Fuente: Marie Claire ~ La medida (ya que estamos hablando de cocina) parece por demás inmensa: cinco mil años de historia. Algún añito más o menos (licencia permitida de cada receta), ese es el período que decidió abarcar la historiadora británica Rachel Laudan en su flamante libro Gastronomía e imperio, editado acá por Fondo de Cultura Económica.
Sí, se trata de una empresa muy ambiciosa y la investigadora lo admite enseguida. Además, avisa que para su enfoque, el análisis de ingredientes, técnicas, platos, alimentos y costumbres no puede estar jamás escindido de la dimensión política y económica de cada período.
Algunas conclusiones
Se trata así, de una historia global, tanto de la comida (mejor dicho, cocina) como del “mundo”, analizando a lo largo de casi 600 páginas la gastronomía de imperios como el romano, el mongol, el otomano, el británico y muchos más.
El periodista y escritor Flavio Lo Presti (que charló con la propia Laudan en la presentación virtual del libro), lo djo claramente en el artículo que acompañó esa presentación: “La historia que cuenta Laudan hilvana variantes de un mismo resultado, hombres ricos comiendo comidas exquisitas y procurando la paz en base a una administración cínica del alimento de los pobres y hombres pobres sobreviviendo en base a alimentos de pésima calidad”.
Y esa suerte de conclusión le da pie a destacar otro sorprendente “hallazgo” de la investigación: la impugnación al “consenso humanista” de que la comercialización masiva y las grandes corporaciones de alimentos son el diablo de esta era.
En palabras de Laudan: “Este consenso se apuntala a partir de la narrativa agrícola-romántica sobre la historia culinaria, ahora vinculada con la domesticidad y el nacionalismo. Repetida una y otra vez en recetarios, artículos de revistas, crónicas de viaje y periódicos, relata cómo la exuberancia de la tierra, fresca, natural y saludable, tras ser amorosamente preparada por mujeres campesinas, se refinó en las ciudades para convertirse en la cocina de la región o la nación. Es la más reciente de una serie de historias que toda sociedad se ha contado a sí misma sobre los orígenes y la evolución del acto de cocinar. Se trata, desde luego, de un mito”.
Sobre eso, y muchísimo más, trata entonces Gastronomía e imperio.