Fuente: Perfil – A pesar de la crisis, hay empresarios que todavía le apuestan al rubro. Las nuevas tendencias en cocina transforman a la ciudad en un atractivo polo cultural y gastronómico.
En Córdoba, numerosos empresarios gastronómicos han decidido diversificar las ofertas culinarias de la ciudad. En medio de una economía inestable, las nuevas propuestas vienen en aumento, lo cual es motivo de alegría para muchos del rubro.
Las últimas tendencias apuntan a una expansión notable en la gastronomía oriental.
Recientemente, se inauguró el primer restaurante de barbacoa coreana en la ciudad, «Hanshik BBQ», que rápidamente captó la atención del público. Este nuevo establecimiento se une a otros conocidos locales que revalorizan platos tradicionales de diversas culturas, como «Nakama Ramen Corner», especializado en ramen, «Raisu», que ofrece elaborados platos japoneses y coreanos, «Khaosan – Thai Food», e «Imari – Cocina Japonesa», un restaurante estilo omakase, entre muchos otros.
Desde la Cámara de Bares y Restaurantes de Córdoba miran «contentos» como varían propuestas. «La variedad eleva el estándar culinario y enriquece la experiencia turística. Por ahí limitarse solo a restaurantes de pizzerías y hamburgueserías resulta monótono», explicó Guillermo Natali, presidente de la Cámara.
Lo que se viene
Las tendencias actuales en la gastronomía de Córdoba no se centran únicamente en ofrecer nuevos platos, sino en crear experiencias sensoriales completas. «Ya no se trata solo de ‘llenar la panza'», destacó Natali.
El concepto de restaurantes de menú por pasos viene ganando terreno en Córdoba durante los últimos años, y continúa creciendo e innovándose. «La gente busca variedad: nuevos sabores y sensaciones. Ahora, los platos se acompañan con maridajes de vinos, y existen menús de cuatro o cinco pasos, por ejemplo. Es el mismo sector, pero con diferentes experiencias».
Una escena golpeada por la economía
Desde el rubro comentan que la escena gastronómica en Córdoba está viviendo un momento de altibajos. Aunque el reciente fin de semana largo fue positivo, no alcanza para compensar la caída generalizada que se viene experimentando en el último tiempo.
«Uno confunde porque los fines de semana, mal que mal, se ve movimiento. El problema que, con la baja rentabilidad de los últimos años en la gastronomía, se hace difícil compensar los días de la semana que se trabaja poco con los fines de semana que se trabaja medianamente bien«, explicó el referente.
La baja afluencia del público en los bares y/o restaurantes afectan directamente a esa rentabilidad. A día de hoy, ronda entre el 20% y el 30%. Los dueños esperan al repunte de julio con las vacaciones de invierno, que tradicionalmente traen un aumento en el número de clientes.
A pesar de las dificultades, algunos emprendedores siguen apostando por la gastronomía, movidos «más por convicción y pasión» que por expectativas de rentabilidad inmediata. «Esa gente recupera lo que invirtió uno o dos años después. Por ahí incluso pasan cuatro años y todavía no recuperaste lo que pusiste«.