Fuente: Cronista ~ Sus dueños prevén expandir esa marca y Cafecito por la Florida y otras ciudades de Estados Unidos y abren otros locales nuevos. Se asociaron a una consultora, también de argentinos, para asesorar en el desembarco y en la gestión del negocio a otras empresas y ya crecen 60%. Qué ofrece Miami a inversores gastronómicos y por qué está en auge
Miami es hoy la meca de las nuevas inversiones gastronómicas. La ciudad sigue atrayendo nuevos restaurantes y bares de la mano de inversores argentinos y, también, del resto del mundo.
A los recientes anuncios y aperturas de marcas argentinas como Ol’Days, The Food Truck Store, La Birra Bar, Lucciano’s, Pani y Harper Juice, entre muchas otras, se están por sumar los porteños Presidente Bar y Cafecito – Tiny Coffee Shop, que abrirán sus puertas en los próximos meses.
Los nuevos emprendimientos son desarrollados por Ezequiel Pereira y Sebastián Schkair, dueños del Presidente Bar, de Recoleta, y de Cafecito (éste último, de Pereira con otros socios), que cuenta con tres locales en Buenos Aires. Pero no son los únicos proyectos de los socios de 38 años, que trabajan juntos desde los 18 y ya residen en Miami.
En el proceso de expansión de estas dos marcas, fueron asesorados por Sherpa Consultancy, una consultora también de argentinos, a la que decidieron asociarse para ayudar a inversores gastronómicos a desembarcar en Estados Unidos y para expandir otras marcas nuevas propias.
«El Presidente Bar estará en Wynwood, en un desarrollo inmobiliario más amplio que aún está en construcción, y abrirá en abril o mayo próximo. También prevemos expandir Cafecito en Miami, pero el proyecto está un poco más demorado. Esta temporada, sí vamos a abrir Cafecito en Punta del Este, en principio por el verano«, comenta Pereira, que se radicó en Miami hace dos años.
Pero ese no será el único local de Presidente Bar, que cuenta con un formato de 400 m2 y de 40 a 50 empleados. Además de Wynwood, «planeamos llevarlo a otras ciudades de Estados Unidos y, también, a Europa. Cafecito, que es un negocio más chico, proyectamos expandirlo en varios puntos de Estados Unidos«, anticipa.
«Cuando desarrollamos nuestro proyecto para abrir Presidente Bar en Miami, contratamos a Sherpa, porque para ingresar a un mercado nuevo es necesario tener una pata local que te asesore con los permisos, los contratos, las obras; éste es un mercado difícil y cualquier error significa pérdida de tiempo y dinero«, agrega. «Nos pareció interesante Sherpa como empresa y decidimos asociarnos, para poder expandir otros negocios gastronómicos en Estados Unidos«, explica Pereira.
«Nos dimos cuenta de la importancia de la experiencia en este mercado, para negociar contratos, qué corresponde y qué no. Es algo que necesitás para invertir en Miami. Conocimos a Ilan Sitt, de Sherpa, vimos la beta comercial y decidimos ingresar como socios. La empresa la integra también Lisandro Orfila, los cuatro somos argentinos«, explica Sebastián Schkair, que hace tres meses se instaló con su familia en Miami para centrarse en el desarrollo gastronómico.
Además de la expansión en Miami de sus dos marcas porteñas, los socios están abriendo otras, bajo el nombre Jatto y Balagan en 20 días y tres meses, respectivamente. Pero, además, asesoran a empresas de argentinos como Ol’Days, Wayku y Paper Fish en su expansión. También están a cargo del próximo desembarco de otras marcas argentinas conocidas, pero que aún no pueden difundirlas. Por este boom de nuevos proyectos, Sherpa creció un 60% este año, de la mano de los cuatro socios.
A través de la consultora, no sólo facilitan la gestión de permisos, obras y contratos, sino que también, en algunos casos, se encargan de la gestión del negocio una vez que esté funcionando. Y, en otros, también participan como socios del proyecto.
Miami vive un boom de inversiones en general y de gastronomía, en particular. Si bien no hay un número preciso, los socios estiman que abrieron en Miami más de 150 locales gastronómicos de inversores argentinos en el último tiempo. En todo el estado de Florida residen, además, unos 200.000 argentinos.
¿Cuáles son las razones de este auge gastronómico en la ciudad? «Miami vive un crecimiento absoluto, se están poblando todos los espacios. Y el negocio gastronómico no sólo funciona muy bien, sino que permite aplicar para una visa de residencia a extranjeros, algo que otros negocios no. Por eso también apuntan a este negocio. Muchas marcas ya consolidadas en otros lugares apuestan a este mercado, con un riesgo menor», dice Schkair.
«La pandemia cambió la cabeza de la gente. Miami fue uno de los lugares donde más libertad había en la pandemia. No estuvo cerrada mucho tiempo y además es ideal para actividades al aire libre por el clima y la playa. Mucha gente decidió venir a vivir acá y, para hacerlo, tenés que tener un negocio«, explica Pereira.
Pero Miami no sólo atrae a argentinos, sino también a otros inversores de América latina y, también, de otras ciudades o regiones del país, como Nueva York y California. «En Wynwood se estima un crecimiento gigante y hay empresas que están viniendo a instalarse a la Florida, en parte también por la experiencia en pandemia y por incentivos que ofrece».
«Hay dos tipos de inversiones gastronómicas, de primera generación, desde cero, que requiere más inversión, y de segunda generación, a través de la compra de un fondo de comercio. Pero éstos últimos son muy difíciles de conseguir, porque hay mucha demanda y no tantas buenas opciones. Por eso, la mayoría de los nuevos son de primera generación», aclara Schkair.
Los costos de instalar un negocio gastronómico en Miami varían según diversos factores, como la zona, el equipamiento necesario según el menú y su formato. «Varía mucho, pero un local de segunda generación, ya armado, puede costar unos u$s 600.000 a u$s 700.000 de inversión promedio; para uno de primera generación, nuevo, se requiere el doble», detalla Pereira.
Los márgenes también varían. «En Miami, oscilan de 17% a 24% en el caso de bares y de 15% a 18% en otros locales netamente gastronómicos. En la Argentina el margen suele ser mayor, pero es más difícil proyectar el recupero de la inversión por el tipo de cambio; se invierte en dólares y se gana en pesos. En Estados Unidos, el margen es en dólares y si bien hay inflación, es de 6%», precisa Schkair.