Fuente: Cronista ~ Con el sueño de llevar el jamón a todo el mundo, Enrique Tomás, la cadena de jamonerías más grande del mundo, abrió su primera tienda en Argentina. El espacio elegido para desembarcar fue el DOT Baires Shopping, donde la marca ofrece tanto sus productos premium como una exquisita experiencia gastronómica en un restó-tienda de 133 m2 en la PBº del shopping.
El formato de esta primera tienda local es “Experience”, el más alto de todos los que posee en el mundo, y ofrece experiencias para los auténticos amantes de la gastronomía con jamones, tapas, vinos y otros productos premium.
Cuenta con una sección de tienda dedicada a la venta directa de los mejores ejemplares como Bellota Premium, Ibérico de Campo y Gran Reserva, embutidos ibéricos (salchichón, lomo y chorizo) así como vinos españoles y nacionales. Además, el local dispone de una zona de degustación con capacidad para 10 personas, donde se realizan catas exclusivas.
“Decidimos traer Enrique Tomás para que el consumidor argentino pueda disfrutar todos los días de este exquisito jamón ibérico en su tierra. Esperamos la apertura de 20 locales más en el país para los próximos 5 años”, manifestaron Marcelo Scocco y Gastón Obholz, de Enrique Tomás Argentina.
La marca -que no elabora jamón sino que compra a los mejores proveedores españoles- comenzó en 1982 cuando, con tan sólo 16 años, Enrique Tomás abrió su primer negocio: un pequeño puesto familiar en el Mercado de la Salut en Badalona, a 10 km. de Barcelona.
Actualmente, están operativas un centenar de tiendas especializadas en la venta de jamón, la mayor parte de ellas en España, pero también en distintas ciudades europeas. En 2016, parte del staff de Enrique Tomás partió a México para abrir la primera de sus tiendas en el continente americano. Hoy México suma 12 locales en total. A mediados de 2019 abrieron una tienda en Perú, punto de arranque para crecer en Sudamérica, donde proyectan contar con un total de 50 tiendas en toda la región.
Para quien desee comprar una pata entera (que puede llevarse cortada desde el local) los precios van de $20 mil a $80 mil. Las bandejas, de 80 gramos, cuestan $300 la de jamón Ibérico y $980 la de Bellota.
Para quien desee comer en el local, un baguetin de Gran Reserva cuesta $300, Ibérico $600 y el de Bellota $1200, todos acompañados por una copa de champagne. Un dato a tener en cuenta es que los vinos y espumantes están a precio de vinoteca.
Cómo catar y maridar jamón ibérico
Para la presentación del nuevo local, vino a la Argentina Xavi Bru, Communication Manager de Enrique Tomás y catador de jamón. «Para hacer un jamón necesitás tres cosas: un cerdo, sal y tiempo. Hay tres grandes grupos de jamones que se hacen en España que son de alta categoría: el Gran Reserva, el Ibérico y el de Bellota. Para hacer un jamón de Bellota se tardan en total 5 años«, explicó Bru.
El diferencial que hace tan sabroso el jamón ibérico es la grasa que contiene. «Los músculos están formados por fibras. El cerdo ibérico tiene una mutación genética que hace que dentro de las fibras musculares se inserte grasa. Y esa grasa hace que sea único en el mundo: ningún animal tiene esas características«, explica Bru.
«Ese jamón se saca de la sal donde estuvo siendo curado generalmente en los meses fríos, cuando la sal que absorbe la pata se reparte de manera uniforme. Luego, en los meses de calor, esta grasa se funde e impregna la carne», agregó. «El resto de los jamones no tienen ese sabor porque no tienen grasa infiltrada. Si además el animal comió bellotas durante los últimos cuatro meses de vida, ese alimento le suma más aceites que impregnan a la carne con su sabor«, destacó.
Además del tipo de cerdo y la curación como parte del proceso para lograr un buen jamón, Bru explica que el corte del jamón es sumamente importante, ya que el grosor de cada porción es crucial. «Si tomás una loncha bien cortada y la ponés en la boca, la grasa se funde. Pero si es demasiado gruesa, el paladar no genera el suficiente calor para fundirla, hay que masticar, resulta muy pastoso y se va toda la magia», subrayó. Por eso recomienda adquirir el jamón ya cortado en un local especializado.
La mejor forma de degustar un jamón es colocar en la boca un trozo y llevarlo con la lengua al paladar. En cuanto a con qué acompañarlo, Bru recomienda los espumosos. «Un espumoso tiene dos cosas ideales: la acidez y la aguja. Te limpia muy bien la boca y te abre las papilas gustativas. La cerveza funciona bien y también los vinos blancos no muy afrutados. No tanto así el vino tinto, ya que sus fuertes aromas se pelean con los del jamón y no se termina apreciando del todo ninguna de las dos cosas».