Frente a la imposibilidad de abrir sus puertas por la cuarentena por el coronavirus , los restaurantes ensayan distintas respuestas para afrontar los gastos y para estar presentes para sus clientes. Algunos incursionaron o reforzaron el canal del delivery, otros ofrecen la posibilidad de hacer compras futuras , mientras que un grupo bastante selecto eligió vender la materia prima de los platos, acompañada de algunos secretos para que los comensales recreen la experiencia de comer afuera en sus casas.
Uno de esos casos es el de la parrilla Happening, que está vendiendo sus cortes de carne crudos en porciones, algunas entradas de parrilla (chorizo, morcilla, salchicha y provoleta), quesos y fiambres , pan congelado precocido , aceite de oliva y algunos vinos y champagnes.
«Cuando empezó a circular la noticia del coronavirus , decidimos sacar la mitad de nuestras mesas y unos días después, con el agravamiento de la pandemia, tomamos la decisión de cerrar las puertas. Pero pasaron los días y el teléfono nunca paró de sonar. Muchas veces nos pedían nuestros productos para llevar a casa y había surgido la idea de hacer un almacén boutique, pero con el día a día de la actividad gastronómica nunca lo implementamos. Ahora con este parate de la actividad, nos reinventamos y optamos por empezar a vender nuestros productos para que nuestros clientes puedan cocinar en sus casas», contó a LA NACION Lucas Brucco, uno de los dueños de la parrilla Happening, que tiene dos locales en Costanera Norte y Puerto Madero.
La carta está disponible en la cuenta de Instagram del restaurante y los pedidos se toman vía WhatsApp con envío gratis en Capital Federal y Zona Norte. Las carnes van acompañadas de sus salsas y algún secreto de la casa para los cortes especiales, como el T-Bone.
«Tuvimos un muy buen feedback de la gente, que pidió nuevamente y le contó a sus amigos y familia que luego se comunicaron con nosotros. La idea es incorporar nuevos productos y poder darles a los clientes un poco de lo que es la experiencia Happening, pero ahora en casa», agregó.
Otra famosa parrilla que se reconvirtió es Don Julio, que abrió su carnicería en Palermo al público, según explicó su dueño Pablo Rivero. «En este contexto en que no podemos dar todo lo que somos y lo que hacemos, ya que comer en un restaurante es una experiencia, decidimos que el mejor lugar para Don Julio hoy es en las casas con la gente que volvió a cocinar. Queremos brindarles todo el trabajo que hacemos detrás del producto, que es mayor al que hacemos después de cocinarlo, y abrimos nuestra carnicería al público», detalló.
«No es lo mismo que el producto te llegue en una bandeja descartable en una moto que sentado comiendo, como te llegó históricamente y como es la mejor forma de consumir ese producto», agregó.
En la nueva oferta se destacan los cortes de carne crudos sin hueso, con hueso, embutidos frescos, piezas enteras, achuras, quesos para parrilla y productos de su salumería y proveeduría. Toman pedidos por WhatsApp o a través de su web y tienen delivery o la opción de take away.
En tanto, consultado acerca de si este cambio en el negocio ayuda a compensar los ingresos cuando no se puede abrir el restaurante, Rivero dijo que no soluciona los problemas de la crisis, pero que es importante que los empleados se mantengan activos. «El objetivo es más que nada humano», acotó.
Por otro lado, los amantes de la cocina italiana también pueden comprar pastas frescas para hacer en casa en el restaurante Trattoria Olivetti, ubicado en Palermo, que también vende salsas, panes de masa madre, quesos artesanales, aceite de oliva y vinos nacionales e importados. Los pedidos se realizan vía WhatsApp con envío o sistema take away o a través de aplicaciones de delivery .
Por último, el restaurante de cocina judía Mishiguene, en Palermo, no sólo está haciendo delivery de sus platos cocinados (con sistema propio y a través de apps) sino que también empezó a vender productos de almacén como pickles de pepino, pan pita y hummus, entre tantos otros.