Fuente: Cronica ~ El universo gastronómico estuvo siempre atravesado por el machismo. La mayoría de las mujeres que trabajan en el sector, como meseras, barmaids, chefs, recepcionistas, asistentes, entre otras, se ven obligadas a «jugar bajo sus reglas» para poder desarrollarse profesionalmente en un ambiente en el que las situaciones de abuso de poder, maltrato y acoso son moneda corriente.
Son muy pocas las que se animan a denunciar, dado que el miedo a ser señaladas o incluso a perder el trabajo muchas veces pesa más. Pero en el interior de las cocinas todos saben quién es quien.
En las últimas semanas las gastronómicas comenzaron a alzar su voz, impulsadas por la denuncia pública que realizó Trinidad Benedetti, una pastelera de 24 años que hace cuatro trabajó en La panadería de Pablo, el restaurant del reconocido chef, Pablo Massey, en el que sufrió una situación de abuso seguida por el maltrato de parte de sus superiores.
«La Pana», como se la conoce en el sector, subió un video a su cuenta de Instagram relatando lo que le tocó vivir cuando el reconocido cocinero le tocó la cola. «Sin hacer quilombo, hablé con una de las encargadas y le dije: ¿Es normal que Pablo les toque el culo a las empleadas?. Y me dijo que sí. Que había dos opciones: no hacer nada porque es un viejo gagá o pegarle una cachetada. No le pegué», relató Trinidad.
La joven explicó además, que al contarle lo ocurrido a sus jefes, estos la cuestionaron y agredieron verbalmente. La razón por la que se animó a hacer pública su experiencia fue porque vio a algunos de sus atacantes jactándose en sus redes sociales del gran equipo de mujeres que trabajan con ellos.
«Vi unas historias de Rodrigo Da Acosta –otro famoso chef que en esa época trabajaba en el mismo restó– etiquetando a mujeres que trabajaron con él con un mensaje que era algo así como ‘el poder femenino siempre ha estado en mis cocinas’, y me descolocó por completo«, aseguró Trinidad.
En la publicación, que se viralizó en pocas horas, la pastelera menciona también a otros cocineros: Nicolás Calderone y Joaquín Aramburu, quienes fueron parte del maltrato al que se vio expuesta.
En los días posteriores a la denuncia, decenas de gastronómicas, entre las que se encuentran Narda Lepes, «Valu» Ramallo, Ximena Saenz y Mona Gallosi, salieron a bancar a «La Pana» y a exigir un cambio inmediato en la cultura machista de las cocinas argentinas.
«Muchas pasamos por situaciones incómodas en algún trabajo, algunas más graves y violentas que otras -dice el mensaje que compartieron todas en sus redes sociales-. Es necesario y urgente crear un sistema de comunicación claro en las cocinas y restaurantes que establezca límites y vías seguras para poder contar lo que nos pasa. Si sos gastronómico ayudá a tus compañeras, porque el silencio también es cómplice«.
Después de que el caso resonara en todas las cocinas argentinas, la pastelera realizó este la denuncia correspondiente en la justicia. Melisa García, presidenta de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem), la representa y confirmó: «El viernes pasado presentamos la denuncia penal, de manera virtual, por acoso y abuso sexual en la Fiscalía de Género de Vicente López, que es la jurisdicción correspondiente donde sucedieron los hechos, porque su lugar de trabajo era en Olivos».
El acoso en cifras
El Mapa de Barmaids es una de las pocas plataformas que revalorizan y defienden el rol de las mujeres en la gastronomía. El proyecto comandado por Laura Marajofsky, periodista y experta en el rubro, es motor de campañas de concientización contra la violencia de género en bares e impulsó un protocolo para prevenir situaciones de violencia machista.
Además, lanzó la única encuesta que existe hasta el momento sobre temas de género en el sector. La misma pone en evidencia que el caso de Trinidad Bennedetti no es el único.
Según el informe, al menos un 30% de las mujeres sufrieron algún abuso físico en su trabajo (el 60% proveniente de gente externa, incluyendo clientes, un 25,2% jefes u otros). El 65, 1% dijo sentir que no le daban una oportunidad por ser mujer y el 41,4% piensa que el lugar donde trabaja no le otorga iguales oportunidades laborales a mujeres y disidencias LGBTQ+.