Fuente: La Nación ~ Tiene un buen trabajo y está conforme, pero en medio de la cuarentena por la pandemia en Londres decidió iniciar un emprendimiento que unificara su amor y habilidad por la pastelería con sus raíces argentinas. Así nació Sweetmena, cajas con diferentes “colecciones” de productos para regalar. Con menos de un año en el mercado, vende unas 150 por mes sin incluir los picos por Navidad o los días de la Madre y el Padre. Los precios van entre las 16 y las 32 libras.
Gimena Cigliutti se fue de la Argentina -donde estudió Gastronomía y Pastelería en OTT Educación Superior- hace 20 años siguiendo los pasos de su hermana Carolina. Estuvieron muchos años en Italia, donde ambas trabajaron en bares y restaurantes. Hace 13 años Gimena decidió mudarse a Londres; después la siguió Carolina, encargada ahora de redes sociales y logística del emprendimiento.
Cuando llegó a Londres se sumó como pastelera en Locanda Locatelli, un restaurante italiano con estrella Michelin, donde siguió aprendiendo con el chef Ivan Icra Salicru, a quien Gimena considera su “mentor”. Tomó numerosos cursos de repostería y postres con maestros de esas especialidades.
Su carrera continuó en Nobu, un restaurante peruano japonés de alta gama, donde aprendió el “arte de la fusión”. Desde hace un tiempo trabaja en una empresa de catering corporativo impactada -como todo el sector gastronómicopor las cuarentenas.
Mientras estaba en su casa, cobrando la ayuda del gobierno inglés, empezó a cocinar medialunas para su papá que había quedado varado allá. “Mientras estaba en eso pensé de nuevo en mis ganas de hacer algo diferente, productos de pastelería con un toque argentino que llegaran en cajas muy elegantes, bien preparadas”, cuenta a la nacion.
Empezó a tramitar la licencia “making from home” que exige la administración londinense, para la que envía un inspector a chequear las condiciones de la casa donde se elaborará la comida. Pasó la prueba con el máximo puntaje (5), contrató un seguro y se lanzó “tímidamente”.
“Queremos cumplir todas las reglas; el permiso es gratis y la inversión más fuerte fue en el packaging -dice-. La inversión de arranque fueron unas 1000 libras; empezamos ‘chiquito’ porque no sabíamos cómo iba a funcionar”. En un comienzo fueron cinco productos y ya se duplicó ese número. Infaltables, los alfajores de maicena y las medialunas; la última incorporación fue la “chocotorta”.
Gimena admite que la escalada en las ventas las sorprendió; reciben pedidos de diferentes partes del mundo y, además, trabajan para algunas empresas y hoteles. La Argentina, señala, es conocida “por los vinos, la carne y el fútbol, en cambio su pastelería no se conoce tanto”.
“Amo el dulce de leche y siempre lo hice probar en mis trabajos, así que no falta en los productos que también se distinguen por sus formas, hay mucho trabajo detrás”, apunta. Desde octubre, cuando arrancaron, hasta ahora triplicaron las ventas.
Todo el packaging es reciclable y cada producto viene etiquetado con sus ingredientes: “Lo ecofriendly es muy valorado y es obligatorio remarcar cada contenido”. En cada “colección” trata de incluir algo diferente.
Aunque hicieron algunos envíos fuera de Gran Bretaña, los tiempos se prolongaron con el Brexit y no quieren que las demoras rompan la experiencia. Por ejemplo, las medialunas deben quedar afuera de esas cajas.