco en la sustentabilidad, llegando así a un desembolso global del orden de los u$s84 millones.