Fuente: Cronista ~Uno de los principios que con los que el presidente del Racing Club de Avellaneda, Víctor Blanco (73), se rige en sus empresas es no enamorarse de un proyecto. “Creo que los negocios cumplen ciclos. Hay que ir innovando. Uno no se puede quedar con un negocio”, define quien, en su momento, no dudó para, de un día a otro, bajar persianas de emprendimientos gastronómicos que le habían dado sumas gratificaciones, como Cinema y La Madelaine, o devolverle a Cervecería y Maltería Quilmes la concesión del Patio Cervecero.
Volvió a hacerlo hace dos años: aprovechó la parálisis que vivió Puerto Madero durante las obras de construcción del Paseo del Bajo, para cerrar Bice, uno de los más emblemáticos establecimientos del polo de restaurants por excelencia de Buenos Aires. “Tener restaurantes de este nivel es muy costoso. Ya la gastronomía va a otro tipo de emprendimiento. La sociedad busca algo no tan acartonado. Eso lo deja para gente más grande”, justificaba la decisión.
Dueño del local, aprovechó ese paréntesis para renovar el espacio pero con marquesina nueva: negoció una franquicia con el Hard Rock Café. Ayer, fue la inauguración formal del que es el cuarto establecimiento de la cadena estadounidense en el país, que arribó a la Argentina en 1995, con su flag ship de Recoleta, sobre el Buenos Aires Design.
La inversión de Blanco y sus socios –nunca entra solo a un negocio; es otro de sus principios– en este proyecto se acerca a u$s 1 millón. Calculan una recuperación del desembolso en un plazo de cinco a seis años. El restaurante, de 450 metros cuadrados, tiene capacidad para 250 personas y generará 80 empleos. Como es de rigor, está decorado con memorabilia de músicos locales e internacionales. Entre los últimos, luce una chaqueta de cuero de Elvis Presley y la que Prince usó en «Purple Rain». El espacio tiene escenario para música en vivo, salón para eventos privados, bar con salida al exterior y dos terrazas con vista al río. Y, por supuesto, un Rock Shop, la tienda de souvenirs que, según el benchmark internacional, representa cerca del 40% de la facturación de un local standard.
Inicialmente, con el Hard Rock de Puerto Madero, Blanco apuntaba a, gracias al movimiento nocturno de la zona, seducir a un target más amplio –sobre todo, en edad– que los comensales habituales de Bice. Ahora, también, la apuesta es a capitalizar el arribo de turistas que, en el último año, impulsó la devaluación. El empresario proyecta una afluencia de 15.000 personas por mes.
Nacido en Galicia y criado en Barracas desde los 5 años, Blanco lleva cinco décadas en el rubro gastronómico. Gestionó nombres y lugares que fueron parte de la historia gastronómica de Buenos Aires: El Vesuvio, Petit París, La Banderita, Cinema, La Madelaine, Bice, El Patio Cervecero, Academia Della Pizza, La Esquina Carlos Gardel, Tango Porteño y los hoteles Crillón y Castelar –se los vendió a la española NH–, además del Savoy, del que es presidente.
En 2011, fue electo vicepresidente de Racing y asumió la conducción tras la renuncia de su titular, Roberto Molina, en 2013. Validado por los votos en diciembre de 2014, fue reelecto tres años después, por el 62% de los socios. Tiene mandato hasta fines de 2020.
Durante su gestión, Racing festejó dos títulos: Apertura 2014 y Superliga 2018/19, algo inaudito en La Academia durante cuatro décadas. Además, ganó el campeonato económico: de un club virtualmente quebrado –como tantas otras veces en su historia– pasó a uno que, según su último balance anual disponible, cerrado el 31 de agosto del año pasado, registró ingresos por $ 1789,82 millones –el doble que en el ejercicio previo–, con un superávit operativo de $ 696,79 millones y un resultado final positivo de $ 616,52 millones. Y tiene más de 70.000 socios, cifra record en sus 116 años de historia.