Fuente: iProfesional – El jefe de Gobierno permite que sean usufructuados con el aval del sindicato de Camaño. Palermo, Villa Crespo y otros barrios, cada vez más recortados
Lo que nació como una iniciativa interesante para sostener la menguante actividad de bares y restaurantes durante la pandemia de Covid-19 y las sucesivas cuarentenas decretadas por los ejecutivos nacional y provincial terminó por institucionalizarse y formar parte del paisaje urbano cotidiano de los porteños.
Empezaron siendo unos cientos a comienzos del 2021 y, hoy, se cuentan por miles y, prácticamente, no hay un bar o local gastronómico abierto o recién inaugurado que no posea un deck habilitado que le permita trabajar atendiendo clientes en la vereda.
Desde luego que estas estructuradas que se encuentran claramente tipificadas en la normativa vigente en la CABA, por ejemplo, se permiten cubiertas estilo toldos con una altura mínima de 2,50 metros; cerramientos laterales totales con material transparente entre los meses de mayo y agosto y pueden incluir sistemas de calefacción exterior eléctricos o a gas, terminan por obstruir bocas de tormenta, tapando paradas de colectivos, provocando problemas con el escurrimiento del agua pluvial, además, de achicar la vereda, en ocasiones, a nivel de tener que circular en fila india si se está caminando por un barrio colapsado por decks como puede ser Palermo.
Vecinos de Palermo denuncian una «invasión» de restaurantes
La organización vecinal Palermo resiste, muy activa en redes, suele denunciar a las autoridades de la Comuna 14, de ser los responsables de la invasión de los gastronómicos poniendo en riesgo la vida de los vecinos que para esquivar los decks terminan bajando a la calle poblada de ciclistas que circulan en doble mano, automóviles y camiones que transportan mercaderías para los restaurantes.
Irónicamente se refieren a la administración de la Ciudad como los creadores de la «invasión deck» y realizan sus propios relevamientos que arrojan un total cercano a los 270.
Una cifra que se modifica según las constantes aperturas y los cierres de los locales gastronómicos. Cuando terminan su actividad comercial y las persianas caen, en general, los decks quedan arrumbados sobre la vía pública durante semanas sin ser removidos.
El fenómeno que comenzó en la pandemia ahora invade gran parte de las veredas y el espacio público.
De manera oficial, los vecinos autoconvocados fueron informados por el titular de la Comuna, Martín Cantera, de Juntos por el Cambio, que el gobierno porteño tiene registrados y con permiso a 137 locales para que instalen decks en esa comuna de la ciudad. Pero las fotos y el relevamiento enseñan que en la actualidad hay un número mucho mayor.
De lo que se desprende que hay locales que trabajan sin permiso en la vereda a pesar que obtenerlo no es nada difícil y se libran por cinco años.
Sólo hay que respetar los límites establecidos, no se puede exceder el ancho del local habilitado, a no ser que se cuente con autorización de los propietarios de los inmuebles linderos, cuestión que suele ocurrir ante la crisis económica que vive el país y por la cual algunos vecinos terminan arreglando con el dueño del local por una retribución, y respetar un mínimo de circulación de las veredas de 1,5 metros en aceras de 2,5 a 4 metros de ancho.
Ahora bien, al igual que en Palermo, los vecinos de Liniers, Caballito, Flores, Balvanera, Villa Crespo, entre otros barrios donde se instalan polos gastronómicos, observan que estas indicaciones no se cumplen y en una misma cuadra se debe bajar a la calle en un par de ocasiones para sortear los decks.
Invasión de decks en la Ciudad: la postura del gremio de gastronómicos
Los encargados de la fiscalización y control son los inspectores de la Agencia Gubernamental de Control que sólo labran actas cuando la insistencia de los vecinos se torna evidente.
Ahora bien, detrás de esta decisión del ejecutivo porteño de permitir trabajar a los empresarios gastronómicos en la vía pública se encuentra la presión de las organizaciones de bares y afines junto al poderoso apoyo del sindicato gastronómico de la ciudad de Buenos Aires que conduce Dante Camaño uno de los sindicalistas que sustenta a los políticos del PRO a nivel nacional y municipal.
Para el gremio de Dante Camaño, los decks fueron claves durante la pandemia y también ahora en plena crisis.
En el sindicato explican que «la pandemia de Covid fue una bomba neutrónica para la actividad. Se cerraron y se perdieron miles de puestos laborales en la CABA. La decisión tomada de permitir los decks para que volviera el consumo típico de los porteños en los bares de la ciudad fue la respuesta que encontramos para paliar tantas necesidades. Pero a la pandemia de Covid, le siguió la pandemia de la crisis económica del gobierno nacional que no nos permite bajar la guardia y, la verdad, es que los empresarios y los compañeros gastronómicos necesitan que los decks se sostengan en el tiempo».
Antes de la pandemia, la normativa para establecer decks, pasaba por el cobro de un canon por el uso del espacio público, razón por la cual no proliferaban este tipo de instalaciones en las veredas.
Los comerciantes suelen denominar a los decks, «terrazas», y, uno de ellos confió que «gracias a este sistema, duplicamos la cantidad de mesas disponibles además de satisfacer a los clientes que fuman que continúan siendo una legión. La verdad es que si debiera cerrar la terraza tendría que reducir personal al otro mes, sin dudar un segundo», explicó un emprendedor gastronómico de la calle Thames.
El debate por la invasión de decks en los restaurantes de la Ciudad
La Ciudad Autónoma no fue la única que sufrió por debates acerca de la viabilidad de estas instalaciones en la vía pública y, si analizamos las posiciones de jefes comunales de Juntos por el Cambio, observaremos disparidades de criterios.
Mientras que, en el partido de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, es un defensor a ultranza de los decks y sostuvo públicamente que son «algo bueno para Mar del Plata pero tiene que estar controlado», el intendente de La Plata, Julio Garro, terminó con los decks montados en pandemia y el pasado verano fue el último que los gastronómicos platenses gozaron de su usufructo.
Para Garro era fundamental volver a la fisonomía que La Plata tenía antes de la pandemia. En Mar del Plata, Montenegro, debió afrontar las críticas de varios comerciantes que notaron como la permanencia de esas estructuras en las calles de «La Feliz» generaron inequidad, con respecto a otras actividades comerciales ajenas a la gastronomía.
Retornando a la Ciudad de Buenos Aires, el futuro cambio de administración en el gobierno porteño y el relajamiento que suele suceder en las áreas administrativas y burocráticas cuando se está por decidir en las urnas la elección de un nuevo Jefe de Gobierno, se traduce en una amplia proliferación de decks, registrada en los últimos días, en coincidencia con la llegada de la primavera.