Fuente: Veintitres ~ Los 100 gramos cuestan entre $18 y $26 y se ofrecen opciones vegetarianas y veganas
No hay menú ejecutivo que pueda competir con la venta de comida al peso. Al mediodía se convirtió en la opción favorita de trabajadores que eligen lo que van a comer, de acuerdo al presupuesto destinado. El precio varía entre los $18 los 100 gramos y puede llegar a los $26, depende la zona y si se trata de comida vegana. El éxito es tal que ahora comenzó a expandirse en todo el resto del país.
La comunidad china es la mayor impulsora de esta tendencia. Hay lugares que ofrecen comida internacional, comida vegetariana como Los Sabios en Almagro, entre otros y están surgiendo opciones de venta al peso de platos veganos, como Mundo Sano en Monte Grande o Green Cuisine en microcentro. Es posible elegir entre diferentes platos con bandeja en mano o sentarse cómodamente a comer.
El kilo de comida ronda los $180 y llega hasta los $260, pero depende la hora, si se compra comida cerca del horario de cierre después de las 15 horas, en muchos lugares el precio baja a la mitad como en Woke en el barrio porteño de Montserrat. El gasto promedio no alcanza los $100 y en algunos lugares hasta es posible comprar 500 gramos por ese valor pero baja a casi $50, después de las 15.
Los primeros chinos que llegaron al país se dedicaron a abrir supermercados, con esos mismos capitales, algunos abren espacios de venta de comida al peso. Yolanda Durán, presidenta de la Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático, que los agrupa explica: «Hay 500 restaurantes de comida al peso no sólo en Capital, llegamos a La Matanza, San Martín, a distintas provincias, incluso hemos abierto un gran local en las Cataratas del Iguazú. En algunos lugares ofrecemos una variedad de casi 70 platos, en especial en lugares de alto tránsito. No cobramos cubiertos, en los casos donde se pueden sentar a comer».
Si bien el fenómeno nació hace varios años, en épocas donde es necesario ajustar el presupuesto crecen. En algunas zonas, son los mismos supermercados los que suman un espacio de venta al peso. Durán señala: «Los chinos están muy cansados de trabajar tanto, a veces entre 14 y 16 horas al día. Este negocio les permite ganar igual y tienen más descanso, ya que abren sólo al mediodía. Hay 500 supermercados habilitados para vender comida. Los más osados e innovadores abren venta con restaurante».
Ante el alto costo de los servicios y los alquileres, la comunidad china encontró el negocio perfecto, trabaja menos, tiene buena rentabilidad, por eso promete expandirse por todo el país. La experiencia de los supermercados orientales demuestra que cuando se fijan un objetivo lo cumplen.
«Ayudamos a la gente a poder llegar a fin de mes, sin tener que estar gastando en sentarse a almorzar en un restaurante y pagar un menú. Es una opción que les permite medirse y darse gustos de acuerdo a lo que desee gastar. No hay un valor mínimo, cada persona consume lo que quiere», señala Yolanda Durán. Promete que se expandirán por todo el país.