Fuente: Clarín ~ La Legislatura aprobó una ley que deroga el tributo que les cobraban. Igual, para tenerlas deberán seguir cumpliendo reglas.
La Ciudad dejará de cobrarles a los bares y restaurantes por usufructuar el espacio público; es decir, por poner mesas, sillas y sombrillas en las veredas. Se trata de un proyecto promovido desde el Ejecutivo porteño, y acordado con las cámaras de las empresas del sector gastronómico, que este jueves fue aprobado por la Legislatura y se transformó en ley. Con esta modificación del Código Fiscal, el Gobierno pretende facilitar la creación de nuevos emprendimientos y desarticular un proceso de fiscalización que demanda más recursos administrativos que lo que se podía recaudar, según los argumentos oficiales.
La ley también deroga el pago de un tributo por los decks que se colocan sobre la calle, que siguen requiriendo habilitación, al igual que las mesas y sillas.
El proyecto recibió 33 votos positivos, 21 negativos y dos abstenciones. Entre quienes votaron en contra, entre ellos el diputado Sergio Abrevaya (GEN) y Myriam Bregman (PTS) argumentaron que la ley beneficia a los grandes empresarios gastronómicos y no a las PyMEs
La tasa que pagaban los locales gastronómicos para poner mesas y sillas en la vereda variaba según la zona y el ancho de la vereda. Foto: Diego Waldmann
Hasta ahora, los bares y restaurantes pagaban por poner sus sillas y mesas en las veredas. Y el canon se abonaba semestralmente a la AGIP (Administración Gubernamental de Ingresos Públicos). Por ejemplo, en una zona como Palermo, Recoleta o el Área Central, un comerciante pagaba $ 2.430 por metro cuadrado siempre que la vereda tuviera menos de 4 metros de ancho; o $ 2.030 si la vereda era más ancha. En avenidas como Montes de Oca, por ejemplo, el canon era inferior: $510 por cada metro cuadrado si la vereda es tiene menos de 4 metros de ancho, y $ 400 si es supera esa medida.
En las zonas más caras, como Palermo, la tasa semestral costaba $ 2.430 por metro cuadrado ocupado. En Barracas, entre $ 400 y $ 510.
Desde el Ministerio de Economía y Finanzas dijeron que la recaudación por esta tasa «era absolutamente marginal para un presupuesto de más de $ 327.000 millones».
Según trascendió, por año se recaudaban apenas $ 6 millones por este canon, una cantidad que no se condice con el número de mesas y sillas que a simple vista se observa en las veredas porteñas.
En teoría, la tasa era abonada por los comercios en relación a la cantidad de mesas, que también tiene vinculación con los metros cuadrados del local. Un ejemplo contundente es el de La Biela, el famoso bar que tiene 80 mesas en la vereda, en una de las esquinas más turísticas de la Ciudad, en Junín y Quintana, frente a Plaza Francia y el Cementerio de la Recoleta. Su dueño contó que durante el último año pagaron $ 350.000: «Es mucho dinero. Por un lado, las mesas en la calle son un gran atractivo y tenerlas nos permite contratar más personal. Pero al mismo tiempo, nos obliga a pagar esta tasa que en términos de recaudación creemos que no representa nada en términos económicos para el Gobierno porteño», dijo Carlos Gutiérrez.
La Biela tiene 80 mesas en la vereda y en el último año pagó $ 350.000. Foto: Néstor Sieira
Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público aseguraron que los controles continuarán: «El uso de las veredas se seguirá controlando, la idea no es que sea un descontrol. Queremos que la Ciudad sea un lugar para disfrutar y que los vecinos se adueñen de estos espacios que sostienen bares y restaurantes. Las mesas tienen que cumplir los parámetros ya conocidos por todos, no tienen que estar sobre la línea municipal y se tienen que sacar todas las noches», apuntó Juan Pablo Limodio, Subsecretario de Administración y Uso del Espacio Público.
De hecho, y como hasta ahora, para poder instalar mesas y sillas en la calle o un deck, los bares y restaurantes deberán solicitar un permiso ante la Dirección General de Ordenamiento del Espacio Público, donde tendrá que presentar la constancia de habilitación del local otorgada por la Agencia Gubernamental de Control.
Por otra parte, las estructuras de madera que se ven alrededor de los árboles (que muchos usan como mesas o como bancos) siguen estando prohibidas. Aunque se ven por muchos lados, están en infracción. El funcionario aseguró que «se labran actas de comprobación, multas y eventualmente se decomisan las mesas y las sillas, o estas estructuras que no están autorizadas». Por otra parte, vale recordar que sólo bares y restaurantes tienen permisos para tener mesas y sillas en las veredas, no así los kioscos.
La ley también exime del pago por tener decks en la calle. Foto: Lorena Lucca
Los vecinos de las inmediaciones del Ecoparque, en Palermo, no tienen la misma visión que Limodio. «Es una pelea permanente con los encargados de los bares. En la zona que tiene como eje el cruce de República Árabe Siria y Cerviño cada cual hace lo que quiere. Se sabe que las mesas no pueden estar sobre la línea municipal, sin embargo es cuestión de pasar cualquier día, en cualquier momento, y ver que las mesas están sobre ella. También hay estructuras alrededor de los árboles. Como vecinos hacemos las denuncias, y hablamos con los encargados de los locales. Las sacan durante unos días y luego las vuelven a poner. Y así todo el tiempo. No quiero imaginar lo que va a ser el descontrol de mesas y sillas a partir de esta ley, cuando ni siquiera van a tener que pagar por usar las veredas», se lamentó Mercedes, que vive en el barrio desde hace 10 años.
En cambio, en la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) se mostraron satisfechos: «En este momento de crisis, esta ley es muy importante porque la actividad está complicada y este es un costo diferido importante para los comerciantes. Además es una tasa muy injusta porque iba a ser por un período de tiempo y, como ocurre usualmente en este país, se quedó por siempre», dijo a Clarín Ariel Amoroso, presidente de la institución.
Los empresarios gastronómicos afirman que la tasa que se pagaba era injusta, porque fue impuesta de manera provisoria y quedó para siempre.
Desde el Ministerio de Economía y Finanzas aseguran «que la derogación va en el sentido de eliminar distintas normativas burocráticas, así como también generar un circuito económico virtuoso, potenciando el desarrollo del sector gastronómico en la Ciudad». En este caso, explicaron, se llevó a cabo esta «mesa productiva» con el área de Bienestar Ciudadano y los empresarios gastronómicos. La idea es continuar trabajando con otros sectores de servicios y productivos, confirmaron desde el ministerio.