Fuente: Ambito ~ Sus precios son hasta tres veces más económicos que en los locales clásicos. La clave: son recintos pequeños, sin comedor, no tienen servicio de delivery propio y es mercadería congelada.
Empanadas por $20, medialunas por $8, una grande de mozzarella $80 y sandwiches de miga por $21. Estos precios no están desactualizados, son los nuevos valores que manejan los locales de comida “low cost” que se reproducen rápidamente por la Capital y el Gran Buenos Aires e irrumpen en el mundo gastronómico.
Como consecuencia de la crisis económica y los altos niveles inflacionarios, estos tipos de comercio vieron una oportunidad: salir al mercado con precios altamente competitivos y atraer a un público que ya no puede acceder al “gustito del delivery”.
“Nosotros abastecíamos a las panaderías de los supermercados, pero los plazos de pago son a 60 ó 90 días, por lo que no contábamos con fondos con liquidez en el día a día, por eso decidimos salir al mercado con clientes directos y con locales propios”, explicó Fernando Arosio, jefe de franquicias y expansión de Costumbres Argentinas.
La cadena que comenzó a operar en 2014 con 3 locales propios, creció a pasos agigantados, casi al ritmo de la inflación. A principios de año contaba con 49 sucursales, hoy ese número ascendió a 56 y prevén llegar a fin de año a 70 locales en Capital Federal.
Otro de los nuevos jugadores que irrumpe con precios hasta tres veces más económicos que cualquiera de sus competidores es la cadena Tomasso. La pizza de mozzarella cuesta $80 y cada empanada se vende a $20. “Tengo tres locales, en Palermo y Caballito. Empecé con la cadena hace 2 años y medio y abrí el último de mis locales hace apenas tres meses”, sostuvo Lucas Pehua, dueño de la franquicia, quien asegura que el negocio es muy rentable.
Una de las claves para ofrecer productos de calidad pero con precios muy competitivos es en principio contar con locales pequeños, sin comedores, con pocos empleados y sin delivery propio. “Nosotros no trabajamos con ninguna aplicación ni contamos con envío propio, pero sí llegan las motos de Glovo y Rappi a buscar los pedidos”, agregó Pehua.
Al clásico Costumbres Argentinas se sumó hace algunos meses la cadena “Al Paso”, que vende comida rápida que va desde hamburguesas hasta sandwiches. “Los locales grandes cuentan con una facturación por mes de $1,8 millones. Mientras que los comercios “Al Paso” cuentan con una facturación que va entre los $800 millones y $1,5 millones por mes con una rentabilidad neta en ambos casos de entre el 12% y 13%”, detalló Arosio. Los nombres de las cadenas se reproducen semana a semana y aparecen nuevos jugadores que ven con entusiasmo el negocio. “La empanaderia” y “Empanadas Brozziano”, entre otras, ofrecen el mismo tipo de producto. Una amplia variedad de gustos a un precio que oscila entre los $19 y $20 la unidad y medialunas de grasa y manteca a $8 cada una. En todos los casos se trata de mercadería congelada que se prepara según la demanda. “La clave del éxito es ofrecer productos de calidad a precios muy accesibles. Todos los estratos sociales nos eligen, todos los productos superan la expectativa del consumidor. Eso lo logramos con una fuerte inversión inicial de la empresa en maquinaria”, concluyó Arosio.