Fuente: Clarín ~ Un día como hoy, hace 73 años, los pasteleros decidieron que podían caminar solos y fundaron su propio sindicato, independiente del de los cocineros y los panaderos, con quienes habían hecho causa común en los comienzos de la actividad en nuestro país. Por eso, todos los 12 de enero se celebra el Día del Pastelero.
Néstor Reggiani es el dueño de La Nueva Muguet, establecimiento tradicional de Villa del Parque en cuya cocina trajina desde 1986, elaborando masas finas y postres. Además, es el presidente de la Cámara de Confiterías de la Asociación de Hoteles, Restaurantes Confiterías y Cafés (AHRCC). Su experiencia de pastelero y de empresario lo llevan a realizar un balance del desarrollo de la actividad desde sus albores hasta el presente.
«Creo que el principal elemento a destacar es que la pastelería argentina siempre ha buscado la excelencia y hoy existe una oferta de capacitación y perfeccionamiento como nunca antes. Por eso, estamos a la vanguardia de la pastelería latinoamericana y eso se ve en los resultados de los campeonatos en que participamos. Tanto en la escuela de la AHRCC como también en el sindicato, se prepara a quienes van a desarrollar la actividad con una alta exigencia técnica pero también inculcando amor por lo que se hace, ya que un pastelero que no siente lo que prepara no tiene razón de ser».
Reggiani cuenta que los pasteleros son tan celosos de su actividad y tan respetuosos de los estándares de calidad que muchas veces prefieren perder plata antes que resignar ingredientes o preparaciones.
«Si hay algo que nunca haremos es caer en la pastelería industrial. Nosotros trabajamos con buena manteca, buena crema, buenos dulces y la mejor cobertura de chocolate. Nos preguntan a menudo cómo hacemos para no bajar un escalón con la crisis que hay, y siempre respondemos lo mismo: un pastelero de alma jamás negociará la calidad de un producto. En Argentina estamos acostumbrados a las crisis y siempre salimos bien parados sin perder los ideales de este oficio».
Para 2020, las expectativas del sector son, según Reggiani, «crecer, producir más y darle trabajo a mucha gente. Para lograrlo vamos a necesitar el apoyo gubernamental, ya que la situación es compleja. Pero estamos para poner el hombro. Los pasteleros solamente sabemos trabajar en lo que amamos y siempre vamos a poner lo mejor de nosotros para el país».