Fuente: Diario Río Negro ~ Fue galardonado en España como Embajador de la Gastronomía Iberoamericana. Otro gran logro para el argentino.
El sommelier argentino Andrés Rosberg fue galardonado con el Premio Binómico como Embajador de la Gastronomía Iberoamericana.
El reconocimiento al sommelier argentino tuvo lugar durante el cierre de la primera edición del Congreso Gastronómico Iberoamericano Binómico, horas atrás, en la ciudad andaluza de Huelva, España.
De inmediato Yo Como le pidió a Andrés su impresión de recibir tan extraordinario premio y lo que ello implica para la sommelería, la vitivinicultura y la gastronomía argentina. Esta fue su respuesta primera y profunda, al mismo tiempo.
Binómico, una reivindicación de la iberoamericanidad
Por Andrés Rosberg, especial para Yo Como
Dicen que el leve batir de las alas de una mariposa puede sentirse al otro lado del mundo. Es improbable, acaso imposible, que Don Cristóbal imaginara que la travesía que lo llevó hasta el Nuevo Mundo seguiría inspirando lazos de amistad y colaboración entre personas de ambas márgenes del Atlántico más de quinientos años más tarde.
Colón partió un 3 de agosto de 1492 del puerto de Palos de la Frontera, en Andalucía, al otro lado del Río Tinto de la actual ciudad de Huelva. La historia de esta ciudad, por ende, está íntimamente conectada con la del continente americano. No existe otro rincón -con la excepción, tal vez, de las Islas Canarias- tan americanista como Huelva en todo el Reino de España.
Quizá por eso nadie se sorprendió cuando el talentoso emprendedor onubense Alberto de Paz y el alcalde de la ciudad Gabriel Cruz Santana decidieron aunar fuerzas para hacer que Binómico, el primer Congreso Gastronómico Iberoamericano, se hiciera realidad en Huelva esta semana.
¿Por qué este congreso fue una reivindicación necesaria de la iberoamericanidad? Porque nos puede separar un océano, pero nos unen la lengua, la mirada, la cultura, los afectos, y la sangre.
Andrés Rosberg, sommelier, tras recibir el premio como Embajador de la Gastronomía Iberoamericana
Binómico fue una fiesta: una provincia con una gastronomía maravillosa, una ciudad vestida de gala para recibir un evento de clase mundial -cuyo epicentro fue, como corresponde, la tradicional Casa Colón-; cientos de espectadores y estudiantes de gastronomía arribados de todo el país; y decenas de personalidades de la primera línea de la cocina, el vino, la gastronomía, la alimentación y la cultura iberoamericanas. Todos dándose cita bajo el lema “22 cocinas, una identidad”, en apropiada referencia a los 22 países que componen la esta gran familia de naciones que es Iberoamérica, un maravilloso espacio de encuentro en el que se puso en valor la diversidad de nuestros pueblos y se generó comunidad al mismo tiempo.
¿Por qué este congreso fue una reivindicación necesaria de la iberoamericanidad? Porque nos puede separar un océano, pero nos unen la lengua, la mirada, la cultura, los afectos, y la sangre. Porque a veces el todo es más que la suma de las partes: Europa obtuvo la papa, el tomate y el cacao, pero no es menos cierto que las Américas recibieron la vid y el olivo y que, juntos, estamos llamados a ser protagonistas de la escena gastronómica mundial en los años por venir. Y porque la gastronomía, como se demostró repetidas veces durante el congreso, es una herramienta formidable de promoción de formas de producción sostenibles y de desarrollo social.
Durante el congreso se celebraron ponencias y mesas redondas, con más de cuarenta disertantes de once países transmitiendo sus intervenciones por streaming a toda Iberoamérica. Entre las ponencias, cabe destacar, se incluyó una sobre “Vinos de Iberoamérica”, en la que tuve el honor de compartir escenario con los sommeliers Rafael Bellido, de España, y Ricardo Grellet, de Chile, y que nos permitió comunicar a nivel internacional las virtudes de nuestros vinos.
El plato fuerte quedó, por supuesto, para el cierre del congreso. Ahí se entregaron los premios Binómico a personas e instituciones que hicieron un aporte excepcional al desarrollo de la gastronomía de esta región. Me tocó ser el único argentino nombrado Embajador de la Gastronomía Iberoamericana por los años de labor como cofundador y presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers y la Alianza Panamericana de Sommeliers, promoviendo la formación y el desarrollo de sumilleres en el mundo, y por ser el único presidente hispanoamericano en la historia de la Asociación de la Sommellerie Internacional. Un broche de oro para mí, sin duda, pero principalmente un reconocimiento para toda la sommellerie y la vitivinicultura argentinas que han acompañado durante estos más de veinte años de trabajo promoviendo nuestra cultura y nuestros vinos.