Fuente: La Nación ~ Se trata de la primera manifestación pública de queja desde el sector productivo local frente a una temida extensión del confinamiento
Propietarios de restaurantes, bares, confiterías y cervecerías locales anticiparon que el próximo 31, cuando deje de regir el DNU que por diez días extremó medidas de aislamiento social en casi todo el país, volverán a abrir sus puertas aun cuando el Gobierno podría extender esas condiciones por la suba en cantidad de contagios de coronavirus que tiene el distrito.
La advertencia llegó en formato de comunicado firmado por directivos de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) de Mar del Plata titulado “Sin trabajo no hay futuro para ningún país. Sin empresas no hay empleo. Sin producción no hay sistema de salud sostenible”.
Es esta la primera manifestación pública de queja desde el sector productivo local frente a una temida extensión del confinamiento que, en principio, debería tener primer punto final el próximo 30.
“Solo trabajando dignamente se puede sacar un país adelante”, remarcan desde el sector que acusa cierres y caída de empleo durante los últimos meses, cada vez con horarios más recortados para atender a la clientela. Ahora, desde el pasado sábado, solo en formatos de “take away” y delivery.
El partido de General Pueyrredon, según consta en el DNU firmado el pasado viernes por el presidente Alberto Fernández, quedó encuadrado entre los considerados en “alarma epidemiológica y sanitaria”.
Este fin de semana el secretario de Producción de la comuna, Fernando Muro, en redes sociales acusó al Gobierno de “cambiar las reglas de juego” ya que, hasta la semana pasada, para alcanzar aquella condición sanitaria se requería una determinada acumulación de casos positivos de Covid en un corto período y alto nivel de ocupación de camas de terapia intensiva. Ahora alcanza solo con cumplir uno de ellos, que es el caso de este municipio.
Casos promedio
Mar del Plata tiene por estos días un promedio diario por encima de los 400 nuevos pacientes en tratamiento por coronavirus y, al mismo tiempo, anoche el municipio reportó 100 camas ocupadas en áreas de servicios de máxima complejidad, poco más de la mitad de la oferta total. Operadores privados y funcionarios provinciales aseguraron que esa demanda supera el 75%.
“La recesión en la hotelería y gastronomía es tres veces peor que la del promedio de la economía”, sostienen desde la AEHG y recuerdan que “los impactos de la pandemia golpean más fuertemente a la actividad hotelera y gastronómica”.
Con las actuales condiciones acusan la imposibilidad de hacer frente a obligaciones salariales y financieras. “Estamos agobiados de cumplir con las fases que nos hicieron retroceder a todos”, se quejan por esta imposibilidad de trabajar y recibir a los clientes en sus locales.
La cámara empresaria anticipa entonces que más allá de las determinaciones del Gobierno, a las 9 de la mañana del próximo 31 de mayo abrirán los locales con “control y severa sanción a quien no cumpla los protocolos aprobados”.
Vale recordar que el sector de la gastronomía tuvo varias manifestaciones durante el año último. En junio protestaron en la calle con un “bar a cielo abierto”. Y luego, en continuidad de un camino que abrieron poco antes los obreros de la construcción, a mediados de septiembre pasado y cuando todavía regían restricciones para funcionar habilitaron locales y recibieron clientes puertas adentro en lo que llamaron “un paro a la japonesa”.
Estos primeros márgenes de rebeldía se comenzaron a advertir en el inicio de esta semana. En redes sociales y medios trascendió por lo pintoresco el caso de un peluquero que, en rubro no esencial e impedido de abrir su local, decidió cortar el pelo a sus clientes en la vereda.
Por su parte, desde la Unión del Comercio, Industria y Producción (UCIP) se reclamó a distintos niveles del Estado el aplazamiento de obligaciones tributarias ante la imposibilidad de facturar durante estos períodos, así como también la aplicación de sanciones por “deslealtad comercial” a aquellos propietarios de negocios que abran sus puertas al público sin la debida autorización oficial.