Clarín ~ La comida es uno de los lenguajes por el cual se traslada la historia e identidad de un territorio. Los inmigrantes que llegaron al puerto de Buenos Aires desde una Italia cruzada por aromas y recetas instalaron su cultura gastronómica. La pizza, el fainá y el pesto son algunos de los platos preferidos por los argentinos.
Declarada de interés cultural por la Legislatura porteña, la séptima edición de la Semana de la Cocina italiana se celebró en la Usina del Arte, en el barrio de La Boca.
Allí se formaron largas filas de gente que esperaba recibir una porción de pizza al taglio, un vasito de helado o una copa de aperol spritz. Entre sfogliatelles (masa dulce hojaldrada), cannolis (masa enrollada con ricota), pasticciotti (postre de ricota o crema de huevo) y otras especialidades. Las familias degustaron distintas opciones.
El campeonato de pesto se llevó los aplausos de la fiesta. La salsa de larga tradición es muy utilizada en la gastronomía local. Presente en cantinas, bodegones y restaurantes, fue introducida por los inmigrantes genoveses.
“Este tipo de eventos permite dar a conocer la cultura del pesto, una salsa celebrada y querida por los argentinos. Es importante que se conozca la fórmula correcta para degustarlo”, explica Pietro Sorba, curador de la Semana de la Cocina Italiana, periodista y crítico enogastronómico.
Un jurado de nueve miembros, integrado por reconocidos profesionales de la gastronomía y expertos en cocina italiana, evaluó la técnica, organización y distribución, color, textura/machacado, aromas, consistencia, balance y sabor en el pesto de cada uno de los 15 participantes que fueron elegidos a través de las redes sociales. La mayoría era de Capital Federal, salvo dos que eran de Adrogué y La Matanza. Cada uno con su mortero de mármol y pilón de madera.
1, 2, 3… ya
Este año se redujo el número de concursantes para elevar la calidad del pesto. No es casual que gran parte del jurado esté integrado por mujeres. Según los expertos, perciben mejor los olores y tienen mayor sensibilidad. Tienen 45 minutos para recorrer las mesas de los participantes y aconsejarlos sobre el proceso de elaboración.
Los ingredientes son claves: albahaca de hoja chica, aceite de oliva extra virgen, piñones frescos, ajo, sal y quesos con distintos niveles de estacionamiento: grana padano, vacuno y pecorino, de oveja. “El buen pesto se logra con equilibrio. Ningún sabor debe sobresalir. Si tiene mucho perfume a ajo está mal hecho”, destaca Pietro.
Habemus resultado
El participante N° 6 se consagró como ganador de la competencia con un puntaje de 32,4. A sus 49 años, Lucio D’Imperio fue, por segunda vez consecutiva, elegido como el autor del mejor pesto genovés. Dejó nuevamente en el segundo puesto a Flavio Croce (28,75). El podio lo completó Nicolás Sánchez Segovia (24,6).
Hijo de inmigrantes europeos, madre genovesa y padre romano, D’Imperio creció en medio de una familia numerosa, entre sabores de la cultura italiana.
El pesto fue la primera receta que aprendió ¿Cómo se prepara? En el mortero se colocan gajos de ajo, piñones y granos de sal gruesa. Se machacan hasta lograr una pasta, se le agregan hojas de albahaca hasta que adquiera consistencia homogénea y luego, se tiran los quesos y de a poco el aceite de oliva.
“Se logra con buena textura. Tiene que ser cremoso, tener brillo y color verde vivo”, explica.
“La cocina es una pasión encontrada de grande”, subraya el publicista nacido en Núñez. Confiesa que este año se sintió más nervioso que el anterior por el compromiso que implicaba defender lo que mejor sabe hacer. Desde hace un año y medio comenzó su propio emprendimiento: fabricar pastas freezadas. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, parafrasea al célebre poeta español Antonio Machado.