Fuente: IProfesional – Jobs, el icónico bar temático, reabrió sus puertas en un espacio de más de 1.000 metros. Apuesta a las franquicias para seguir creciendo y busca inversores.
Jobs, el bar que históricamente estuvo en el barrio de Palermo, reabrió sus puertas en Boedo (Carlos Calvo 3860), una reapertura que implicó todo un desafío. Los dueños anteriores lo pusieron en venta porque después de 32 años de manejarlo, estaban cansados, y en pandemia habían tenido que cerrar.
Lo publicaron durante un año, pero no encontraban comprador porque era una muy buena oferta y estaba en un muy buen precio, pero había que mudar el bar a otro lugar. Ellos te daban la marca, los juegos, el mobiliario, los proveedores, pero el que lo comprara tenía que llevarselo. Y, si bien es una marca consagrada, que tracciona, era el bar más grande de todo Buenos Aires, con 2.000 metros cuadrados, con lo cual no era una mudanza sencilla.
«Hasta que aparecí con Fernando Suárez y le ofrecimos comprárselo todo, llevarlo a otro lugar, pero pagándolo en cuotas, que la primera cuota se pagaba cuando el lugar ya estaba terminado y empezaba a funcionar», cuenta Julián Mizrahi, socio de Jobs a iProfesional. «Casi obligados a ir a remate decidieron hacer eso», añade.
Otro detalle de color es que «la gestión de compra venta se estiró tanto (entre 7 y 9 meses), que los dueños, cansados de la negociación, nos empezaron a apurar diciéndonos que si no lo comprábamos lo iban a rematar o vender a otro. No sabemos si ese otro alguna vez existió o no, pero dijimos ‘vamos a hacerlo sin tener el lugar’, y les compramos todo sin tener el lugar donde poner las cosas».
«Y cuando compramos, nos dieron cuatro meses para sacar todo del lugar. Ahí arrancó una cuenta regresiva para encontrar un espacio nuevo, mudar todo, ambientarlo, alquilarlo, pagar alquiler, reformarlo, llevar todo, fueron como 17/18 camiones con pala grande de mudanza, fue algo bestial, no sé si me quedo corto», recuerda Mizrahi.
«Se alineó todo. Encontramos un buen lugar. Al principio Boedo nos daba miedo porque es una zona muy distinta a donde estaba originalmente, es otra clientela, otro nicho, pero la verdad es que fue un éxito desde el día uno, tuvimos 500 personas en la apertura y siguen yendo un montón», enfatiza.
Jobs, el bar que históricamente estuvo en el barrio de Palermo, recientemente reabrió sus puertas en Boedo
Un bar renovado y con la tecnología como plus
En sus más de 1.000 metros cuadrados, el nuevo Jobs tiene juegos como Carrera de mente, Pasa trampa, Equilibrio, Adivina films, Yenga, Ludo y La oca, entre otros. Con capacidad para más de 400 personas, también cuenta con espacios para practicar arquería, mini ping pong y ocho mesas de pool.
La gastronomía sigue siendo protagonista con opciones como burgers renovadas, pizzas de sabores novedosos y empanadas caseras. Sumado a ello, y lo más novedoso tal vez, es una sala de streaming para que streamers o cualquier persona que quiera, pueda usarla y vivir la experiencia.
«La idea es mantener la línea que el bar tuvo siempre, que si bien es algo anticuado, notamos que la gente quiere seguir teniendo contacto con lo tradicional, con el juego normal, con lo viejo, con lo vintage asique queremos mantener esa impronta, siempre actualizados con los juegos nuevos», detalla el vocero.
«Porque siempre salen juegos nuevos de fabricantes nuevos y cada vez hay más variedad asique estamos concentrados en conseguir eso, variedad. Y mantener el bar como un espacio de distención y de diversión para cualquier tipo de persona y de cualquier edad», agrega.
Las franquicias, en los planes de expansión para Jobs
«Hoy en día estamos trabajando en el modelo de desarrollo de franquicias«, anticipa Mizrahi. «Ya hay personas interesadas en abrir su bar propio en otras provincias, en otros lugares».
Según comparte, quieren armar cuatro modelos básicos de bar: el Jobs clásico que es el que ya está armado, que se compone de mesas de pool, meses de ping pong y un abanico amplio de juegos de mesa.
Los dueños actuales trabajan en distintos modelos para franquiciar Jobs para distintos inversores, distintos emplazamientos y ciudades
En segunda instancia, un Jobs Arcade que sería similar en cuanto a los juegos de mesas, pero a diferencia de las mesas de pool este tendría máquinas de flippers, arcades, los Daytona, juegos retro y que atraen a generaciones anteriores. Y, en tercera instancia, está el Jobs Bowling, siempre manteniendo la impronta de los juegos de mesa y agregando el aditivo que en este caso sería el bowling. Por último, Jobs pista de hielo.
«Esos sería los modelos que hoy estamos trabajando para franquiciar para distintos inversores, distintos emplazamientos y ciudades, distintos manejos y caudal de negocio. Estamos en proceso de la búsqueda de inversores, de terminar de armar la franquicia y expandir la marca a nivel nacional y también internacional. Creemos que va a ser un éxito sin dudas y no descartamos seguir creciendo en un mediano plazo», concluye.