Revivieron la receta de una clásica bebida y buscan llevarla al mercado internacional

Fuente: La Nación – Tras la pandemia y el fin de la época dorada de la cerveza artesanal, Christian O’Farrell, Tomás Kelly y Martín Tripodi se reinventaron; su receta para el lanzamiento de una nueva marca de vermú.

La pandemia, el fin de la época dorada de la cerveza artesanal y los cambios en los hábitos de consumo configuraron un escenario en el que Christian O’Farrell y Martín Tripodi, de la mano de Tomás Kelly, encontraron la receta para reinventarse. Leyeron el mercado y salieron con un clásico producto reversionado, que hoy gana cada vez más lugar entre consumidores de todas las edades.

Christian O’Farrell y Martín Tripodi se unieron en 2010 para levantar una pequeña fábrica de cerveza artesanal, a la que le siguió un bar en el barrio porteño de Villa Crespo. Posteriormente, en 2019, comenzaron a hacer las primeras pruebas de vermú. Y dos años después, Tomás Kelly se unió al proyecto, con un claro recorrido por la industria gastronómica.

“Durante la pandemia, todos pensamos mil ideas. Cuando se flexibilizaron las restricciones, a inicios de 2021, le compartí a Christian una oportunidad de negocio: llevar bebidas a granel, que no fueran cervezas, al sector gastronómico. Mi primera sugerencia fue limonada, pero de rebote me plantearon vermú dado que ellos ya estaban incursionando en él. Ese fue el germen de nuestra marca de vermú, Vecino. A finales de ese año, decidimos enfocarnos exclusivamente en ello”, explicó Kelly.

Kelly:  “Nosotros queríamos ir a lo clásico, al tradicional vermú italiano que está tan arraigado"
Kelly: “Nosotros queríamos ir a lo clásico, al tradicional vermú italiano que está tan arraigado»

El 2022, período clave de repunte para el mundo gastronómico, fue para los emprendedores el año de alquimia y de creación. “Con la intención de reinventarnos y de levantar el negocio en la pospandemia, empezamos a hacer distintas pruebas”, señaló O’Farrell. Y en ese marco, cada uno asumió un rol: Tripodi pasaba horas en la fábrica, ajustando la receta, infusionando distintos tipos de vino con hierbas, cambiando proporciones y gramajes; O’Farrell permanecía sentado frente a su computadora, probando formas, colores y tipografías, buscando la etiqueta ideal; y Kelly se encargó de calibrar la maquinaria y la red logística, para bajar los sueños a hechos. En 2023, ya aprobado y catado por consumidores y profesionales de la industria, Vecino salió al mercado en la presentación de botella de 750ml.

Un mercado romántico y en crecimiento

En los últimos años, a nivel global y local, el mercado del vermú comenzó a registrar un marcado crecimiento. “En la industria gastronómica, y particularmente en la de bebidas, suelen verse corrientes que reviven lo folclórico del pasado”, señaló Tripodi. Y añadió: “Hace un tiempo, las cervecerías comenzaron a competir con los wine bar y luego también con las vermuterías. Hay una cuestión de arraigo: el vermú está atado a la familia y todos tenemos el recuerdo del aperitivo previo a la cena familiar o a un asado”.

De acuerdo con Tripodi, la tendencia se da en el marco de un giro en el consumo hacia los ingredientes naturales y las bebidas con menos graduación alcohólicas. “El mundo del fernet incluso está virando hacia el vermú, porque es una bebida con mucho botánico. Esto habilita a una amplia variedad y hace que no haya dos vermú iguales”, resaltó.

Según los datos más recientes de International Wine and Spirits Report, en 2022, la categoría registró el quinto año consecutivo de crecimiento a nivel mundial. En tanto, en 2023 y en el plano local, el negocio registró una suba interanual del 47%, según la consultora de mercado Scentia.

Una receta con identidad

“Si bien la base del vermú es el vino, modificado con ajenjo – una hierba aromática que predomina y que le da la función aperitiva- es también posible cambiar la base de vino y los demás botánicos”, explicó Tripodi. Y aclaró: “Nosotros queríamos ir a lo clásico, al tradicional vermú italiano que está tan arraigado y es elaborado a base de vino blanco, con 16% de alcohol y 150 gramos de azúcar por litro. Sin embargo, nosotros logramos incluso bajar el porcentaje de azúcar mediante la incorporación de caramelo quemado, y obtuvimos un balance entre lo dulce y lo amargo, y la acidez del vino: esa es la clave del vermú”.

A partir de 2022, cuando Kelly se mudó a Mendoza, comenzaron a incorporar vinos locales a granel, lo que les permitió jugar de forma más profunda con las pruebas. Y a lo largo de ese año, fueron ajustando la receta: primero, arrancaron con una base de vino tinto y luego se volcaron hacia el blanco, hasta que llegaron al producto que buscaban y se plantearon el siguiente paso: “Salir del garaje y armar la empresa”.

Tomás Kelly, Martín Tripodi y Christian O’Farrell
Tomás Kelly, Martín Tripodi y Christian O’Farrell

Este primer producto, elaborado con cepas criollas de uvas blancas, caramelo tostado y un blend de botánicos seleccionados, se caracteriza por un sabor aromático y especiado, con un final equilibrado, clásico y refrescante, según explicaron. A corto plazo, además, prevén la incorporación de otras variantes de la familia.

Salto de producción

Alcanzado este nuevo producto, O’Farrell y Tripodi decidieron darle un cierre a su emprendimiento de cerveza artesanal y al bar, a fin de concentrar las energías. “Leímos el mercado, lo que estaba pasando con la cerveza y la gastronomía, y decidimos dedicarle todo el tiempo y el corazón a este proyecto”, saltó Tripodi.

Para dar un salto en la producción, los emprendedores entendieron que requerían de otro apoyo. “Buscamos a quien pudiera asumir la producción y en 2023 comenzamos a trabajar con una de las principales destilerías de Mendoza, que lo elabora a partir de nuestra receta y nuestros procedimientos”, indicó Kelly. Y añadió: “Empezamos con lotes de alrededor de 1000 litros y lo fuimos duplicando, para llegar a un punto de equilibrio con lotes de 10.000 botellas. Hay dos vías para crecer: mediante la búsqueda de capital o a través de capital propio. Nosotros apuntamos a esta segunda forma; todo lo que obtenemos va a reinversión”.

Una cadena de comercialización

Actualmente, Vecino está disponible en más de 120 lugares del país, y tiene como principales plazas a Buenos Aires, a Mendoza y a Córdoba. Está disponible en bares, restaurantes y vinotecas, y llega también al consumidor final a través de su sitio de e-commerce.

Para los emprendedores, el plan de negocio consta de dos etapas: posicionar la marca y pisar fuerte en la Argentina; para luego cruzar las fronteras y aterrizar en otros países. “Queremos abrir nuestro canal de exportación, mediante distribuidores. Eso ya está encaminado. El mercado más cercano es Chile”, precisó Tripodi.

Una marca y un diseño

Cuando el producto estaba a punto de convertirse en una realidad, se les planteó un interrogante: cómo llamarlo. “Entre idas y vueltas, definimos la marca Vecino. Es una palabra que trasciende fronteras y que usamos en todos los países de América del Sur; que tiene una connotación positiva, de alguien cercano y de confianza. Además, nos permitirá jugar con la “v”, también de vermú y de vino”, explicó O’Farrell.

Apoyado en su experiencia como diseñador gráfico, se puso detrás de la estética y de la etiqueta. “Hoy, muchos ponderan el diseño de nuestras cajas. y algunas vinotecas las utilizan para decorar el lugar. La etiqueta tiene la ilustración de un paisaje ideal, de un cerro en Luján de Cuyo, donde está emplazada hoy la empresa; y abrimos la paleta con un color distintivo: un rosado colonial, asociado a la Patria y a la Casa Rosada. Además, en términos generales, se trata de una estética venida de antaño. En todos los sentidos, logramos un producto clásico pero aggiornado”, resaltó.

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