La pandemia de coronavirus representa un golpe letal para la salud mundial, con cifras alarmantes de contagiados y muertos. Pero a la par, el aislamiento obligatorio también resultó de manera directa un golpe de nocaut para la actividad comercial.
La mayoría de los locales debieron bajar la persiana. Algunos, momentáneamente; otros aún rezan para que el contexto les permita reabrir. Y entre los rubros más castigados aparecen los restaurantes y bares, impedidos de abrir por el distanciamiento social y la cuarentena.
Las autoridades municipales de Vilna, la capital de Lituania, tuvieron una idea para reabrir cafés y restaurantes.
Todos los parques y espacios públicos quedarán disponibles para poner mesas al aire libre y así poder respetar el distanciamiento social.
El estado báltico, que registró hasta el momento 1.344 casos de coronavirus y 44 muertes, permitió a algunos locales comerciales, entre ellos también las peluquerías, a reabrir esta semana como parte de una salida de la cuarentena por etapas.
Las condiciones impuestas por el Ministerio de Salud son estrictas. Los negocios deben limitar el número de clientes que permanecen en el lugar a la vez y los barbijos continúan siendo obligatorios. A su vez, en cafeterías y restaurantes las mesas tienen que colocarse al menos a dos metros de distancia.
Este cambio de paradigma significó un problema para los negocios ubicados en el casco antiguo de la capital, dado que sus estrechas calles prácticamente imposibilita poner más de un par de mesas afuera.
«Esta temporada se podrán instalar mesas al aire libre de forma gratuita en los 18 espacios públicos de la ciudad para poder llevar a cabo actividades durante la cuarentena», explicó el alcalde Remigijus Simasius.
La iniciativa municipal, agregó, debería ayudar a los cafés a «abrir, trabajar, retener empleos y mantener vivo a Vilna».
Entre los espacios habilitados aparece la plaza central de la Catedral, para que puedan ser utilizados por los negocios. En estas últimas horas, se esperaba agregar más con la llegada del verano.
Según un informe citado por The Guardian, más de 160 propietarios solicitaron participar del plan para reactivar la actividad comercial en la ciudad.
«La medida llegó justo a tiempo», dijo al medio británico Evalda Šiškauskienė, de la Asociación Lituana de Hoteles y Restaurantes. Y añadió que permitirá «acomodar más visitantes y devolver la vida a las calles, pero sin violar los requisitos de seguridad».