Fuente: PuntoBiz ~ Es un clásico ya de Santa Fe y Corrientes. Plantó bandera hace 16 años y supo fidelizar clientes con sus minutas y menús ejecutivos. Antes de la pandemia tenían en mente renovarse, pero entendieron que no era el momento. Ahora con un centro en franco deterioro y por la poca circulación de gente en ese corredor bancario, la idea es devolverle el esplendor a la esquina y apostar por una impronta más moderna con el sello siempre de Caprese.
El local está en obras desde el 22 de agosto y la reapertura la planearon para el próximo 11 de septiembre. El cambio es grande y trabajan a contrarreloj para cortar cintas en la fecha prevista. Tiraron abajo paredes internas, construyeron una nueva barra desde cero y levantaron todo el piso.
“Hicimos una barra más moderna, con madera y luces led, y cambiamos los pisos de baldosas por otros de madera, además de algunas otras modificaciones estructurales. Queremos darle toda esa onda que viene ahora con la calidez de la madera, el acero y las plantas, que es muy distinto a lo que se usaba antes”, refirió a Punto biz Analía Osorio, quien desde la apertura en 2005 administra Caprese junto a su marido Diego Farsaci.
Previo a tomar en los albores del nuevo milenio las riendas del negocio, Analía y Diego habían vivido siete años en España. La vuelta a Rosario vino de la mano del empuje traído del norte y se cristalizó después con la inauguración del resto bar. “Vinimos de ahí con un montón de ideas. En su momento, la apertura causó un furor muy grande no sólo por la comida y nuestra impronta, sino también por el sistema de trabajo”, confió Osorio. Y ahora la idea es darle nuevos bríos para “volver a causar furor”, lo que incluirá además modificaciones en el menú.
“No queremos ser parte de esta pospandemia en la que se vino todo abajo, queremos un lugar nuevo. Nosotros tenemos un trato muy personalizado con la gente y mucha clientela fija que nos sigue y que va a seguir viniendo, pero también nos gustaría captar otro público», detalló. Y agregó: «Vimos que se ha muerto mucho la tarde en esta parte del microcentro y nos gustaría recuperar el cafecito. Queremos dejar de ser un bar tradicional de minutas –siempre van a estar en la carta– y sumar otras propuestas como, por ejemplo, un menú vegetariano”.
Por el momento no contemplan ampliación, pero está en los papeles si algún día llegara a ponerse en venta algún inmueble vecino. La capacidad que tienen actualmente es para 85 cubiertos y lo que también mantendrán será el formato y la estética de las letras de Caprese, que después de casi veinte años ya son una marca registrada del lugar. “La tipografía no se va a modificar porque es un poco lo que nos identifica”, sostuvo Osorio.