Siete increíbles restaurantes para comer la mejor pasta italiana en Buenos Aires

Fuente: IProfesional – Versátiles, fáciles de hacer, de precio accesible y aptas para todos los paladares, la pasta es uno de los platos preferidos por los argentinos.

Pocos productos tienen tantas virtudes como las pastas: versátiles, fáciles de hacer, de precio accesible y aptas para todos los paladares. Sin embargo, a la hora de salir a comer quedan relegadas ante otros platos, justamente por las mismas razones que llevan a elegirlas en otro contexto, como en la cocina hogareña.

Aquí un listado de siete restaurantes en los que bien vale la pena detenerse ante un plato humeante de pastas.

Mondongo & Coliflor

Como buena cantina de barrio que se precie, en esta esquina de Parque Chacabuco no faltan las pastas; este clásico convive con otros como milanesas a la napolitana (merecedoras de participar en cualquier ranking que liste las mejores de la ciudad), tortillas y buñuelos, entre más opciones.

La masa nace de una receta propia de su chef, Quique Yafuso, y combina huevos, yemas, harina, sémola y, en el caso de las pastas verdes, espinaca. Como es una cantina nada de nombres y formas rebuscadas, aquí hay tallarines, ñoquis, ravioles y sorrentinos, el plato más pedido de la casa.

Para rendir tributo al nombre del local, los rellenan de coliflor, portobellos y queso gouda. Ideal acompañarlos de una salsa suave, como fileto, para que el relleno exprese todo su esplendor. Solo basta probarlos para entender por qué es el plato más pedido de la carta. Del Barco Centenera 1698, Parque Chacabuco.

L’adesso

Si de pastas se trata, nada mejor que ir a un restaurant comandado por un chef italiano, como L’adesso, donde Leonardo Fumarola, oriundo de La Puglia, ofrece un recorrido por la vera pasta de su país. Para elaborarlas usa ingredientes made in Italy, como la sémola de la masa, los quesos de los rellenos y tomates Divella para la salsa.

La gran apuesta hoy pasa por rescatar las raíces de la vera pasta italiana

Se recomienda probar los cavatelli con brasciole (Il Piatto Di Nonna Elisa), una pasta fresca y corta con «arrolladito» de carne, queso y salsa de tomate; y los pappardelle di Castagne, con ragu’ di cinghiale e mirtilli, la masa está elaborada con harina de castañas y se sirve con un ragú de jabalí y arándanos.

L’adesso queda en Palermo, pero si no fuera por la dirección nadie lo sospecharía. Es que el ambiente es super relajado y cuenta con un patio al aire libre que funciona como un oasis en el caos gastronómico del barrio. Fray Justo Santa María de Oro 2047, Palermo.

La Tratto de Biasatti

Milton Bertoni respira pasta desde que tiene memoria. Su abuela María, oriunda de la zona del Friuli, le transmitió el amor por este plato que preparaba con manos enharinadas y mucha paciencia. Decidido a ser chef, trabajó en Italpast y Roux, entre otros restaurantes, y en 2020 abrió Biasatti junto a su pareja, la también cocinera Stefanía Langford.

La recepción fue tan buena que la fábrica de pastas creció y el año pasado sumó una pequeña trattoria. La masa aquí es bien italiana, se hace con sémola de grano duro de exportación y huevos de campo, por eso nunca cae pesada, a diferencia de lo que sucede con la harina de trigo, que es difícil de digerir.

Los ravioli de cordero braseado son imperdibles, preparar el relleno lleva 8 horas de cocción, se salsean en su fondo de cocción con crema ácida. Otros recomendados: lasagna bolognesa, con bechamel, pomodoro y parmesano; y pappardelle testurate, cortados a mano, con pesto de arvejas, albahaca, limón, menta y parmesano.

Un salón acogedor, con una vibra bien familiar, más domingo no se consigue. Ciudad de La Paz 1917, Belgrano.

Las pastas son más accesibles para el bolsillo del consumidor, por eso abrieron varios lugares durante la pandemia

Cantina

Si la idea es comer pastas, pero en un ambiente más arriba, fuera del bodegón barrial, Cantina, en el nuevo hotel Casa Lucía, se alza como la elección perfecta. La propuesta del restaurant se basa en explorar la cocina porteña a través de platos clásicos de nuestro patrimonio culinario, poniendo mucho énfasis en la calidad del producto y en las ejecuciones perfectas.

Para arrancar con un perfil italo argentino, se puede optar por la burrata que viene con faina, tomates asados y pesto o la provoleta con focaccia y morrones asados.

Entre las pastas, se destaca un imperdible orecchiette con crema de hongos y trufa, puro humami que invita a comer más y más. Otra opción sabrosa y suculenta, son los tagliatelle al huevo con ragout de ossobuco.

Comandado por el chef Julián Del Pino, Cantina ofrece una cocina honesta, sin ostentación desde la técnica, pero al estar en un hotel cinco estrellas garantiza un servicio donde nada está librado al azar: el vino se sirve a temperatura, la calidad de la panera es excelente, los camareros están siempre atentos, etc. 

Además, se puede prolongar la velada en Le Club Bacán, el bar del hotel que funciona a unos pocos metros de allí. Un plan perfecto para disfrutar de excelente gastronomía y sentirse de vacaciones sin salir de la ciudad. Arroyo 841, Recoleta.

Il Giardino Terraza Romagnoli

Disfrutar de unas ricas pastas en un rooftop diferente, así se resume la propuesta de Il Giardino. Ubicado en la recova, la terraza cuenta con domos privados, con mesas para dos, cuatro o seis personas.

Las pastas caseras ocupan un lugar de privilegio en el menú, ofrecen nueve opciones entre rellenas y simples. Se destacan los casareche con hongos porcini, los spaguetti guitarrita al tartufo con manteca trufada y trufas fileteadas, y el clásico pennette al fileto con salsa arrabiata.

En Il Giardino, además, hay otros ingredientes que le agregan un plus a la visita; los fines de semana suena música en vivo a cargo de diferentes DJs, y también hacen noches temáticas, como los miércoles, cuando una tarotista recorre las mesas para tirarle las cartas a los comensales. Posadas 1017, Recoleta.

Para la elaboración de pastas de calidad, lo top es la sémola de grano duro, un producto poco visto en la Argentina

Sottovoce

Sottovoce tiene bien ganado el lugar de clásico en el mapa porteño gastronómico, por eso fue incuido en la Guía Michelin. La pasta acá se elabora a mano, sin máquinas, utilizan sémola dura de trigo candeal y huevos orgánicos.

«Lo simple tiene complejidad, hay que lograr con dos ingredientes una buena masa, eso tiene que ver con el punto de amasado, el punto exacto de hidratación, todo eso se consigue con la utilización correcta de ingredientes de calidad y con mucho expertise», señala Gastón Caretti, director Gastronómico de Sottovoce.

La variedad de pastas es amplia, los tres platos más pedidos son rotolo alla bolognese, spaghettis con langostinos y malfatti de ricota y espinaca gratinado, tres delicias. También ofrecen otras especialidades de la cocina italiana muy difíciles de encontrar en otros lugares, como sesos alla siciliana.

El servicio sigue la misma línea que manejan en la cocina, clásico y noble. Los camareros son atentos, amables y saben recomendar. Av. del Libertador 1098, Retiro.

Benedetta

A poco más de un año de abierto, Benedetta ya ganó una mención en la prestigiosa Guía Michelin. Es que en este restaurant, que funciona del desayuno a la cena, trabajan con mucha consciencia sobre el producto y la elaboración. Con una propuesta basada en la confort food, las pastas se destacan por el uso de rellenos estacionales.

«Tenemos una carta que en su 70% usa vegetales, por eso tratamos de llevar las pastas hacia ese lado y vamos rotando la oferta cada dos meses», señala Gabriel Di Biteto, uno de los jefes de Cocina.

El cocinero Martín Bizzo las elabora de forma manual, una a una, con sémola de trigo duro. Por estos días, se lucen los ravioles de cabutia y almendras tostadas, que salen acompañados con una salsa de un azafrán, especia que mandan a traer desde Córdoba; y los agnolottis plin, rellenos de portobelos frescos con crema de puerros y cibullete.

Como bonus track, todos los 29 ofrecen una versión diferente de ñoquis. Demaría 4709, Palermo.

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