Fuente: Clarín – Buenos Aires es una ciudad que respira gastronomía. Cada barrio tiene su propio encanto y estilo culinario, lo que convierte a la capital en un verdadero paraíso para los amantes de la buena mesa.
La llegada de un fin de semana largo trae la oportunidad perfecta para salir a recorrer y disfrutar de los mejores polos gastronómicos que la ciudad tiene para ofrecer. Desde zonas con un toque bohemio hasta los barrios más elegantes, estos cinco lugares son ideales para disfrutar con mucho apetito y ganas de conocer nuevos lugares.
Palermo: entre Soho y Hollywood, el corazón gastronómico
El barrio de Palermo se convirtió en uno de los polos culinarios más activos de la ciudad. Dentro de Palermo, dos áreas se destacan: Palermo Soho y Palermo Hollywood.
Palermo Hollywood
Delimitado por las avenidas Juan B. Justo, Santa Fe, Córdoba y Dorrego, Palermo Hollywood surgió a comienzos del siglo XXI con la llegada de productoras y canales de televisión. Restaurante Las Flores Palermo Hollywood. Foto: Fernando de la Orden – Clarín.
Hoy esta zona es conocida por su ambiente moderno y cosmopolita, con una oferta culinaria diversa que abarca desde bodegones tradicionales hasta restaurantes gourmet y con propuestas de cocina internacional. El lugar perfecto para quienes disfrutan de cenas al aire libre en un entorno moderno.
Palermo Soho
Al otro lado de la Av. Juan B. Justo se encuentra Palermo Soho, un área conocida por su espíritu bohemio y su orientación al diseño y la moda. Delimitada por las avenidas Scalabrini Ortiz, Córdoba y Santa Fe, Palermo Soho se destaca no solo por sus boutiques y galerías de arte, sino también por su variada oferta de restaurantes. .
Acá encontrarás cafés pintorescos y restaurantes de autor que fusionan la cocina tradicional argentina con influencias internacionales.
Las Cañitas: el polo gastronómico con aire a polo
Otro imperdible es Las Cañitas, ubicado en el barrio de Palermo, sobre la calle Báez y sus alrededores. Esta zona comenzó a consolidarse en los años 90como un referente culinario, atrayendo tanto a locales como a turistas.
Su cercanía con las canchas de polo le añade un atractivo especial, convirtiéndolo en el lugar ideal para disfrutar de cenas elegantes en un entorno tranquilo. Barrio las Cañitas. Foto: Juano Tesone – Clarín.
Puerto Madero: Glamour junto al río
Si lo que buscás es una experiencia gastronómica con vistas impresionantes, Puerto Madero es el lugar indicado. Este antiguo puerto, renovado y convertido en un centro residencial y de cocina de lujo, ofrece algunos de los mejores restaurantes de Buenos Aires.
Sus amplios espacios y su moderna arquitectura lo convierten en un destino atractivo para quienes desean combinar una comida sofisticada con un paseo por la costa. Entre sus restaurantes se pueden encontrar especialidades como carnes premium y cocina internacional en un entorno elegante.Restaurante Ángolo en Puerto Madero. Foto: Lucía Merle – Clarín.
Recoleta: tradición y refinamiento
Recoleta es uno de los polos gastronómico más tradicionales de Buenos Aires. Durante las décadas de 1970 y 1980, fue el epicentro de la alta cocina porteña, como señalan las reseñas históricas del sitio web del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Aunque con el paso de los años perdió protagonismo frente a otros barrios, todavía conserva restaurantes históricos como La Biela, un punto de encuentro para turistas y locales. En Recoleta, la tradición se mezcla con la elegancia, lo que la convierte en una opción ideal para aquellos que buscan una experiencia clásica en un entorno refinado.Barrio de Recoleta. Foto: Guillermo Rodriguez Adami – Clarín.
San Telmo: Bohemia y gastronomía en un barrio histórico
Por último, San Telmo se presenta como uno de los barrios más antiguos y pintorescos de la ciudad. Este barrio combina la historia con una renovada oferta gastronómica que floreció en los últimos años.
Con más de 150 restaurantes, San Telmo ofrece una mezcla única de cocina tradicional y nuevas propuestas gourmet en un ambiente donde lo antiguo y lo moderno se entrelazan. El carácter bohemio y artístico del barrio lo hace particularmente atractivo para quienes buscan una experiencia distinta, llena de sabores auténticos.