Fuente: La Nación ~ Está en el bohemio barrio Guemes desde hace una década. Se distingue por sus tragos y por la música en vivo.
Granizo, la película dirigida por Marcos Carnevale y protagonizada por Guillermo Francella, marcó récords insospechados en Netflix, no sólo fue la más vista en la Argentina sino que se convirtió en la segunda más vista en el ranking mundial de habla no inglesa. Filmada en Córdoba, recorre algunos lugares de la provincia y muestra un bar que es una suerte de “catedral” en Guemes, el barrio bohemio de la ciudad, “La Cova del Drac”.
“La Cova”, como le llaman los cordobeses, tiene su mayor atractivo en sus tragos y en el jazz en vivo que presenta. Matías Leanez, su dueño, asegura que el contacto con Francella fue muy agradable; apunta que el actor fue “muy respetuoso” con todos.
Miguel Flores, el meteorólogo que representa Francella, va al lugar cuando su hija le pide “espacio”. Es allí donde se encuentra por primera vez con el chamán, interpretado por el actor correntino Horacio “Chirola” Fernández.
Un Bodegón en el Güemes “de barrio”
En mayo de 2010 abrió el restobar que cada noche concentra a sus clientes habituales y suma visitantes locales y de paseo por la ciudad. Leanez dice a LA NACION que esa década “se vivió lenta y con mucho sacrificio”; él venía de ser parte de otro bar cordobés mítico, el “X”, que sigue estando en la Cañada.
“Bar de estudiantes, de coctelería -cuenta-. Había crecido mucho en los diez años que estuve y decidí, con otros socios, que queríamos un lugar que tuviera platos de bodegón, bien tradicional”. Claro que cuando desembarcaron en Güemes el barrio no era el polo gastronómico y nocturno que es hoy.
“Tenía más dejo de barrio; éramos unos pocos bares y los artesanos del paseo”, describe Leanez, quien estudió hotelería y gestión gastronómica y, aunque es un bartender con mucha experiencia, prefiere dejarle esa tarea a otros que -según él- “saben más”.
La barra de La Cova es uno de los rincones preferidos del local; tiene todo lo de las “tradicionales, de las viejas barras” pero también incorpora lo que el público va pidiendo y las tendencias externas imponen. Ofrecen unos 20 tragos “de autor” y, por supuesto, los clásicos. “Trabajamos de una manera global, tenemos lo que se puede pedir en cualquier parte del mundo y lo propio. El objetivo es que el cliente lo pueda disfrutar, que sea partícipe de la experiencia”, apunta Leanez.
Que la música elegida sea jazz -en todas sus variantes-, blues y música country fue una tendencia que se fue afianzando con el paso de los años. A esa propuesta le sumaron, con el tiempo, arte gráfica y pinturas.
Antes que el jazz, llegó el nombre que recuerda a un jazzroom clásico de Barcelona en los ‘60. Funcionaba en el sótano de la cafetería Drac Drug-Store. Hace unos 20 años cambió de nombre y de lugar. “No es que nos gustaba tanto el jazz, pero el nombre ganó la carrera y lo queremos mucho”, se sincera su dueño.
El público es muy variado, aunque en general es de más de 30 años y la música es un “gancho” fuerte: “Estamos identificados con un producto propio que afianzó mucho el vínculo cultural con el barrio. La curaduría la hacen músicos, así logramos coherencia en la programación”.
La historia de un bar de película
Granizo no es la primera película que tiene a La Cova como uno de sus escenarios. La esquina de Belgrano y Fructuoso Rivera ya figura en las bases de datos en los que las productoras eligen. Para la producción de Netflix, el equipo técnico estuvo antes y confirmó que era el “formato” que buscaban.
Hace unos cuatro años se grabaron allí escenas de Relaciones Públicas, una serie policial producida con Brasil y protagonizada por Jorge Marrale, Ricardo Bertone, Juan Gil Navarro y Liz Solari.
También, el espacio de la barra se usó en Pasional, un film producido entre la Argentina y Filipinas con la actriz filipina Andrea Torres y el actor argentino Marcelo Melingo.
“Para el lugar es importante estar en estas películas -reflexiona Leanez-. Imaginate que a Granizo la vieron unas 26 millones de personas… ni en cien años llegamos a toda esa gente. También es importante y lindo para nuestros clientes que ven a uno de sus bares favoritos en un film; les alegra ver a Francella en la misma silla o meso donde usualmente se sientan ellos”.