Fuente: Filo.News ~ Secretos. Eso es lo que se esconde en la nueva casa de Namida, que dejó sus huellas en el hotel Palo Santo y hoy renace en el corazón de Palermo Hollywood. Es que el local ubicado en El Savador 5783, rompe los esquemas con una propuesta que fusiona la cocina japonesa con sabores bien argentinos e invita a que los paladares viajen en una montaña rusa de sabores que sorprenden.
La armonía que brota desde las flores que decoran las paredes se traslada a la mesa con el despliegue de cada plato. Y es en ese momento donde los sentidos tienen que estar preparados para lanzarse a la aventura de probar y descubrir. En definitiva, esa es la gran invitación que hace Namida: perderle el miedo a lo desconocido y darle una oportunidad a la sorpresa.
La ruta puede comenzar con los clásicos langostinos apanados y, de pronto, explotar de sabor con las Kabochas (croquetas japonesas de cabutia), o los arrolladitos de osobuco con salsa agridulce. Eso sí: antes de pasar al plato principal, es imperioso -al menos así lo recomienda quien escribe- hacer una parada técnica por las Aubergine, las berenjenas asadas con garrapiñadas de girasol y salsa de misso. Una fiesta para los amantes de las berenjenas.
Como si fuese un desfile de moda, los niguiris, rolls y sashimi desfilan uno tras otro con sus colores, texturas y aromas particulares. Hay para todos los gustos: niguiris de salmón fresco quemado con aceite de trufa y huevo frito de codorniz; sahimis de salmon, pesca nacional y langostino y rolls de salmón aderezado con queso y salsa de maracuyá, sólo por nombrar algunos. Claro, también hay variedad de propuestas vegetarianas y veganas, como otros platos principales entre los que se destaca el churrasquito con provenzal Nikkei, puré de boniato y fondo de curry.
Los craneos detrás de Namida son los primos Facundo y Matías Kreiman, que combinan sus especialidades para transmitir la esencia argentina mezclada con la cultura y técnicas orientales.
«Más allá de que Namida es conocido hace cuatro años por el sushi, estamos tratando de que la gente vea que somos más que eso», cuenta Facundo en una charla con Filo.News. Y Matías agrega: «Es una fusión de los que nos gusta a nosotros. Somos apasionados de la comida japonesa y asiática en general. Nos gusta tener toda la mesa llena de comida y probar todo. Nos gustan estos sabores porque no son con los que nos criamos, aunque también le ponemos un poco de ellos. O sea, queremos que los platos tengan un poco de lo que conocés y otro de lo que no».
Facundo es sushiman desde hace más de 14 años y su camino en la gastronomía comenzó cuando tenía 22 años y se abrió un delivery de sushi con un amigo. Después de tener un local en Chile, de desencuentros con ex socios y de descubrir cosas «fuera de serie», empezó a sentir que los platos de su abuela y los asados de los domingos podían convivir con el sushi. Así fue como se gestó el nacimiento de Namida, que camina sobre los sabores tradicionales buscando lograr los propios.
«Me gusta experimentar permanentemente. Me pasa también que pruebo de hacer algo y si me gusta más que otra cosa lo incluyo en la carta. Aparte me parece que está bueno que los clientes asiduos que tenemos vengan y puedan probar algo nuevo cada vez que vienen. Me parece un diferencial», detalla Matías, que es chef con conocimientos en cocina internacional.
Pese a tener oportunidades de desembarcar en otros países, los primos eligieron apostar en la Argentina. «Nosotros amamos Argentina y la primera opción para poner un negocio fue acá, no irnos afuera», afirma Matías.
Más allá de la innovación en los platos, los creadores de Namida intentan derribar la idea instalada de que el trabajo en gastronomía es «esclavo» y muchas veces no bien pago. «Si te acomodás los horarios y con el equipo de trabajo vas a disfrutar con la familia. Obvio que habrá días en los que vas a estar cansado, pero el objetivo es que eso sea esporádico y podamos disfrutar del trabajo y después de la familia y los amigos», sostiene Facundo. Incluso, su meta es que el día a día sea placentero aunque a veces haya roces en la cocina. «Hay momentos de tensión donde nos peleamos y no te queda otra que hablarte porque tenés que seguir sacando servicios. Pero somos recontra familia, crecimos juntos», dicen. Y ahí dejan al descubierto otro de los secretos: si se cocina con pasión, el resultado va a ser el más rico.
¿Qué significa Namida?
«Namida significa lágrima. Además de ser un término que se utiliza en leyendas japonesas, también es un poco nuestro el hecho de estar todo el tiempo llorando y sufriendo: ‘¿Por qué te va mal?’, ‘Y porque la Argentina viste como es…’; ‘ Y por qué te va bien?’, ‘Y no porque…'», ejemplifica Facundo, el responsable de que Namida, en Argentina, también sea sinónimo de comida.