Según indicaron a iProfesional desde la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), la entidad que nuclea a la gastronomía en Capital Federal, de los 43 establecimientos gastronómicos del barrio premium apenas 15 reactivaron de alguna forma sus servicios. Acotados, por supuesto, a la posibilidad de instalar algunas pocas mesas y sillas fuera de los salones.
Fuente: IProfesional ~ Golpeados de lleno por la falta total de turismo, y una demanda gastronómica que no arranca más allá de la flexibilización de la cuarentena impulsada por el Gobierno, los restaurantes de Puerto Madero siguen transitando el peor de los escenarios comerciales posibles. Y prueba de ello está en la irrisoria cifra de emprendimientos que reabrieron sus puertas tras el permiso de regreso otorgado a ese sector.
Desde la organización comentaron que la pandemia significó la profundización de un declive que ganó velocidad durante el tiempo que demoró la concreción del «Paseo del Bajo». Por efecto de la desaparición del turismo a partir del Covid-19 y el cierre de fronteras, se estima que Puerto Madero perdió al menos 3 millones de cubiertos en lo que va del año.
«Se pasó de 3,5 millones de turistas en la Ciudad durante 2019, que llegaron al barrio, a un año en el que el nivel de visitantes se consolidó en 0. La pérdida es enorme en millones. Para fin de 2020 es difícil estimar cuántos restaurantes quedarán en pie. La mayoría no tiene terrazas y la cantidad de mesas que pueden sacar, aquellos que pueden, no cubren el costo de reabrir», dijo a iProfesional Ariel Amoroso, presidente de la AHRCC.
«En Puerto Madero tenemos locales preparados para recibir a 300 o 400 comensales y hoy, con la modalidad vigente, apenas si pueden ofrecer 20 o 30 lugares. Cualquier restaurante bien administrado implica la presencia diaria de por lo menos 70 empleados. Sólo la cocina demanda la labor de 20 personas. O sea, que la cantidad de comensales que podés atender es prácticamente la misma que el número de empleados que convocás para tu cocina. No cierra por ningún lado», agregó.
Amoroso dio por descontado que las complicaciones para el rubro persistirán al menos hasta marzo del año próximo.
«Con la vuelta de los salones tendremos dimensión real de los restaurantes que ya no regresarán. Más allá de las complicaciones para reabrir, también juega el factor de la recesión económica. Hoy no tenemos la demanda que suponíamos con la vuelta con mesas y sillas en las veredas. No hay un sólo gastronómico que no esté endeudado», comentó.
El directivo sostuvo que, hoy por hoy, el foco del sector está puesto en alcanzar la habilitación oficial para el retorno de la atención en los salones. Según Amoroso, la luz verde para esa modalidad llegaría en el transcurso de este mismo octubre.
«El pedido comprende a los restaurantes que tienen locales de grandes dimensiones y que estos armen mesas hasta completar el 30 por ciento de la capacidad potencial. O sea, manteniendo un distanciamiento social fuerte, pero asegurando un alivio concreto en la facturación», explicó.
«Lo importante en términos sanitarios es que predomine la ventilación, además de la sanitización permanente. De ahí que el regreso a los salones será con un apagado total de los equipos de aire acondicionado. Sabemos que con el aumento del calor eso generará una complicación extra, pero Salud de la Ciudad entiende que esa sería la opción viable. Esperemos comenzar a volver de esa forma antes de que concluya octubre», finalizó.
El nivel de turismo en Puerto Madero bajó de 3,5 millones de visitantes a 0.
Caída multiplicada
La gastronomía porteña transita uno de sus peores momentos en la historia. Y eso queda en evidencia en cuanto se repasan los nombres de los emprendimientos que bajaron sus persianas sólo en este último tramo de la pandemia de coronavirus.
En el mencionado Puerto Madero, La Parolaccia y La Bistecca, dos marcas de peso pertenecientes a los hermanos Pablo y Federico Lore, desactivaron sus locales durante el mes de junio. En simultáneo, Sottovoce clausuró definitivamente su «filial» en ese barrio.
Cerca de 1.500 restaurantes cerraron de forma definitiva desde la irrupción del Covid-19.
El ámbito de los restaurantes y bares porteños suman más de 1.500 los emprendimientos que cerraron sus puertas de forma definitiva desde que el Covid-19 irrumpió en la Argentina. Sólo en la geografía de la Ciudad, siempre según la AHRCC, el sector perdió cerca de 20.000 puestos de trabajo desde la segunda parte de marzo a esta parte.
La decisión de la Ciudad de permitir el servicio en veredas, patios y terrazas apenas implicó la vuelta a la actividad de apenas el 35 por ciento de los locales todavía con posibilidades de levantar la persiana.