Fuente: Clarín ~ El plan fue aprobado por la Legislatura en primera lectura. En el Hipódromo de Palermo la llaman «playa de estacionamiento Gigena». En verdad, se trata de cinco garajes ubicados entre la avenida Dorrego, Marcelino Freyre, Libertador y las vías del ferrocarril Mitre. El predio, que pertenece a la Ciudad y forma parte del Parque Tres de Febrero, está en manos del Hipódromo desde hace 16 años. Pero ahora el Gobierno porteño lo quiere recuperar y este jueves la Legislatura porteña aprobó en primera lectura el proyecto oficial para rezonificarlo y darlo en concesión para hacer un polo gastronómico y comercial. Este complejo será una continuación del Paseo de la Infanta.
Hasta último minuto no se sabía si iban a tratar esta iniciativa, porque el oficialismo no estaba seguro de obtener el consenso necesario con la oposición para aprobar la ley. Finalmente, salió con 40 votos a favor y 17 en contra. Ahora será debatida en audiencia pública antes de volver al recinto para una nueva y definitiva sanción.
Actualmente, en el predio se diferencian cinco playas de estacionamiento para más de 1.000 vehículos en total, una de ellas cubierta.
El proyecto propone un cambio de zonificación del predio, para convertirlo en el «Ámbito Gigena». Y autoriza al Ejecutivo a «otorgar en concesión de uso y explotación y/o de obra pública el inmueble» por un plazo de hasta 30 años. El terreno no podrá ser dividido en parcelas, pero sí en sectores para delimitar concesiones o permisos de uso.
En los fundamentos del proyecto se indica que la finalidad es «la creación de un espacio de usos múltiples, mediante el desarrollo de la actividad comercial, gastronómica y deportiva, y la recuperación del edificio como parte del conjunto urbano con eje en la intersección de las avenidas Dorrego, Del Libertador y Bullrich».
El Hipódromo de Palermo está delimitado por Libertador, Dorrego, Olleros y Agustín Méndez. Tiene 56 hectáreas y es propiedad del Estado Nacional.
Lo que se busca es que sea una continuación del polo gastronómico ya existente bajo los arcos que sostienen a las vías del tren Mitre. Entre los usos permitidos, se habilitará el comercial minorista, de alimentación y gastronomía -incluyendo pizzerías, restaurantes, cantinas, grills, bares, cafés y heladerías-, playas de estacionamiento, gimnasios y clubes deportivos, locales de lectura, cines, teatros, auditorios, galerías de arte, museos y bancos.
En cuanto a la edificación, la idea es mantener la altura actual, excepto en el 35% de la superficie de la terraza existente, donde se admiten hasta cuatro metros más.
«El proyecto pretende mejorar las condiciones funcionales de edificios obsoletos localizados en ámbitos de gran valor simbólico-patrimonial, generando la reconversión y renovación de espacios productivos, según criterios de coexistencia de usos que sean funcional y ambientalmente compatibles», dice el texto.
El vicepresidente 1° de la Legislatura, Francisco Quintana, aseguró que “el desarrollo de este predio generará una nueva dinámica y fuentes de trabajo”. Mientras que la presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano, Victoria Roldán Méndez, agregó: «Hoy es un espacio cerrado con rejas, con este proyecto lo abrimos».
Pero el proyecto puede disparar otra discusión. Según el texto votado, el predio le pertenece a la Ciudad y la concesionaria Hipódromo Argentino de Palermo Sociedad Anónima (HAPSA) lo está explotando en forma gratuita desde 2002. Pero en la empresa tienen otra postura: fuentes de la firma le aseguraron a Clarín que no estaban al tanto del proyecto, que el estacionamiento les fue otorgado como parte de la concesión que ganaron en 1992, y que lo que pagan de canon (el 30% de la facturación de las tragamonedas) incluye el derecho de explotar esa playa. Por eso, agregaron que esperan «ser convocados» para interiorizarse en el proyecto y evaluar la posibilidad de trabajar en conjunto.
El desarrollo del predio tiene otro tema a resolver. Cada noche el Hipódromo recibe a cientos de personas que van a jugar a las máquinas tragamonedas, los estacionamientos de la zona se llenan y en las veredas de Libertador hay cuidacoches. Al quitar estas 1.000 plazas para autos, esa situación podría complicarse aún más.