Fuente: La Nación ~ El certamen que organiza la Asociación Argentina de Sommeliers tuvo lugar, por primera vez, en Mendoza.
La cuarta fue la vencida para Andrea Donadio quien ya salió tercera (2019), quinta (2014) y sexta (2017). Esta vez, con solvencia y entusiasmo, logró destacarse entre los 35 concursantes que, provenientes de distintos lugares del país, aspiraron al título que se llevó a consagrarse como Mejor Sommelier Argentina 2022.
Muy emocionada al conocer su nueva condición como embajadora de los sommeliers y de los vinos argentinos, Andrea agradeció a su familia y al vínculo entre los participantes. “A puro disfrute y con la energía de los Andes, esta competencia tuvo una mística increíble. Estoy muy feliz”, dijo sobre el escenario y ganó, además, un afectuoso aplauso.
Andrea Donadio tiene 34 años, es nacida en el barrio porteño de Caballito y actualmente vive en Belgrano junto con su pareja y su beba de un año y cuatro meses. Egresada de CAVE (2011) donde es docente en la cátedra de Apreciación Gastronómica, es co-creadora de Tinte Vinos y cuenta con más de 10 años de experiencia en restaurantes argentinos como Oporto Almacén o El Baqueano y también en Europa, donde se desempeñó en Martin Berasategui del País Vasco (2009) y Michel et Sebastian Bras en Francia (2012).
En 2020 estaba a punto de irse a vivir a París para trabajar como chef Sommelier en un nuevo restaurante. La pandemia frustró sus planes y, aislada en Buenos Aires, desarrolló un proyecto personal de tienda y vinoteca junto a su amigo de toda la vida Rodrigo Colombres.
En breve sí irá a París, pero por otro camino. En febrero del año próximo, Andrea viajará a Francia junto a Valeria Gamper (Mejor Sommelier de Argentina 2019 y actual Mejor Sommelier de las Américas) para disputar el título de Mejor Sommelier del Mundo 2023.
Alta competencia
Organizado por la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS), este concurso es el más importante de la sommelerie local, va por su novena edición y es primera vez que se hace fuera de Buenos Aires: tuvo lugar en Mendoza.
Andrea Donadio fue la elegida en una terna de finalistas conformada íntegramente por mujeres. Junto a Delvis Huck y Alma Cabral participó esta mañana de las instancias finales de evaluación.
El sábado 26 de noviembre, en el Teatro Mendoza, con Matías Prezioso y Valeria Mortara -Presidente y Vicepresidenta de la ASS- como maestros de ceremonia, se expusieron a un jurado de más de 15 personalidades del mundo del vino nacional e internacional que examinaron su desempeño.
Durante la mañana, las concursantes tuvieron que superar distintas pruebas: desde reconocer vinos (variedad de uva, región, añada), hasta describir otros –en español y en inglés-, asociar piedras a los suelos de las zonas de donde provienen los vinos y esgrimir argumentos sobre la producción argentina a un hipotético grupo de compradores latinoamericanos.
En este punto, Andrea fue contundente y aprovechó al máximo sus pocos minutos disponibles: “Es importante llegar a ver a las familias criollas como potenciales cepas que nos representen en el exterior. Nos dan tanto vinos blancos y rosados como tintos. Nos dan distintos estilos de vino y diferentes formas de consumo. Son vinos amigables, de taninos bien maduros. Con la versatilidad de estilos también accedemos a versatilidad de precios. Encontramos vinos accesibles incluso en los de mayor complejidad y alta gama. A nosotros nos conocen en el mundo por el Malbec, pero que las variedades patrimoniales de nuestro país también nos representen en el exterior, es una gran oportunidad incluso para captar a nuevos consumidores. Comuniquemos a nuestras criollas para darles visibilidad, capar nuevos consumidores”.
Además, se realizaron preguntas de cultura general –como, por ejemplo: cuál era el seudónimo que usaba Elisabeth Checa en La Nación durante sus primeras épocas, consignar determinados autores de libros o el desafío de reconocer por fotos a la fundadora de una importante red social- y se propusieron diversas premisas de role play para brindar un servicio determinado.
Entonces, las seis mesas en las que estaban distribuidos los miembros del jurado funcionaron como un restaurante. Decantar un vino de guarda, servir un trago, armar un maridaje.
De pronto, la persona de servicio que habitualmente pasa inadvertida (o casi) mientras los comensales conversan, era el centro de todas las miradas. Cada maniobra, gesto, movimiento, modo y palabra es examinado al detalle y seguido atentamente por un teatro lleno de público y un estrado de jueces que busca detectar la excelencia.
Allí estaban, para dar su veredicto, representantes del sector educativo (Flavia Rizutto y Maria Barrutia -CAVE- Marina Beltrame -Escuela Argentina de Sommeliers-, Analía Assalone -Escuela Argentina de Vinos-), ganadoras de concursos anteriores (Agustina de Alba, María Mendizábal, comunicadores (Alejandro Iglesias, Sorrel Mosel Williams) y miembros destacados del ámbito nacional de la sommelerie (Magdalena Pesce -Wines of Argentina-) como internacional (Sara Jane Evans -Master of Wines-, Audrey Dore -jefa de sommeliers de Celler Can Rocca-; Valeria Gamper -actual mejor Sommelier de las Américas y hasta esta competencia fue mejor sommelier deAargentina-.
También estuvieron Alejandro Vigil y Mariana Achaval. E integrantes de la comisión directiva de ASS (como Maco Lucioni, Marcela Rienzo, Mariano Braga, Natalia Valentina Suárez, Rodrigo Khon, Laura Sotelo y Pablo Colina, entre otros) junto a pares de otros países (Alejandra Viel -de Chile-, Sebastián Menéndez – de Uruguay).
Para brindar
Que Andrea Donadio se haya presentado a concursar por cuarta vez obtenido su merecido puesto en el podio es sin dudas un premio a la perseverancia. Pero también, a la excelencia. Demostró destreza, precisión, conocimientos (su perfil académico la hace fuerte en el estudio) y pasión.
“Para mí significa haber cumplido una meta que fue creciendo a medida que me presentaba y no ganaba”, dice Andrea, “haberlo logrado es un hecho que está cargado de mucha responsabilidad, la de representar a mi país y ser una referente en nuestra profesión”.
Asegura que su insistencia en participar una y otra vez no fue solo por el ansia de ganar lo que ganó, sino que “la experiencia en sí es muy enriquecedora, el resultado es positivo siempre. La sensación es muy motivante, siempre que vine a SOMMARG supe que iba a volver”.
La previa
La final del Concurso Sommelier Argentina 22 fue el broche de oro, después de tres días de festejos, exámenes y seminarios en Mendoza.
El primer encuentro de los concursantes se dio en la Enoteca, donde participaron de un taller exclusivo para ellos. Paz Levinson e Hippolyte Curty, desde París, hablaron acerca de La versatilidad del café en la gastronomía. Presentaron tendencias y dieron consejos a una audiencia de sommeliers ávidos por conocer más.
Luego, en el Centro de Convenciones, tuvo lugar una charla de Audrey Doré (la jefa de sommeliers del Celler Can Rocca). La catalana dio una master class sobre maridaje. No sólo se refirió a las cuestiones técnicas de la combinación de vinos y comidas, sino que fue más allá. “¿Existe el maridaje perfecto?”, preguntó y desafió como si estuviera cuestionando la existencia de una pareja ideal.
Sería hermoso creer que sí, pero depende. Fue la conclusión.
Entonces introdujo ideas del maridaje emocional y de variables que no tienen fórmula ni pueden anticiparse del todo. Dio trucos de bajo o nulo costo (“la cantidad y la temperatura del vino son también decisiones que potencian un buen maridaje”) y alentó a superar un obstáculo que suele presentarse y a veces no se ve: la vanidad del sommelier. Provocó, enseñó, compartió su experiencia y su perspectiva. Se retiró del salón ovacionada.
La primera jornada terminó con un coctail de bienvenida en la terraza de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, con una espectacular vista del atardecer en los cerros y, claro, ricos vinos.
Al día siguiente, el jueves, en la Bodega Weinert. Se realizaron presentaciones acerca de sustentabilidad (con José Alberto Zuccardi; Paz Gómez Centurión y Osvaldo Roby) y sobre vinos del mundo (con Pablo Durigutti, Rogelio Rabino, Iduna Weinert, Pablo Navarrete, Antonio Morescalchi, Lucas Giménez y Chris Cardoso).
Mientras, los concursantes ya estaban en competencia. El examen escrito constó de 203 preguntas y se realizaron catas, tanto de vinos como de destilados. Esta última, en copas negras para que la apreciación del color no diera pistas.
Por la tarde, en Bodega Trapiche, Marcela Rienzo moderó un panel que, de a duplas, se abordó la conformación de un nuevo mapa federal según sus terroirs. Regiones, en algún momento impensadas, que hoy ya están dando buenos vinos. Compartieron su experiencia: Walter Sinay, Gabriel Campana, Diana “Tana” Bellincioni, Daniel Manzur, Juan Pablo Murgia, Marcelo Yagüe, Sergio Casé y Melisa Agamennoni.
Una feria de vinos en el Centro Cultural Nave Cultural convocó a 70 bodegas y allí se conoció la terna finalista del Concurso, tres mujeres: Delvis Huck, Alma Cabral y Andrea Donadio.
El viernes los participantes, socios e invitados se trasladaron a Valle de Uco. En uno de los micros iban las finalistas que no dejaron de estudiar en todo el trayecto. Con la suerte de haber coincidido con la directora de CAVE, María Barrutia, quien les dio un buen entrenamiento on board a las tres egresadas de su escuela.
Por la mañana, en Piedra Infinita, se abordó un seminario de Gualtallery profundo donde Guillermo Corona introdujo a una explicación precisa en materia de suelos. Siguieron con Alejandro Vigil, Hervé Birnie-Scott, Sebastian Zuccardi y Edgardo Del Popolo.
En Clos de los siete se desarrolló un seminario de la impronta francesa en Argentina. Julien Viaud, Jean Jaques Bonnie, Rodolfo Vallebella y Marcelo Peleriti contaron la “historia líquida” de cada uno de ellos..
En una cena al pie de los cerros, armonizada por la música de la Sparkling Big Band, finalizó la etapa de variada capacitación y se dio paso a la gran final.
Sólo restaba conocer quién sería, a partir de hoy, la Mejor Sommelier Argentina 2022.
Andrea Donadio, y sus compañeras de terna, no estuvieron en la fiesta. Se quedaron estudiando.