La movida asiática crece en la Ciudad: dónde encontrar platos típicos, ceremonias y rituales

Fuente: Clarín – Las opciones de Japón, China y Corea llegaron a más barrios. Además de la gastronomía, también convocan las costumbres y las artes marciales.

Lámparas de papel de color rojo, frases en japonés, carteles de neón y banderines de todo tipo de tamaños son parte de los callejones asiáticos. Pero este es especial. No solo incluye restaurantes y cafeterías, sino también ofrece comics y máscaras artesanales. El lugar no está en Japón, China o Corea, sino en la ciudad de Buenos Aires. Es que la movida asiática atravesó a los argentinos y pisa fuerte con todo su atractivo cultural y gastronómico.

El callejón en realidad no lo es, sino que imita uno. Está ubicado en el primer piso del Mercat de Villa Crespo (Thames 747). Abrió a principios de julio como parte de la renovación del mercado con una propuesta de Sergio Asato, fundador de Club Gastro Japo y dueño del restaurante Harajuku Station.

«Una vez por año hacemos el evento Gastro Japo Food Week, entre agosto y septiembre. Así difundimos la cultura y comida japonesa. Pero buscaba armar algo fijo, entonces se me ocurrió el callejón en este lugar», cuenta el hombre que es de Wilde, de padres japoneses, en el lugar al que le dio magia.

El Mercat reúne distintas propuestas gastronómicas -desde comida italiana hasta cuenta con una fiambrería-, y de esa manera, apunta a todo el público en general. Sin embargo, desde que en el primer piso se inauguraron los restós asiáticos se juntan muchos fanáticos del animé, manga, KPOP y cosplay. El animé fue eje, hace unos días, de una convención en La Rural que también juntó a una multitud de cosplayers.

Para Asato, la movida asiática en el país surgió por el manga. «Muchos empezaron a verlo, les llamaba la atención como Naruto, protagonista de la serie, come el ramen. Esos chicos crecieron y después consumieron las novelas japonesas y la música», sostiene el gastronómico, que se cansó de trabajar en la industria automotriz en Japón y regresó a Argentina.

El gran interés por el mundo asiático implica que «las personas interesadas llegan a un punto que conocen más de esa cultura que los propios japoneses, coreanos y chinos«.El Mercat de Villa Crespo dedicó uno de sus espacios a la gastronomía y las costumbres asíaticas. 
Foto: Juano TesoneEl Mercat de Villa Crespo dedicó uno de sus espacios a la gastronomía y las costumbres asíaticas. Foto: Juano Tesone

El callejón ofrece también cafetería y pastelería. Y una de las propuestas es Amo mi matcha, que reúne bebidas y productos dulces a base de matcha y veganos. «Es una variedad de té verde, originario de China que se popularizó en Japón. Los antiguos monjes budistas lo usaban para meditar. Yo hace siete años lo importo», dice el argentino Masami Shiira, hijo de japoneses.

Esta bebida se popularizó en todo el mundo en los últimos años por sus beneficios, y acá no fue la excepción. «Es 10 veces más antioxidante que el té verde», aclara. Pero la planta requiere un proceso de sembrado, cuidado y cosecha muy meticuloso, lo que lleva a que el producto tenga excelentes propiedades.

El Mercat no es el único punto porteño nuevo donde degustar platos y bebidas asiáticas. A fines de 2021, apareció con sus primeros locales tipo kioscos el polo gastronómico ubicado en el Pasaje Echeverría. Es una callecita que quedó detrás de la estación Belgrano C y sobre las antiguas vías del tren Mitre, a las puertas del Barrio Chino.El Mercat de Villa Crespo dedicó uno de sus espacios a la gastronomía y las costumbres asíaticas. 
Foto: Juano TesoneEl Mercat de Villa Crespo dedicó uno de sus espacios a la gastronomía y las costumbres asíaticas. Foto: Juano Tesone

Rápidamente atrajo la atención de un público joven, sobre todo. Como la idea es comer al paso, los comensales comen parados o donde encuentran en lugarcito donde sentarse, aunque es complicado hallarlo en las noches de calor, ya que explota.

En el local 8 del pasaje se encuentra Orei Ramen, el gran favorito de quienes gustan de ese tipo de comida como el experto gastronómico Sergio Asato. Los bowls de ramen son los más comentados en la ciudad y están a cargo de Roy Asato.El nuevo bajo viaducto del tren mitre, junto al Barrio Chino, otro polo gastronómico y comercial con la movida asiática como protagonista. Foto: Maxi FaillaEl nuevo bajo viaducto del tren mitre, junto al Barrio Chino, otro polo gastronómico y comercial con la movida asiática como protagonista. Foto: Maxi Failla

La clave está en la cocción: el caldo se cocina 12 horas y se hace todos los días. A partir de las siete horas, los huesos se comienzan a romper y desintegrar para que larguen el sabor. Además, los fideos son caseros y los hace una señora japonesa que tiene su local de pastas. También pensó en otros paladares al ofrecer bowls veganos y de pollo, triángulos de arroz y oniguiris.

Rafael Kanagusuku, presidente del Centro Okinawense -ubicado en San Cristóbal-, coincide con Asato y Shiira, en la importancia que tiene la gastronomía para que la movida asiática que llegue a más personas. «Las distintas comidas y bebidas japonesas, entre ellas el té verde, implican apreciar los sabores, el umami (umai es delicioso y mi, sabor). La cultura japonesa está llena de ese tipo de delicadezas».

Pero también reconoce que es fundamental el rol del anime (dibujos animados) y el manga (cómics). «Literalmente es como abrir una puerta a un mundo completamente distinto», sentencia.El nuevo bajo viaducto del tren mitre, junto al Barrio Chino, otro polo gastronómico y comercial con la movida asiática como protagonista. Foto: Maxi FaillaEl nuevo bajo viaducto del tren mitre, junto al Barrio Chino, otro polo gastronómico y comercial con la movida asiática como protagonista. Foto: Maxi Failla

La tercera pata del interés hacia la movida asiática, según Kanagusuku, son las artes marciales. Considera que «no es un simple deporte, sino una filosofía de vida, un «camino» hacia el conocimiento interno y externo». De hecho, en el Centro enseñan karate, judo, kendo y tai chi chuan.

Al pensar en la movida asiática en la Ciudad de Buenos Aires es inevitable no querer dar una vuelta por el Jardín Japonés. Hace 56 años que existe y es el emblema de amistad entre Argentina y Japón.

La colectividad japonesa creó el lugar para recibir a las altezas imperiales que visitaron por primera vez el país. El segundo motivo de su creación es porque es un agradecimiento al pueblo argentino por cobijar a la migración japonesa.La Ceremonia del fuego es un clásico del Jardín Japonés, que sigue convocando miles de visitantes. Foto: Constanza NiscovolosLa Ceremonia del fuego es un clásico del Jardín Japonés, que sigue convocando miles de visitantes. Foto: Constanza Niscovolos

«La cultura japonesa hace muy bien porque los valores que tiene te permiten estar en bienestar y armonía, pero el anime produjo un gran impacto. También la gastronomía se quedó para siempre, como el sushi», explica Sergio Miyagi del Jardín Japonés. Cuentan con un restaurante que es recomendado por su exquisito sushi. Abre todos los días de 10 a 18.30. También hay un patio de comidas y una casa de artesanos.

Allí promueven movidas de anime y manga. Asimismo, realizan una campaña de un millón de origamis por una Argentina mejor. Ya llevan alrededor de 850.000. Para el 11 de noviembre, día internacional del origami (1111 equivale a los cuatro lados de un papel), quieren lograr el millón.

Es normal que para el ingreso al jardín los fines de semana haya fila, aunque sea pleno invierno. El domingo 20 de agosto se hizo el evento más importante del año: la ceremonia del fuego. La realizan desde 2001 y tiene el objetivo que los visitantes se despojen de todo lo negativo y deseen buenos augurios.

¿Cómo funciona? Se puede participar canjeando la entrada general por una tablita de madera para que cada persona escriba lo que quiere dejar atrás y la queme en un árbol de metal. Consideran que el fuego transmutará la energía negativa en positiva.

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