Fuente: Clarín ~ Las ciudades más importantes del mundo tienen su mercado. Un lugar que encanta a los turistas y reproduce la cultura cotidiana de sus habitantes porque sintetiza la producción, el consumo, la compra y venta de alimentos frescos y otros productos al tiempo que da brillo al deleite gastronómico.
Uno de los más reconocidos está en Barcelona, la famosa Boquería, una parada obligada para los turistas, y un punto de encuentro para los catalanes. Allí se puede conseguir fruta y verdura de excelente calidad, pescados y mariscos de primerísima, recién salidos de las aguas del Mediterráneo, “bollería” (panadería) y, por supuesto, antes de irse hay que tomarse una cañita bien helada con un pincho, un pan tomaca, (rodaja de pan calentito, frotado con tomate y ajo) y la tapa que ofrezca la barra en cuestión. En la ciudad del Bósforo, Estambul (Turquía), un magnífico escenario multicultural, puente histórico entre Europa y Asia, se encuentra el legendario Gran Bazar, donde los aromas de las infinitas especies que venden a granel se mezclan con los dulces turcos y artesanías que van desde platitos pintados a mano, bijouterie hasta pashminas. Más con formato de feria a cielo abierto, Nueva York nos muestra en la emblemática zona de Union Square su Green Market. Su puesta recrea las viejas ferias itinerantes de Buenos Aires, recicladas tiempo después por el Gobierno de la Ciudad, con la intención de abaratar los productos básicos de la canasta familiar.
En todo caso, el mercado siempre fue un lugar de intercambio y encuentro, un espacio que bajo la filosofía del vecindario y el espíritu de la cercanía tiene un valor agregado al de los comercios tradicionales. Es el sentido de lo comunitario. Buenos Aires promete muy pronto buenas noticias para el rubro.
Interior del nuevo mercado.
En enero de 2020, “ya”, como quien dice, llega Mercat Villa Crespo, con la ambición de ponerse a la vanguardia como esos mercados del mundo que generan empatía con la comunidad. Una ciudad también es el modo en que compran y venden sus habitantes. Hoy en última etapa de su construcción, los desarrolladores lo definen como un mercado de barrio, con una impronta y una estética inspirada en los mejores mercados del mundo, adaptado a las singularidades porteñas.
Uno de los diferenciales más relevantes de este emprendimiento será el sistema de curaduría, a manos de Marcelo Pirogovsky, socio fundador, y Dante Franco, quien forma parte del equipo de Mercat. Este sistema consiste en una rigurosa evaluación de cada perfil, con el fin de lograr el mejor servicio para los consumidores.
En 2.700 metros cuadrados y dividido en tres plantas, el mercado contará con locatarios que venderán productos orgánicos, vegetarianos y gourmet. También conquistarán a los visitantes con interesantes propuestas, eventos, degustaciones y una “gastronomía conceptual.” Mercat Villa Crespo será un modelo de negocio nace de la mano de Marcelo Pirogovsky, Santiago Olivera, Gustavo Szwec y Gabriel Sterin, un grupo empresarial dedicado hace 20 años a la gastronomía y la construcción.
“Mercat se suma a la tendencia mundial de Mercados Gourmet, destinados a satisfacer la demanda que existe en la ciudad. Cada planta se distribuye teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada rubro, reuniendo así las propuestas gastronómicas más atractivas en un solo espacio”, asegura Pirogovsky y agrega que priorizarán lanzamientos de marcas, pequeñas pymes y nuevas propuestas y que contarán con un auditorio para actividades abierto a la comunidad barrial.
Amplios salones, productos frescos del productor al consumidor, variedad de propuestas, precios accesibles y la calidez de un mercado barrial como los de antes. Así será Mercat Villa Crespo, ubicado en el corazón del barrio bohemio, cerca de Palermo, a ocho cuadras de Plaza Serrano y a una de Avenida Juan B. Justo.