Fuente: San Rafael ~ El regreso de clientes a restaurantes, cafés y bares significa todo un desafío en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio que aún rige hasta el 7 de junio. Gracias a que Mendoza cuenta con una situación epidemiológica controlada, el gobernador Rodolfo Suarez aceptó el protocolo que presentaron emprendedores gastronómicos y desde el jueves los locales volvieron a recibir público.
En ese contexto, este diario habló con Carolina Molina, responsable de uno de los tradicionales cafés de la avenida Hipólito Yrigoyen, quien manifestó su alegría por la posibilidad de reabrir sus puertas tras más de dos meses sin poder hacerlo.
“Hubo mucho movimiento, sobre todo en los cafés. Nuestros clientes acostumbran a consumir y seguir, y así tuvimos las mesas ocupadas la mayor parte del tiempo. Controlamos los DNI, exigimos tapabocas para ingresar y los clientes dispusieron de elementos de desinfección en cada mesa”, contó Molina.
“Los clientes han sido prudentes, respetuosos de las normas. Conscientes de que cuidarnos es compromiso de todos y a su vez agradecidos porque nuevamente pudieron compartir un momento de esparcimiento con familiares o seres queridos”, expresó la empresaria.
En términos generales, la reapertura de locales gastronómicos les sentó mejor –al menos en el reinicio– a las cafeterías. En estos comercios no es necesaria la reserva previa, como sí en restaurantes. De todos modos existen algunos “vacíos” en el decreto que generan dudas en los emprendedores, como el regreso a sus casas de quienes se sentaron en una cafetería después de las 18 horas y la permanencia de niños en los locales. “Por el momento les entregamos tickets para que, en caso de ser parados por la Policía, muestren que se encontraban en la cafetería”, comentó el encargado de otro local céntrico. Es que a diferencia de los restaurantes, para los cafés no es necesaria la reserva, que en el caso de los primeros sirve como salvoconducto para los comensales ante un eventual control policial.
En definitiva, la reapertura de restaurantes, cafés y bares devolvió un poco de alivio a un importante sector emprendedor del departamento que padeció los efectos de la pandemia durante más de dos meses. Si bien muchos se adecuaron al sistema de delivery y luego al “pase y lleve”, todos coinciden en que esas alternativas no fueron rentables y ahora apuestan a que los clientes vuelvan a sentarse en sus mesas, claro que con las correspondientes medidas sanitarias.
“Todos tenemos que aportar nuestra cuota de responsabilidad para que sigamos adelante y no haya que dar marcha atrás”, cerró Carolina, nuestra entrevistada.