Adoptar una temática en particular para distinguirse de la competencia. Esta parece ser la premisa de varios estableciemientos gastronómicos de la provincia, que buscaron un tópico para atraer al público de una manera distinta.
Los Andes consultó a tres emprendimientos que se destacan por darle a sus lugares valor estético agregado. Se trata de Espacio Jereb (Lago del Monte 4400, Luján de Cuyo), Juglar Cultura Bar (Hipólito Yrigoyen 27, Ciudad) y Gran Ciervo (Arístides Villanueva 198, Ciudad).
Cada uno de estos sitios, a partir de una propuesta llamativa, buscan atraer a clientes interesados por la temática, pero también a aquellos curiosos que pretenden no solo una experiencia gastronómica sino también recrear la vista.
Arte y comedor
Espacio Jereb, ubicado en Luján de Cuyo, es heredero de Espacios del Monte, del artista Pablo Lavoisier. Actualmente es administrado por los hermanos Jereb: Fernando, Paula, Marcela, Mariela, Carlos y Silvina.
“El concepto es seguir manteniendo una línea. Sigue presente el espacio de arte y el comedor, pero también es un lugar de trabajo”, contó Fernando, quien agregó que el concepto es el de coworking, es decir de trabajo colaborativo, pero familiar, ya que Paula tiene allí su estudio de arquitectura, Marcela y Mariela una tienda de indumentaria sustentable, Carlos elabora pastas y Fernando posee su atelier y sala de exposiciones.
Si bien el espacio está abierto de lunes a lunes, por las actividades que realizan los hermanos, los viernes, sábados y domingos al medio día es cuando la cocina del lugar es la que manda.
“Lo atendemos todos. La intención es que la gente se sienta como en su casa, como si estuviéramos realmente recibiendo a amigos”, explicó Fernando. Para explicarlo mejor, dijo que el espacio surgió como respuesta a una necesidad de todos los Jereb, que necesitaban un cambio o un “clic”, como detalló uno de sus dueños.
Así, rodeados de chañares, algarrobos, cardales y un contexto de verdadera tranquilidad, abrieron este lugar. “Es un secreto guardado de Mendoza. Cuando uno entra, se transporta a otro mundo”, describió Jereb.
Mercado musical
Juglar Cultura Bar está ubicado en el viejo sitio donde estaba el Mercado Cooperativo Barraquero, cuyo galpón estuvo abandonado durante 35 años, ya que solo se utilizaron para alquiler los locales frentistas. Es un lugar atípico, ya que no cuenta con cartel que lo identifique.
Jony Moyano fue quien lo descubrió un día, camino al psicólogo. “Soy músico de toda la vida y conozco la necesidad desde ese lado. Así que un día, caminando por la zona, vi el lugar y donde todos veían caos yo veía el bar con un escenario y una barra”, comentó, agregando que empezó a trabajar en el establecimiento pensando en la música. Como puede verse, es un lugar muy pintoresco, preparado para una acústica excelente para poder recibir a grandes artistas locales y nacionales.
Por ejemplo, Moyano cuenta que junto a Franco Masoti colocaron 250 metros de lana de roca para acustizar junto con lienzo y madera (que obtuvo del piso de una casa que iba a ser demolida).
“La onda es cultural. Está hecho para que el público pueda disfrutar de un buen espectáculo y que el artista tenga la comodidad que merece”, indicó el dueño del local, agregando que allí ya ha tocado Lisandro Aristimuño, el dúo Orozco Barrientos, Altertango, Javier Montalto, Mariana Paraguay, Spaghetti Western, Francisca, Alejo y Valentin, Altertango, Fer Alemán y Paula Neder entre otros.
“El ambiente es muy familiar, lo atendemos mi mujer y yo, junto a los mozos que nos acompañan. Buscabamos calidad, intentando lograr un ambiente anti-Arístides”, señaló Moyano advirtiendo que abren todos los días menos el lunes.
Pensado para montañeros
En la esquina de Arístides y Rodríguez se encuentra Gran Ciervo, un emprendimiento que tiene la intención de darle “refugio” a los amantes de la montaña. Su dueño es Fausto Manrique quien señaló que la idea fue que los montañeros tuvieran un bar con el que se sintieran identificados.
“El bar surge de un viaje a Las Leñas. Mirando las montañas, pensé que sería bueno replicar ese ambiente, con los materiales de los sitios que hay en la montaña. Sobre todo teniendo cerca el Aconcagua, el Cordón del Plata”, detalló Manrique.
Si uno visita Gran Ciervo podrá notar que la arquitectura del negocio es similar a aquellos que se encuentran al final de una telesilla. Además, tiene paranieves que son idénticos a los que a los de las vías del tren.
En este sitio es frecuente que se realicen charlas vinculadas a la pared de piedra que enmarca a la provincia por el oeste. De hecho, este año las cholitas bolivianas realizaron una conferencia de prensa aquí, luego de lograr la cima del coloso de América.
“Tenemos público que se baja de la montaña y viene a tomar una cerveza o a comer un plato típico”, contó el dueño del local solo por mencionar una parte de la carta.
Para terminar, rodeado de imágenes del Aconcagua, raquetas de nieve y olor a manjares cuyanos, Manrique dijo que se intenta difundir la cultura de la cordillera de los Andes desde el corazón del microcentro mendocino: “Buscamos que se genere un ambiente cálido, con música que no sea invasiva. Por ejemplo ahora estoy escuchando a Los Cafres. Esa es la impronta”.