Fuente: Cronsita ~ Inaugurará cinco locales este año con una inversión de $ 30 millones. El primero ya funciona en Esmeralda y Lavalle. Si tienen éxito se expandirán con el modelo de franquicias.
La marca Quilmes hace una nueva apuesta al negocio del retail con la marca Quilmes, un modelo que la empresa ya conoce a través de otra de sus etiquetas, Patagonia.
Así, la apuesta que dio su primer paso en abril, es abrir cinco bares propios a la calle este año con una inversión de $ 30 millones. «Todo surgió de la experiencia del Parque de la Cervecería inaugurado en 1922 en principio como lugar de recreación para los empleados de la empresa», asegura Giannina Galanti Podesta, directora de la marca Quilmes.
Hace dos año la firma se hizo cargo del restaurante del parque, con capacidad para 500 personas, que había sido cerrado dos años antes luego de estar a cargo de concesionarios. «Le empezó a ir muy bien con 20.000 comensales por mes y quisimos abrir la experiencia a más consumidores», detalla Galanti Podesta.
El primer bar El Clásico de Quilmes, como se llaman, se abrió en abril en Esmeralda y Lavalle y el segundo se inaugurará este mes en Arenales y Agüero. Los mismos, además de ofrecer cerveza Quilmes –no venderá otras etiquetas de su portafoliotambién en su variedad tirada, tendrá una oferta gastronómica y servirán de puntos de venta del merchandising de la marca.
«Queremos que al entrar se respire Quilmes», expresa su directora. Y ya están en planes aunque sin locación aprobada tres locales más. «Queremos probar también un formato más chico», adelanta la ejecutiva.
Si la experiencia cumple con las expectativas la idea es expandirse a todo el país y no se descarta que sea mediante el modelo de franquicias.
«Se pensó el modelo de cero exclusivamente para Quilmes, una marca popular y transversal. Comida argentina, rock nacional y fútbol», asegura la encargada de la marca. Para ello, se formó un equipo especial de trabajo que se encarga de cada apertura en un negocio que no es el core de la empresa, el del retail. Encargados en encontrar locaciones de alto tránsito, responsables de operaciones que hagan posible que los bares tengan cerveza más fresca recién salida de la fábrica y sin pasteurizar, arquitectos y expertos en el negocio del retail, son sólo algunos de los perfiles que conforman el equipo.
Apuesta al consumo
«Con los bares no necesariamente aumentará el consumo. Por ahora son muy pocos», asegura Galanti Podesta, quien señala que esperan que el negocio sea redituable pero, además, buscan que la propuesta ayude a acercar a los consumidores a la marca y al maridaje, concepto que ya hace un tiempo viene trabajando la firma.
En la Argentina el consumo per cápita de cerveza industrial en 2018 fue de 45 litros, cercano al pico histórico de 45,5 en 2011. Si bien significó un aumento versus años anteriores, el dato es algo menor que el promedio de la región de 58 litros percápita, según información de Cerveceros Argentinos, que complementa la información: a pesar de la crisis la categoría premium se lleva el 20% de la torta.
A pesar del auge de los bares de cerveza artesanal, la responsable de la marca asegura que «hay lugar para todos». «Los Clásicos no se suben a esta moda, son complementarios y, por su estilo son bares que se podrían haber abierto hace 50 años», explica.
Si bien hay lugar para todos, según la Cámara de Productores de Cerveza Artesanal hoy existen unos 1500 productores artesanales registrados y la actividad creció un 40% en los últimos cinco años. El rubro hoy representa el 2,5% del mercado cervecero una cifra baja si se compara con el sector en los Estados Unidos país donde la cerveza artesanal significa entre el 15% y 17% del consumo de cerveza.