Villa Devoto: cuatro nuevos restaurantes imperdibles para conocer y comer muy bien

Fuente: Clarín Gourmet by Daniela GutierrezEn dos décadas, Devoto se convirtió en un polo gastronómico en constante evolución. Desde los 2000, su oferta culinaria crece con propuestas innovadoras que mantienen sus raíces tradicionales. Este año, surgieron nuevos restaurantes que mezclan historia y vanguardia, atrayendo tanto a vecinos como a visitantes.

La historia juega un papel fundamental en algunos de los nuevos locales que se han instalado en la zona. Un ejemplo de esto es el restaurante ubicado en una panadería de 120 años, que sigue cocinando en los hornos originales de la época, preservando una tradición centenaria. Este espacio, renovado para el siglo XXI, combina el respeto por el pasado con una cocina moderna que sorprende en cada plato. Otro proyecto emblemático es el restaurante emplazado en un ex convento de monjas, cuya mística aporta una experiencia única en cada visita.

Pero no todo en Devoto es historia: nuevas ideas también florecen, como las neo cantinas que han encontrado su lugar en el barrio. Estas propuestas ofrecen platos clásicos reversionados, dándoles un toque moderno sin perder la esencia de la cocina porteña de siempre. Así, Devoto se consolida como un distrito en constante evolución, donde tradición e innovación se encuentran y atraen.

Romesco

Romesco está escondido al final de la avenida Mosconi. Romesco está escondido al final de la avenida Mosconi.

Romesco es un nuevo restaurante escondido en Villa Devoto, ubicado sobre la Av. Mosconi, casi al final de la avenida, en una esquina tranquila cercana a las vías del tren. Este espacio íntimo y acogedor ofrece una experiencia gastronómica que combina vinos y tapeos con una propuesta que respeta los ingredientes naturales y poco intervenidos. La cocina tiene una marcada influencia española, pero con toques personales que permiten la fusión de estilos, siempre priorizando la calidad y el cuidado en cada preparación.

Juanjo Kelly, el chef principal y socio de Romesco, aporta a la propuesta su vasta experiencia internacional, adquirida en Tailandia, país que dejó una huella en su estilo culinario. Junto a él, Cristian Rosso, apasionado de la gastronomía en un rol más amateur, colaboró para darle vida a este sueño compartido. Cuando encontraron esta esquina alejada del bullicio de Devoto, supieron que era el lugar perfecto para plasmar su visión gastronómica, creando un ambiente cálido y relajado.La paella se destaca en Romesco. La paella se destaca en Romesco.

Entre los platos más destacados, las croquetas de jamón son un éxito indiscutido, con su cremosidad que rinde homenaje a un clásico de la cocina española ($ 7.500). La tortilla, minimalista en su composición, incluye solo papa, huevo, cebolla y aceite de trufa, y se sirve siempre babé ($ 13.500). Esta preparación simple pero deliciosa ha conquistado a los comensales.

Los platos principales no se quedan atrás, con la paella ($ 28.000) como una de las grandes protagonistas y las carnes seleccionadas de pastura ($ 42.000) llevándose los aplausos. Algunas de estas carnes son estacionadas para acentuar su sabor y textura, lo que resulta en una experiencia de sabor que no deja indiferente a nadie. Los postres siguen la misma línea: tradicionales con un toque único, como el flan de vainilla y azafrán ($ 7.500) o la torta fluida de yemas y chocolate blanco ($ 8.500).La torta de chocolate blanco de Romesco. La torta de chocolate blanco de Romesco.

Romesco es más que un restaurante, es el resultado del amor por la gastronomía de dos amigos que encontraron en Devoto el escenario perfecto para ofrecer una propuesta honesta y cuidada, donde cada plato tiene una razón de ser.

Romesco. Av. Mosconi 4283. Martes a sábados de 20 a 0 hs. Instagram: @romesco.devoto

Raíx

Bocado de langostino de Raíx. Foto: Martín Bonetto. Bocado de langostino de Raíx. Foto: Martín Bonetto.

El restaurante abrió a fines de julio y ocupa una histórica panadería que data de 1903. El local conserva sus hornos de leña originales de siete metros de diámetro, que alguna vez abastecieron de pan a gran parte de la ciudad. Julián Díaz, creador de lugares como Los Galgos y La Fuerza, decidió preservar la esencia del lugar, respetando su historia y su atmósfera.

La propuesta culinaria combina menú degustación y servicio a la carta. Hernán Sondereguer, el joven chef de 27 años, buscó romper con lo tradicional y ofrecer una experiencia flexible. Los «bocados», pequeñas porciones que pueden pedirse de a una o en grupos, permiten a los comensales explorar diferentes sabores.La panera de Raíx es protagonista de la experiencia. Foto: Martín Bonetto. La panera de Raíx es protagonista de la experiencia. Foto: Martín Bonetto.

El pan es una pieza clave en Raíx. A modo de homenaje, cada pan cuesta $ 2.500 o la panera completa $ 6.300. Entre los bocados, destacan opciones como el langostino a la parrilla con crema de coco y patacones ($ 3.200) o el brócoli a la parrilla con bearnesa de chimichurri ($ 2.300).

Para quienes buscan algo más contundente, las mollejas con crema de cebolla trufada ($7.900) y la entraña con puré de papa ahumada ($20.600) son ideales. El cordero braseado con hummus de porotos pallares ($28.000) es uno de los favoritos de la carta.Sirven granitas y helados caseros. Foto: Martín Bonetto. Sirven granitas y helados caseros. Foto: Martín Bonetto.

El menú de postres también sigue la lógica de bocados. Entre las opciones más tentadoras están el queso y dulce con helado de cuartirolo ($7.200) y la panna cotta con crema inglesa de matcha ($9.400). Raíx es un espacio donde la historia y la creatividad culinaria se unen.

Raíx. Asunción 4405, Villa Devoto. Martes a sábados de 20 a 0. Instagram: @raix.ba

Ávito

Ávito funciona en lo que fue un convento de monjas. Foto: Martín Bonetto. Ávito funciona en lo que fue un convento de monjas. Foto: Martín Bonetto.

Ávito busca rendir un homenaje al pasado de Villa Devoto. Ubicado a dos cuadras de la Plaza Arenales, abrió en agosto y ocupa el histórico convento Nuestra Señora de la Misericordia, donde funcionaron el geriátrico y la enfermería de las hermanas de la congregación. El espacio conserva detalles originales, como las baldosas centenarias de Savona, que se combinan con un diseño moderno y luminoso de techos altos, paredes blancas y carpintería negra.

El chef cordobés Julio Figueroa, con más de 20 años de trayectoria y experiencia en la gestión de locales gastronómicos, está detrás de Ávito. Para este, su primer proyecto en la Ciudad ha diseñado un menú donde la sencillez y el equilibrio entre lo tradicional y lo innovador son clave. La experiencia comienza con un espumante de cortesía y un pan brioche caliente, acompañado de un dip de zanahorias que prepara el paladar para lo que vendrá.

Entre las entradas, destaca una selección de quesos con miel de panal ($ 18.000), que incluye un queso de cabra proveniente de Alquería Santa Olalla, un proyecto cordobés pionero en su tipo. También sobresalen los barquillos norteños de cabrito ($ 8.500 la unidad), que combinan una masa de arroz reciclada con cabrito braseado, cilantro y limón, en sintonía con la cocina sin desperdicio que propone Figueroa.

Los platos principales incluyen delicias como un ojo de bife con hueso cocido en Kamado y terminado en parrilla, acompañado de milhojas y kétchup de ajíes fermentados ($ 33.000). Para los amantes de la pesca, el pez limón de Mar del Plata con salsa cítrica de ortigas ($ 21.500) es una opción fresca y sorprendente. También, unos ñoquis de ricota de cabra con parisienne de chocolate blanco y trufa negra ($ 19.500) recuerdan los sabores que podrían haber sido parte del menú del convento hace más de una década.Ávito es el primer proyecto en la Ciudad del chef cordobés, Julio Figueroa. Foto: Martín Bonetto. Ávito es el primer proyecto en la Ciudad del chef cordobés, Julio Figueroa. Foto: Martín Bonetto.

Los postres no se quedan atrás, con opciones como los pastelitos de sobrasada y provolone con dulce de zapallo y miel, o un cubanito de chocolate amargo con dátiles. La cava de vinos incluye 30 etiquetas sostenibles y la coctelería sigue una filosofía circular, reutilizando ingredientes tanto en tragos como en platos, en una experiencia completa que conecta pasado y presente.

Ávito. Pareja 3670, Devoto. Domingo, lunes y martes de 8 a 21 hs. Miércoles, jueves, viernes y sábado de 8 a 0 hs. Instagram: @avito.bistrocafe

Todo Brasas

En Todo Brasas el asado es protagonista. Foto: Constanza Niscovolos. En Todo Brasas el asado es protagonista. Foto: Constanza Niscovolos.

Todo Brasas, ubicado en una de las avenidas principales de Devoto, se ha convertido rápidamente en el lugar preferido para los fanáticos del asado. Inaugurado en mayo, este restaurante combina la tradición argentina con una técnica innovadora: la jaula de cocción, donde se cuelgan los costillares para asarse lentamente al fuego. El asado ventana, con solo las seis costillas del medio, es el protagonista del menú y garantiza una experiencia gastronómica única. La calidad y sabor de estas costillas han llevado al local a vender más de 60 costillares por semana.

El ambiente de Todo Brasas es ruidoso, vibrante y con un estilo industrial, reflejo de la cervecería que antes ocupaba el espacio. El patio alberga las jaulas de hierro, donde las llamas de quebracho blanco y espinillo cocinan los cortes a la vista de todos. Cada costilla se cocina por cuatro horas, logrando una carne tierna, jugosa y sabrosa que casi se corta sola. El costillar se sirve porcionado: una costilla es suficiente para una persona ($ 32.000), mientras que el vacío también es una opción destacada ($ 31.500).Las jaulas diseñadas para asar la carne. Foto: Constanza Niscovolos. Las jaulas diseñadas para asar la carne. Foto: Constanza Niscovolos.

El menú no se limita al costillar, ofrece otros cortes clásicos como la entraña ($ 16.500) y el bife de chorizo ($ 21.800), además de opciones de doble cocción como la bondiola ahumada y braseada con salsa gravy. Para los que buscan algo diferente, la picaña cocida al gancho es otra delicia recomendada ($ 32.000). Las guarniciones acompañan a la perfección, desde papas fritas ($ 4.000) hasta batatas con miel y tomillo ($ 4.800), junto con una clásica provoleta rellena ($ 8.300).

Entre las entradas, destaca la empanada frita rellena de carne asada, una explosión de sabor ($ 2.400). Y para los más golosos, el cierre dulce incluye postres tradicionales como el panqueque de dulce de leche ($ 4.850), el flan mixto ($4.450) o el cremoso de chocolate, ideal para compartir ($ 5.750). Todo Brasas logra captar la esencia del asado argentino, manteniendo la autenticidad y sumando técnicas que elevan cada plato.También sirven vacío y picaña. Foto: Constanza Niscovolos. También sirven vacío y picaña. Foto: Constanza Niscovolos.

Sin reservas, el restaurante se llena rápidamente. Las filas empiezan a formarse a las 21 horas, y los fines de semana la espera puede ser de hasta una hora y media. La paciencia es recompensada con un asado de primer nivel, que trae lo mejor del campo al corazón de Devoto, en un ambiente que celebra la pasión por la parrilla.

Todo brasas. Av. Beiró 5016, Devoto. Miércoles a domingos de 12 a 15:30 y de 19 a 0. Instagram: @todobrasasdevoto

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