Fuente: Clarín ~ El coronavirus alteró el ritmo de vida del mundo. El aislamiento social, preventivo y obligatorio generó preocupación en varias personas que tienen sus comercios. Uno de los tantos sectores perjudicados son los bares y restaurantes gourmet, cuyo principal ingreso es la venta en salón. Por eso tuvieron que cerrar sus puertas. Ante esto, varios implementaron el servicio de delivery para hacerle frente a la pandemia. Pero al mismo tiempo debieron conservar la particularidad de sus productos. Es un desafío muy importante para sus dueños, porque la presentación ocupa un lugar fundamental en el estilo de estos lugares. Sus clientes están acostumbrados a este nivel y el objetivo es mantener la línea de siempre.
«La gran mayoría de los restaurantes gourmet están cerrados y no hacen delivery. Los que no contaban con el servicio no tiene sentido que lo sumen ahora, porque el posicionamiento lleva tiempo y no vendés. Nosotros tenemos un caso, el de Puerto Cristal, que se abrió al delivery. Pero a otros no les conviene seguir pagando costos enormes como la luz y el gas sólo con el servicio de entregas, que te sirve como un complemento a la venta directa en el salón», le explicó Ariel Amoroso, vocero de la Cámara de Restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires, a Clarín.
Karina Fernández, dueña de Puerto Cristal, con especialidad en pescados y mariscos, contó que pudo empezar con el servicio de delivery. Pero que lo hizo gracias a que tiene otro local en Monserrat, llamado Alameda, donde vende principalmente pizza y otras comidas, y donde ya ofrecía ese servicio.
«Usé la base de clientes de Puerto Cristal para adaptarlo al servicio de delivery. Estamos a 20 cuadras de la pizzería. Le ofrecemos a nuestros clientes pizzas, pescado y otro tipo de comidas. No tengo el plato detallado y delicado al que están acostumbrados mis clientes, porque en estas condiciones se desfigura el formato que ellos quieren», reconoció Fernández en diálogo con Clarín.
En el caso de Tres Monos Bar, en Palermo, brindan delivery a sus clientes desde el primer momento en el que se decretó la cuarentena obligatoria. Desde diciembre, según su dueño, Sebastián Atienza, ya tenían un sistema implementado de take away. ¿Cómo lo hacen? Embotellan cócteles para que la gente se pueda llevar y tomar en su casa. Lo único que tienen que hacer los clientes es sumarle un hielo a la bebida.
«Son tragos más elegantes que los que uno puede comprar en un supermercado. Empezamos a recibir pedidos vía Instagram y ahora nos vamos a sumar a Rappi. Ofrecemos 10 cócteles distintos, que son los que pueden llegar en buenas condiciones a tu casa. Hay muchos ingredientes que se usan en la coctelería que no son recomendables para mandar vía delivery. Los tragos salen en unas botellitas de 125 mililitros, se empacan al vacío y después en una bolsa de papel madera. De esta manera llegan en buen estado y sin manoseo», explicó Atienza.
Otro local que sumó el servicio de delivery a su restaurant fue Osaka, que ofrece fusión de comida japonesa y peruana. El local está en Palermo. Al principio, al delivery lo hacía su propio dueño, Agustín Latorre, y los mozos que querían sumarse. Ahora ya tienen contratada una red de taxis para repartir.
«Trabajamos con una carta reducida. Hay platos que no se pueden enviar, como el omakase, que es una creación del chef en el momento. Tampoco podemos mandar platos calientes y los postres, que tienen una presentación muy exclusiva. Decidimos no entregarlos para que no se pierda la integridad del producto. Vendemos platos de alta calidad, adaptables para poder enviarlos por delivery y que lleguen al cliente para que los disfrute como si estuviera en el restaurant», explicó Latorre.
Además, explica otro inconveniente: «Nosotros trabajamos con productos del día, con pesca fresca que se hace difícil de conseguir debido al transporte. Por eso, algunos platos pueden variar según el día».
Quotidiano, una cadena de restaurantes que tiene tres sucursales en Capital, también decidió comenzar con la entrega de sus comidas a los domicilios de sus clientes. Ellos cocinan pastas especiales hechas a mano y sándwiches. Sus dueños contaron que no tenían pensado hacer delivery, pero se transformó en una necesidad para subsistir ante la imposibilidad de abrir sus locales.
En el mismo sentido, el restaurant Dandy, se sumó a la modalidad en dos de sus sucursales: Dandy Grill (Palermo), donde la especialidad son las carnes, y Dandy Dely (Recoleta), en el que se enfocan más en sándwiches, hamburguesas y licuados, entre otros. En un principio no lo hicieron por una cuestión de cuidado de los empleados y de la gente. Pero como la cuarentena se extendió, tomó la iniciativa de comenzar con el delivery, con un empaque diseñado especialmente y con una carta reducida. Es una estrategia para mantener el negocio funcionando y sostener las fuentes de trabajo y llegar al cliente con el producto.
Cada comerciante se las rebuscó para poder salir al mercado con la misma originalidad que lo hacía anteriormente. No obstante, las casas de comida rápida, por ejemplo, si bien sufren pérdidas por no abrir sus salones, ya tienen un sistema de delivery establecido y les es un poco más sencillo readaptarse a este nuevo escenario. Además, cuentan con una complicación menos que es que no necesariamente tienen que empaquetar de manera exótica a sus productos.
Uno de estos locales es el de Deniro, que tiene alrededor de 30 puntos de venta en Buenos Aires y el jueves comenzó a repartir sus hamburguesas de entraña por primera vez en lo que va del confinamiento. Según su dueño, Esteban Siderakis, esperaron a este momento para poder organizarse con los números de WhatsApp. Por ese medio los clientes harán sus pedidos y, también, a través de la aplicación Deniro, que se descarga por Play Store.
«Teníamos que ver cómo lo encarábamos desde el personal, las compras, el stock y los pedidos. Ahora la idea es dar servicio de delivery. Es un menú acotado de seis hamburguesas, que son las más vendidas de las 15 que ofrecemos normalmente. Lo hacemos con la mitad del personal y en un horario reducido. Por el momento abrimos a la noche, todos los días. Tenemos un protocolo de sanidad para hacer las entregas y le tomamos la temperatura al personal antes de que ingrese», reveló. Además, anunció: «Parte de las ventas se van a destinar a llevar hamburguesas a un centro de salud por semana».