Fuente: Apertura ~ Ideado por Eliana la hija de Nora Trotta, fundadora de MegaINVER, la marca ya abrió en Asunción y en noviembre inaugura en Lima. A nivel local tiene siete locales y este año abrirá cinco más.
Todo empezó con un nombre, una marca: Pani. Era lo único que sabía Eliana Trotta, hija de la reconocida economista de La City Nora Trotta, desde chica cuando comenzó a hacer tortas desde su casa. Lo que no sabía era que al poco tiempo de abrir su primer restaurante el nombre tendría un apellido, Pani Buenos Aires para diferenciarlo de Pani Asunción que abrió en agosto de este año y de Pani Lima que cortará cintas el 23 de noviembre.
Es que lo que empezó como un capricho se transformó en un verdadero negocio que, en ocho años, logró una facturación de $ 170 millones y emplea a 200 personas. Hoy, Pani (sobrenombre de Eliana) tiene siete locales y cinco aperturas en carpeta para este año: dos en Belgrano, Unicenter, Devoto y Lima. Plan de negocios que se completa con la inauguración de 12 tiendas en 2019 y seguir creciendo en los países donde ya están. Además, en tres semanas estará operativo un centro de logística, proyecto que requirió una inversión de u$s 500.000. El fin, abastecer las tiendas, incluso en un futuro las del exterior, con producción propia.
El proyecto empezó con el local de la calle Nicaragua, cuando Eliana vio que ya no podía hacer más tortas en su casa. Sin embargo, el empujón lo recibió de su madre que acababa de vender su parte en la sociedad de fondos comunes de inversión, Gainvest. «Mamá decía me retiró pero nadie le creyó», cuenta Eliana. Y así fue. Mientras buscaba su nueva ocupación (hoy preside MegaINVER, una administradora de fondos comunes de inversión, creada junto a Miguel Kiguel), invirtió en sus tres hijos y a cada uno los ayudó en sus emprendimientos. Mientras uno de los hermano siguió los pasos de su madre, el otro se dedicó a la construcción. Y «Pani», la más chica, cumplió su sueño: crear una marca que fuera una experiencia, un universo. «Mis platos están inspirados en la food porn, platos caseros y abundantes», explica su fundadora.
Con su madre como inversora, relación que terminó en 2017 con la entrada de un nuevo socio Leandro Rzezak dueño de Gleenfood que se quedó con el 50 % de la firma, el primer local de Pani se construyó en un estacionamiento que Nora compró. Hoy ese local está franquiciado, pero fue también allí donde varios fines de semana la conocida mujeres de La City hizo de cajera cuando su hija sobrepasada la llamaba para que le diera una mano. Además, por supuesto, llevaba los números de la empresa.
Hoy, con siete locales la cadena incorporó un gerente general, Pablo Maidana, que viene de la industria. Volvió al país, a fines del año pasado, luego de trabajar en Chile para PF Changs una de las marcas de Alsea.
Con la llegada de Maidana se hizo foco en el sistema de franquicias como modelo de expansión. El fee de entrada para las franquicias depende de la localidad y la cantidad de aperturas exclusivas. En el caso de las internacionales va de los u$s 50.000 a los u$s 100.000. «Hasta el momento todos las dimos a personas que nos vinieron a buscar», explica Maidana. A lo que Eliana agrega: «En su mayoría son fans de la marca. Gente que la conoció como cliente y quiere que haya un Pani en su localidad».
En proyecto está abrir en Miami un local propio, lugar de residencia de su socio.