Fuente: Clarín Gourmet by Gimena Pepe Arias – El cocinero Damián Cicero, más conocido como “Mono”, vuelve a apostar por su amado barrio, Quilmes. Después de un año de obra, abrió las puertas de Comedor Azcuénaga, un restaurante ubicado en su propia casa. La elección de la locación no fue al azar, el barrio era inamovible y su deseo de recibir a los comensales en su hogar para que se sintieran cómodos, fue determinante.
Cicero, Personalidad Destacada del Partido de Quilmes, ya había probado suerte con el Bodegón del Mono y el éxito lo acompañó. Pero aprovechó el vencimiento del contrato de alquiler para dar un paso más en su carrera y crear un restaurante con una dinámica diferente.
El restó es atendido por sus dueños. Literal. El Mono cocina y Cecilia, su pareja, recibe a los clientes, los ubica y les recomienda platos de la carta y vinos, según el gusto, el hambre y el presupuesto de cada uno. Ofrecen cocina catalana casera, con toques italianos, por las recetas heredadas de sus abuelos sicilianos.
La historia de Comedor Azcuénaga
“Cuando vos querés que las cosas se hagan bien, hacelas vos”, es el lema de Cicero, quien comenzó a los 18 años como lavacopas en un restaurante de Puerto Madero. Luego, se probó como ayudante en una parrilla donde descubrió su amor por las brasas. Sus grandes maestros fueron Joaquín Alberdi y Joan Coll, quienes lo contrataron en el Casal de Catalunya. Allí pasó por todos los puestos: cafetero, comis (ayudante de camareros), mozo, maitre, ayudante de cocina, cocinero y terminó siendo Director del restaurante cuando se va Joan Coll ya que era el único que tenía el knowhow del negocio de la cocina catalana.
Con su crecimiento profesional llegó su primera aparición en la televisión, en un programa de Roberto Funes Ugarte por la pantalla de C5N y las participaciones en radio. Y alcanzó la fama cuando Guillermo Calabrese lo convocó para participar en los programas dominicales de Cocineros Argentinos, por la Televisión Pública.Damián Cicero y Cecilia Martin, en su cocina. Guillermo Rodriguez Adami
Su carisma, su humildad y sus conocimientos sobre la gastronomía y su historia hicieron que el público lo adorara y lo siguiera en redes sociales.
Así llegó la apertura de El Bodegón del Mono, en su Quilmes natal, obviamente. Un bodegón donde la cocina estaba únicamente en sus manos. Por sugerencia de su madre, y con mucho temor, sumó a los clásicos platos de cantina los platos característicos de su cocina: el cochinillo, el pan con jamón crudo, pulpo, boquerones, ranas. “¿A quién le voy a vender esto?”, se preguntaba Cicero, a lo que su madre le respondió: “ vos ponelo en la carta y esperá”. Mono Cicero muestra con orgullo su nueva cocina. Foto Guillermo Rodriguez Adami
Así fue que los quilmeños paraban frente al pizarrón que ofrecía ranas y otras excentricidades para el barrio. Fue lento, pero la gente fue pidiendo especialidades españolas y el bodegón logró tener la esencia de su dueño. Cuando el contrato de alquiler estaba por finalizar el “mono” sintió que era el momento de cumplir su sueño: vivir en su restaurante.
Doce meses de obra después nace Comedor Azcuénaga. “No es mi trabajo, es mi vida. Estoy disfrutando el momento. Este es el resumen de mi vida gastronómica donde aplico todo lo que aprendí en estos 28 años”, se sincera y agrega: “Desde pelear papa, hacer la bacha, cocinar, el trato con el cliente, los proveedores… Creo que este es un presente que puede durar cuatro o cinco años. Cuando no me de más el físico vuelvo a hacer un boliche grande y a la dirección”.La tortilla, un clásico de la cocina de Cicero. Foto Guillermo Rodriguez Adami
El concepto de Comedor Azcuénaga es diferente a otros restaurantes. No tiene vidriera, solo un pequeño cartel que indica que allí funciona el restó. “La experiencia es distinta, esto es una casa, la privacidad y la seguridad es distinta”, señala el cocinero.
Para lograr el concepto hogareño una vez que se atraviesa la puerta azul se accede a un jardín pequeño que te recibe con una mesa con diversas botellas de vermú, jugos y cubos de hielo para que cada uno se haga su cóctel. En la mesa contigua un cartel indica cómo hacer pa´amb tomaquet, un pan con tomate típico de la cocina catalana y todos los insumos para realizarlo y disfrutarlo al aire libre. Esta es la primera cortesía que ofrecen.Cocina a la vista y productos artesanales. Foto Guillermo Rodriguez Adami
Una vez dentro del salón comedor Cecilia ubica a los comensales, muestra la carta y con la llegada de la bebida aparece la segunda cortesía de la casa, el copetín. Olivas marinadas, pasta de berenjena ahumada, sobrasada (embutido mallorquín) traído desde San Pedro, oliva especiado y tomatitos cherry.
La premisa es ir relajado. Tomar la “salida a cenar” como una pausa, donde nadie mira el reloj, solo se dispone a disfrutar del momento.Mono en acción. Foto Guillermo Rodriguez Adami
No cobran servicio de mesa y no sirven gaseosas. En realidad, quienes realmente quieran consumir gaseosa pueden hacerlo ya que en la carta de bebidas, al final, figura una opción, pero destacan que “desalientan su consumo”. “Me da pena que coman pescados y mariscos con gaseosa, este es un lugar que lo hice para que sea de pleno placer”, explica su postura Cicero.
La cocina es a la vista y se puede ver al mono cocinando como si fuera un pulpo, en los fuegos, en el kamado, metiendo mano en el horno Rational (el horno fetiche de los cocineros) mientras que charla con los clientes curiosos que le hacen preguntas mientras sacan fotos o filman la situación.Gambas al ajillo. Foto Guillermo Rodriguez Adami
Pese a que hay freidoras y una parrilla japonesa a carbón en la cocina el salón está libre de humo. Cicero cuenta entre risas que no tiene auto pero que se dio el lujo de invertir en lo mejor de la tecnología para su nuevo emprendimiento.
“Para mí, lo que estamos haciendo es de vanguardia, al margen de hacer cocina tradicional. Todos los barrios deberían tener un buen restaurante, no hay por qué tener que viajar a los polo gastronómicos para comer bien”, asegura Cicero.
Qué comer en Comedor Azcuénaga
La carta evoca a la cocina catalana, la italiana y “la de barrio”. “Me crié en Quilmes cazando ranas y caracoles que luego se transformaban en un platazo de la abuela”, recuerda el cocinero.Mix de tapeito ibérico. Foto Guillermo Rodriguez Adami
Todo está elaborado con los mejores insumos que se consiguen en el mercado. Y si es posible, comprado a productores Quilmeños.
De las seis entradas propuestas se destacan el mix tapeito ibérico, que trae boquerones con alioli y piquillos, pan con tomate y jamón serrano español, una porción de tortilla y rabas fritas ($18.000) y las gambas al ajillo cocidas en cazuela de barro con 100 cc. de aceite de oliva extra virgen y ajo crujiente ($ 11.000).Paella de Comedor Azcuénaga. Foto: Guillermo Rodriguez Adami
La carta sigue con dos opciones de pasta seca italiana con hongos o mariscos ($ 14.000) y con la arrocería especial: paella socarrat ($ 16.000) o risotto al vino tinto con langostinos ($ 18.000). Quienes gusten del ahumado el kamado pueden elegir entre chuletón madurado 45 días ( $ 18.000), pesca ($ 18.000) y pulpo español asado ($ 52.000).
La especialidad de la casa es sin dudas el cochinillo a la segoviana de cocción lenta que se ofrece de a cuartos, medio o entero (desde $19.000). En el cierre dulce, imperdible la crema catalana ($ 4.000).Crema catalana, la reina de los postres. Foto Guillermo Rodriguez Adami
Si bien los domingos el Comedor no abre, sí lo hace Brasa Atrás, una propuesta diferente que se va a realizar algunos domingos del mes en el fondo de la casa del Mono. El quincho, para los asados de los domingos. Foto: Guillermo Rodriguez Adami
El quincho prenderá su parrilla y recibirá a quienes gusten un asadito con carne y pescados a las brasas. La experiencia incluye chapuzón en la piscina y, si hay partido de fútbol, se puede ver en las grandes televisiones preparadas exclusivamente para estos eventos deportivos.
Es necesario hacer reserva ya que el salón tiene solo 7 mesas.
Comedor Azcuénaga: Abre jueves, viernes y sábado de 20.30 a cierre. Reservas por whatsapp mediante mensaje escrito: 1150439078. Instagram: @comedorazcuenaga