Fuente: infobae – Estos espacios, reconocidos por sus actividades deportivas y sociales, están emergiendo como destinos culinarios de primer nivel, con menús que evocan la auténtica cocina de la ciudad y un ambiente que encapsula la esencia de lo clásico
En la siempre dinámica Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, una dinámica culinaria está tomando forma en lugares que, históricamente, no estuvieron asociados con la gastronomía: los clubes de barrio. Estos espacios, que son el corazón de actividades deportivas y sociales, están emergiendo como nuevos epicentros del plano culinario porteño.
No se trata simplemente de unos pocos platos en el menú. Estos sitios han reimaginado su enfoque, elevando sus buffets a la categoría de restaurantes, y en algunos casos, con una identidad tan distintiva que se han ganado un lugar distintivo en el panorama gastronómico.
Uno de los puntos que diferencian a estos lugar es el ambiente único que ofrecen. Son bodegones donde la tradición y la modernidad se encuentran; y donde la camaradería de un partido de fútbol se combina con la exquisitez y la abundancia de un plato. En una región del país que se enorgullece de su diversidad gastronómica, estos restaurantes en clubes están dejando una marca indeleble en el paladar de los comensales.
La revitalización de estos sitios no es solo una respuesta al creciente interés en la cocina; es también un testimonio de su adaptabilidad y deseo de servir a un público cada vez más atraído por los sabores y el arte culinario local.
En el Club Gimnasia Esgrima de Villa del Parque se pueden evocar sabores tradicionales y recuerdos de infancia en su propuesta culinaria
Los “sabores de antes” del Club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque
En el Club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque (GEVP), que tiene 101 años de historia, el Comedor GEVP se emplaza invitando a socios y apasionados a deleitarse con su carta. En diálogo con Infobae, Agustina Viera, una de las impulsoras de esta propuesta, explicó: “Somos un grupo de amigos de toda la vida. Compartimos recuerdos de haber crecido en clubes de fútbol y mantenemos ese vínculo desde entonces. En nuestra cocina, buscamos evocar los sabores de antes, aquellos que nos remiten a momentos en los que, después de un partido, pasábamos por la casa de la abuela y nos cocinaba algo rico”.
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“Apuntamos a los sabores caseros que encontrábamos en las casas de nuestros amigos, donde las madres preparaban deliciosas pastas, tortillas de papas o milanesas. Con nuestro comedor, queremos reflejar esos platos tradicionales, lo que denominamos ‘cocina de barrio’”, señaló Viera, a modo de explicación de los deliciosos y únicos sabores que se pueden probar en el lugar.
Y sugirió: “Algunos de los platos más populares son la milanesa, en todas sus variedades, y la tortilla. Nos esforzamos por ofrecer porciones abundantes, recordando las comidas copiosas de antaño, preparadas con amor. Uno de nuestros platos destacados es ‘Bocconcino de Tomi, honor a un cocinero que ha estado en el club durante más de 30 años”.
Según repasó Viera, “antes, el restaurante era exclusivo para socios”, pero decidieron abrirlo al público en general, creando una entrada independiente para que todos puedan disfrutar de la propuesta, a cargo del chef Hugo Sackler.
La Casona de Belgrano es una fusión entre bodegón y restaurante gourmet, con platos tradicionales y toques innovadores
Los toques gourmet del Club de Belgrano
Para quienes frecuentan la zona norte de la ciudad, en el Club de Belgrano, el restaurante La Casona de Belgrano es una opción ideal a la hora de buscar sabores de bodegón. Infobae conversó con el chef a cargo de la propuesta, Miguel Sosa.
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“Mi cocina se caracteriza por jugar con las texturas y sabores conocidos, presentándolos en diferentes formas. Aunque me inclino por una cocina gourmet o de vanguardia, no me agrada la idea de servir porciones pequeñas. Por eso, me gusta decir que no somos ni un bodegón ni un restaurante gourmet, sino una combinación de ambos”, introdujo Sosa.
Y explicó que, además de platos innovadores, “hay opciones tradicionales como pizzas, empanadas y milanesas, pero con un toque distintivo. Por ejemplo, las pizzas están hechas con masa madre, las empanadas con rellenos únicos como ternera braseada con hongos y cebolla confitada, y las milanesas de bife de chorizo”.
La Casona de Belgrano fue fundada hace tres meses, y ya hay platos que los comensales buscan como favoritos. “La estrella es el ‘osobuco del rey’, ideal para compartir entre dos o tres personas. Se sirve con un puré cremoso y una jarrita con la salsa de cocción. También son muy solicitados los raviolones de cordero. Otro plato principal que destaca es la carne madurada, una técnica que llevo perfeccionando desde hace diez años”, explicó el chef.
“En cuanto a postres, el flan familiar es el más tradicional, acompañado de una generosa porción de dulce de leche. Y en entradas, las más populares son la tortilla de papa con emulsión de chorizo colorado y las croquetas de verdura con alioli”, remarcó Sosa.
El Club Atlético Atlanta, con su restaurante Los Bohemios, es un testimonio de resiliencia y renovación, ofreciendo platos abundantes y sabores auténticos para compartir
Platos Bohemios
En el corazón del barrio porteño de Villa Crespo, el Club Atlético Atlanta es uno de los epicentros del deporte y de las actividades sociales de la zona. Por supuesto, la gastronomía no es la excepción. El restaurante Los Bohemios representa la identidad culinaria del lugar desde el año 2014, cuando fue fundando en una instalación que estaba abandonada.
En 1991, Atlanta tuvo que desprenderse de su sede social debido a una quiebra. No fue hasta 2007, con el decidido apoyo de la comunidad, que este club, fundado en 1904 y conocido por su equipo de fútbol, inició el proceso de recuperación. Julián Alfonso, un socio, vecino y chef, jugó un papel crucial en esta renovación. En 2014, con espíritu emprendedor y visión de futuro, rescató el antiguo buffet del club, convirtiéndolo en un punto de referencia para el barrio y atrayendo a las nuevas generaciones.
Hoy en día, este lugar, con su ambiente vibrante y característico, y con una historia de resiliencia que le da aun más valor, no solo ofrece una experiencia culinaria, sino también un espectáculo visual al estar a la vera del estadio de Atlanta. Los platos de la carta están diseñados, como todo buen bodegón, para compartir, al ser abundantes y llevar una amplia gama de sabores. Desde las milanesas de filete con puré hasta las marineras de carne con guarnición a elección, sin olvidar los ravioles y la tortilla babé.
Para aquellos que buscan variedad, este bodegón es ideal, ya que se puede optar por arroz con mariscos o, si se apunta a un plato más tradicional, por las milanesas de carne y pollo.
El Club Saber propone un viaje culinario que combina tradición, modernidad y el arte del vermú en un ambiente acogedor
Bodegón y vermut
En las inconfundibles calles diagonales de Parque Chas, se encuentra el Club Saber, un rincón que ha sido testigo de casi un siglo de historia. Fundado en 1926 como Unión Vecinal Pro-Fomento Agronomía, Saber se transformó de un cuarto de casa a un espacio comunitario vibrante. A medida que pasaban los años, el club amplió su oferta, incorporando desde una biblioteca hasta un club de fútbol, sin olvidar recitales, juegos de mesa y clases de diversas disciplinas. En 1945, se consolidó bajo el nombre S.A.B.E.R. Asociación de Fomento Edilicio Agronomía y Biblioteca Popular El Resplandor.
El ambiente de S.A.B.E.R. es una amalgama de tradición y modernidad. El espacio, con su atmósfera acogedora, invita a los visitantes a sumergirse en un viaje a través del tiempo, donde la historia y el presente coexisten. Pero más allá de su legado y ambiente, lo que realmente ha capturado la atención de muchos es su propuesta gastronómica.
Club Saber Vermutería, la joya culinaria del club, se ha posicionado como una referencia en la escena gastronómica local. Como su nombre sugiere, el vermut es el protagonista, pero el menú va más allá, ofreciendo una variedad de delicias que han seducido a los paladares más exigentes. Desde tapeos hasta brusquetas, pasando por conservas artesanales, las opciones son variadas y deliciosas.
Platos como la Trifecta con Roque, la Burrata Ortega y la Matufia de Espárragos son solo algunas de las exquisiteces que los comensales pueden disfrutar en Club Saber. Y para aquellos que buscan un toque extra, las conservas, con ingredientes como anchoas y alcauciles, son el acompañamiento perfecto para el vermú casero.
En Parque Chas, miles de personas se acercan a disfrutar de vermut y platos para compartir del Club Saber
Ignacio Galante, uno de los líderes de la propuesta de Club Saber Vermutería, conversó con Infobae y detalló: “La propuesta nace de la tradición de tomar vermú en el club. No era tanto una nueva idea, sino revivir una chispa que siempre estuvo ahí, pero que el tiempo amenazaba con extinguir. El club ha sido siempre un punto de reunión, donde se hablaba de diversos temas, desde política hasta juegos de cartas y relatos del pasado. Se buscaba traer de vuelta esos recuerdos y mantener viva la esencia y tradición reuniendo tanto a los habituales del lugar como a los nuevos visitantes”.
“La diversidad de personas que asisten es amplia, desde jóvenes hasta adultos mayores que se conmueven al rememorar viejas historias. Los clubes de barrio han sufrido mucho con la pandemia, y esta propuesta busca mantener vivo el espíritu del club y su servicio a la comunidad. En cuanto a la comida, ofrecemos una variedad de platos, desde tortilla española hasta berenjenas en escabeche, y bebidas que van desde sidra hasta gin tonic”, completó Galante.
Bonus Track
20 años de deleite en el Club Atlético Temperley
A media hora de Capital Federal, el Club Atlético Temperley, ubicado en la localidad homónima, ha forjado su identidad de institución con un espíritu de unión de la familia y amigos, combinado con el amor a la comida. Actualmente, cuenta con un restaurante para 400 comensales que ofrece una típica carta de bodegón.
“El restaurante se ubica dentro de las instalaciones de la institución, donde la calidez y calidad se unen”, le contó a Infobae Erika Centurión, una de las personas a cargo del restaurante. Y sumó: “Comenzó siendo un buffet donde la gente podía reunirse a merendar o a comer algo ligero. Con el tiempo, fue más que justificada la necesidad de un lugar cómodo y con buen servicio. Hoy en día, el restó es la mejor opción para las reuniones con amigos y familia, una simbiosis que se siente desde el barrio y desde los recuerdos. Muchas veces nuestros comensales se cruzan con los jugadores de Temperley, y poder hablar con ellos es una sensación única para los hinchas”.
El restaurante del Club Temperley es un espacio donde la calidez, calidad y amor por la comida se unen, con recetas que han perdurado por más de 20 años
“Roberto es nuestro chef y es el corazón de la cocina del restaurante. Mas allá de que las recetas tienen mas de 20 años, él es quien pone el punto justo de cocción en cada plato. Logramos que el equipo de cocina funcione de manera intacta y además se adapte a la demanda de la nueva era, con platos celíacos y veganos, por ejemplo”, contó Centurión, quien lleva adelante el restaurante junto a Leonardo Serrano y Gonzalo Mujico.
Y cerró: “Durante la semana, llegan muchísimos comensales que son habitué y se acercan a disfrutar de platos variados, entre ellos, milanesas, bondiola, lomo, pastas y carne a la parrilla, entre otros. Es muy común ver que las familias compartan platos. El fin de semana el fuerte es la carne. El asado a la leña está a la vista, de donde sale la mejor carne con una cocción de más de 10 horas”.
La Nueva Sede, el bodegón de Ferro
El Club Atlético Ferro, fundado el 28 de julio de 1904, es una de las marcas identitarias del barrio de Caballito, en el centro geográfico de la capital. Reconocido por sus históricas campañas en la liga nacional de fútbol y por albergar actividades que convocan a vecinos y socios de toda la ciudad, Ferro también se distingue por la gastronomía.
La Nueva Sede, el restaurante del club, se ha convertido en el polo de encuentros y celebraciones para socios del club y amantes de la buena comida. Este bodegón no solo es un homenaje al deporte rey, el fútbol, sino que también celebra la magia que envuelve a un plato bien preparada, convirtiéndose en un espectáculo en sí mismo. Las cenas shows y las celebraciones son eventos habituales aquí, y es que el lugar invita a ello.
La Nueva Sede es un homenaje al deporte y la gastronomía, con un menú que combina tradición y sabores internacionales
El menú es tan variado como tentador. Desde los clásicos que nunca faltan, como la tira de asado, hasta propuestas que nos transportan a otros rincones del mundo, como los tacos mexicanos de carne, pollo o mixtos. Pero eso no es todo, la sección de pastas incluye destacadas opciones como los ñoquis de rúcula al escarparo y los raviolones de ricota y nueces, que prometen deleitar a los comensales.
Lo que hace especial a La Nueva Sede no es solo su compromiso con la calidad gastronómica, sino también su apertura a sabores internacionales. Esta combinación de tradición y apertura global es lo que ha convertido al bodegón en un lugar de referencia en la zona. Sin duda, se trata de un espacio donde la pasión por el fútbol y la gastronomía se dan la mano en perfecta armonía.
Miguel Sotomayor, quien lleva adelante el restaurante, le dijo a Infobae: “Gisela Bolla dirige la cocina del restaurante, y está acompañada por sus dos fieles compañeros: Pedro Vera, con 35 años en el club, y Gustavo González Vera. Juntos, han logrado darle a la cocina un toque sumamente familiar. El restaurante es un espacio acogedor tanto para los socios del Club Ferro Carril Oeste como para el público en general. Se destacan sus platos familiares, diseñados para ser compartidos por hasta tres personas, entre los que resaltan la ‘pizzaneza’, la costilla de cerdo, el risotto de pollo y el vacío al horno con papas”.