Fuente: Clarín ~ Ituzaingó se adelantó por “el avance” de los contagios de coronavirus. También suspendió las colonias de verano. La situación en distritos vecinos.
Ante la preocupación por el aumento de casos de Coronavirus, el sector gastronómico es, una vez más, de los primeros en verse afectado. Desde el martes 5 de enero, los bares y restaurantes de Ituzaingó comenzaron a cerrar sus puertas a la medianoche por disposición municipal, mientras que en los distritos vecinos aún podían permanecer abiertos hasta las 3, algo que se da inclusive en corredores compartidos como el muy concurrido de la avenida Santa Rosa.
“Esta medida surge en el marco del preocupante y significativo aumento en los casos confirmados de Covid-19, con el objetivo de evitar un rebrote en el distrito, y en pos de cuidar la salud de la comunidad”, informaron desde la Comuna, donde detallaron que en diciembre se contabilizaron unos 2.200 contagios en el distrito, contra los alrededor de 500 de noviembre.
Además, aseguraron que se intensificarán los controles municipales con el objetivo de prevenir y evitar cualquier fiesta clandestina, sancionando a quienes infrinjan la medida con multas que van de los $200.000 a los $500.000.
Junto con la restricción horarias a los bares y restaurantes, el municipio de la zona Oeste también resolvió suspender las colonias de verano para niños, adolescentes y adultos mayores.
“Es muy duro porque cumplimos con todas las disposiciones, distancia, aire libre, barbijo, y esto nos mata porque a la gente en verano le gusta quedarse hasta tarde”, lamentó Jorge Bastonero, uno de los dueños de Palacio D´Or Bistró de Parque Leloir, un restaurante que abrió hace poco más de un mes en el salón de fiestas del mismo nombre con el objetivo de reinventarse y salir adelante ante la imposibilidad de hacer eventos.
Hace un mes, un salón de fiestas de Parque Leloir se reinventó como restaurante para poder reabrir: ahora lo alcanzan nuevas restricciones.
Por su parte, Eric Corvi de La Parrilla de Coco explicó que tendrán que “reacomodar los horarios” para que a las 12 am no queden clientes dentro del local. “La última entrada va a tener que ser a las 23.15 y le vamos a tener que explicar a la gente que el horario de cierre debe respetarse porque es una ordenanza”, señaló.
Por el momento, los Municipios vecinos no se sumaron a lo establecido por Ituzaingó, pero no descartan que próximamente haya nuevas restricciones en función de las disposiciones que determine el gobierno Provincial.
“Seguimos manejando horario hasta las 3 de la mañana en bares y restaurantes, con el aforo que marca el protocolo y utilizando el sistema de burbuja social. Estamos esperando que la provincia tome alguna determinación y actuar en conjunto” explicó Javier Fernández, director general de Fiscalización, Control y Habilitaciones de Hurlingham.
Los fines de semana hay fila y turnos para algunos bares de la concurrida avenida Santa Rosa, en el límite entre Ituzaingó y Castlera, en el municipio de Morón..
Como la nueva disposición horaria alcanza únicamente a Ituzaingó se dan situaciones de desigualdad en el mismo corredor gastronómico, como es el caso de la Avenida Santa Rosa, donde los locales que están en la vereda de Castelar pueden permanecer abiertos hasta más tarde por ser parte del Partido de Morón.
“Lo que estamos haciendo es intentar concientizar para que la población no se relaje, use barbijo, alcohol y respete el distanciamiento. Se hacen operativos en bares, pero es importante que haya cooperación porque si no, no hay operativo que alcance”, aseguraron desde ese municipio.
A las medidas sanitarias se suma una nueva restricción horaria, poir ahora sólo para Ituzaingó. Los distritos vecinos esperan definiciones de Provincia.
Esta noticia comenzó a preocupar a los gastronómicos de distritos vecinos que temen que se replique la medida o que, a futuro, se termine nuevamente en el cierre total de bares y restaurantes, como al comienzo de la cuarentena.
“Los gastronómicos no somos los culpables de lo que está pasando. Hay otras cosas que controlar, como las fiestas clandestinas y aglomeraciones en las plazas. Si nos vuelven a hacer cerrar sería un golpe fuertísimo para el sector y dejaría un montón de cierres definitivos y, por consiguiente, mucha gente sin trabajo”, dijo Claudio Cochiaralle, dueño del restaurante Maledetto de Ramos Mejía.
El rubro fue de los más afectados durante la cuarentena. Ante la imposibilidad de abrir tuvieron que adaptarse al principio a la modalidad de delivery y take away, que era el único modo en que podían trabajar, pero con los ingresos muchos no llegaban a cubrir ni los gastos fijos.
En septiembre algunos Municipios del Oeste, como Morón e Ituzaingó, empezaron a permitir las mesas en las veredas y después se fueron sumando el resto de los distritos tras varios reclamos.
Luego empezaron a sumarse de a poco los permisos para los patios internos y terrazas, y finalmente, para espacios cerrados con un aforo del 30% que es la normativa que está vigente actualmente.