Una de las herramientas más potentes con que cuenta el Gobierno para ayudar a las empresas en dificultades son los REPRO (Programa de Recuperación Productiva) mediante el cual el Estado brinda un subsidio a los salarios de los empleados de empresas que se declaren dificultades para cumplir con sus compromisos.
“A los primeros que vamos a ayudar son los más golpeados, los que sintieron con mayor intensidad la crisis”, comentaron a Ámbito fuentes oficiales. Si bien reconocen que todavía falta el detalle fino de las medidas, ya se sabe que tendrá el nombre de ATP, por Asistencia al Trabajo y a la Producción.
Entre los sectores más afectados por la parálisis de actividades determinada por la pandemia se encuentran la gastronomía, los hoteles, los espectáculos y, entre otros, infinidad de pequeños comercios de proximidad que no fueron considerados esenciales y que por lo tanto se vieron forzados a cerrar durante la cuarentena, es decir vieron prácticamente desaparecer su facturación.
Para una segunda etapa el Gobierno prevé ampliar la asistencia a los sectores considerados críticos, como por ejemplo las estaciones de servicio o los medios de comunicación, pero en esta instancia “nos preocupan particularmente los negocios chicos que se han visto obligados a bajar la persiana”, precisan los funcionarios.
La intención oficial –anticipan– es simplificar el acceso a los REPRO, evitando trámites largos y complejos. Al respecto, se está trabajando para que las empresas afectadas puedan acceder rápidamente al subsidio de los salarios mediante una carga de datos en la AFIP a partir de la clave única de identificación tributaria (CUIT). Así, en la base de datos del organismo recaudador será sencillo determinar si tuvieron facturación o no –es decir una detección rápida del problema– como así también la cantidad de empleados, habilitando en consecuencia los REPRO.
La simplificación de los trámites es una acción que se viene demandando desde las entidades empresarias ya que, afirman, antes era engorrosa la gestión de la ayuda. También los empresarios esperan ver el alcance de la reglamentación ya que hoy distintos sectores mano de obra intensiva, como los servicios de comedores, no califican para lograr esta ayuda estatal.
Para gran cantidad de empresas la rápida implementación de este subsidio estatal es clave ya que, sostienen, por la caída en la facturación están, teniendo serias dificultades para hacer frente a los salarios. En este sentido, argumentan que las líneas de crédito impulsadas por el Gobierno a la tasa preferencial de 24% anual para financiar los sueldos, no están llegando a las empresas por la lentitud con que están operando los bancos y por la falta de garantías que pueden ofrecer quienes se acercan a pedir préstamos. Es más este punto junto con los REPRO fueron dos aspectos que tanto la Cámara Argentina de Comercio como la Unión Industrial le comentaron al presidente Alberto Fernández el viernes último en Olivos. Es más, el propio ministro de Producción, Matías Kulfas, acusó públicamente la falta de colaboración de los bancos en facilitar el acceso a los préstamos para pagar salarios.
Cabe recordar que recientemente, mediante el decreto de necesidad y urgencia 332, el Gobierno estableció una escala para la asistencia que brinda, a través de la ANSES, a las empresas que enfrentan problemas para pagar los salarios, según la cantidad de empleados.
Así, hasta 25 trabajadores, el Estado se hace cargo del neto del salario con un máximo de un salario mínimo por cada trabajador (hoy representa $16.875). Para las firmas que cuentan entre 26 y 60 trabajadores, el subsidio tiene un máximo equivalente al 75% del salario por cada trabajador ($ 12.656,25). Finalmente, para las de 61 a 100 trabajadores, se hace cargo del salario neto con un máximo equivalente al 50% por cada trabajador ($8.437,50).