Fuente: Clarín Gourmet by María Florencia Pérez ~ Frente a la Facultad de Derecho, el Bellas Artes Bar cuenta con restaurante, cafetería y stand de sandwichs al paso.
En una locación estratégica de la Ciudad (Figueroa Alcorta 2270), donde antes funcionaron los exclusivos Modena y -hasta 2019- Novecento y Mercedes Haus, se inauguró el complejo gastronómico Bellas Artes Bar con tres propuestas descontracturadas de impronta italiana para comer y beber a toda hora del día.
Los dueños de La Fernetería, restaurante y bar de Palermo, desembarcaron frente a la Facultad de Derecho, con esa firma y dos nuevas marcas: Colette Caffetería y Trapizzino Shop, un stand de sandwiches italianos al paso.
El mayor cambio con respecto a las propuestas gastronómicas anteriores es que este emprendimiento se pensó como un proyecto integrado al Museo Nacional de Bellas Artesque está ubicado exactamente detrás de esta locación, sobre Av. del Libertador al 1400.
El Bellas Artes Bar cuenta con mesas en la vereda sobre Av. Figueroa Alcorta 2270. Foto: Lucía Merle.
Cómo es Bellas Artes Bar
La obra que puso a punto al nuevo complejo se prolongó durante cinco meses y se desarrolló en una superficie total de mil metros cuadrados entre espacio interior y exterior con capacidad para 350 personas sentadas.
El edificio pertenece al Museo de Bellas Artes y fue diseñado en los años 60 del siglo XX por el prestigioso arquitecto César Janello, también creador del puente peatonal que cruza a la Facultad de Derecho.
El salón interior de Bellas Artes Bar, en Recoleta. Foto: Lucía Merle.
La misión de los nuevos titulares de este espacio fue rescatar la construcción original: “Buscamos enaltecer la obra de Janello. Por ejemplo, pusimos ventanas de piso a techo como había inicialmente y dispusimos una pérgola sobre Figueroa Alcorta que imita morfológica y estéticamente al edificio que diseñó este gran arquitecto”, explica Diego Díaz Varela, uno de los dueños de Bellas Artes Bar.
También se profundizó el vínculo con el Museo: “Dejamos de darle la espalda. Lo que antes era un estacionamiento detrás de nuestro predio se convirtió en un patio de esculturas”, cuenta Díaz Varela. A ese espacio de transición entre el mundo del arte y el gastronómico se llega desde el exterior del museo a través de un sendero que atraviesa la plaza Rubén Darío.
El objetivo es que en el mediano plazo ese acceso sea más directo: está planificada la construcción de una escalera y un puente que desciendan directo desde el museo al restaurante para así reforzar aún más la conexión con la institución que conserva la mayor colección de arte europeo de América Latina.
La barra de Bellas Artes Bar, está a cargo del bartender Martín Suaya. Foto: Lucía Merle.
Qué comer y beber en Bellas Artes Bar
Cada uno de los espacios que lo componen tiene una propuesta singular. La Fernetería Bar & Eatery tiene una carta similar a la del local original. Entradas con impronta italiana como Burrata, pesto y avellanas o Berenjenas parmesanas y como platos principales, pastas caseras, risottos y cortes de carnes de calidad. El chef ejecutivo es Ezequiel Iñiguez y la carta coctelería de Martín Suaya.
Pastas, una de las opciones de la carta de Bellas Artes Bar, en Recoleta. Foto: Lucía Merle.
Colette Caffeteria ofrece patisserie francesa como croissants y muffins de arándanos y chocolate acompañados de cafetería italiana. Cuenta con un gran espacio al aire libre y el panadero y pastelero es David Contreras.
Y Trapizzino Shop es un stand al paso que ofrece «comida callejera romana»: un sandwich italiano cuya base está hecha a partir de masa de pizza en forma triangular. Los rellenos son variados y contundentes: Ragú de bife de chorizo y pomodoro y Rigatoni, pomodoro y ricotta, entre otros. Es la alternativa más informal del complejo, con un costo promedio de $ 700.
La pastelería francesa de Colette Cafetería, parte del Bellas Artes Bar en Recoleta. Foto: Lucía Merle.
“Quisimos que Bellas Artes Bar sea visto como el complejo gastronómico del Museo. Que la gente pueda venir a tomarse un café, comerse una croissant, un almuerzo o una cena. Nuestro afán es que no sea un lugar sólo aspiracional, sino que haya propuestas accesibles para todos”, remarca Díaz Varela.
Más contemporáneo, joven y accesible que las propuestas que lo precedieron. Con esa fórmula inclusiva, Bellas Artes Bar se suma al auge de aperturas gastronómicas de esta primavera «pospandémica» y prueba suerte en esta locación tan tradicional de Recoleta.