Fuente: Clarin Gourmet – @martinelliobrador – Son lo más llamativo pero no lo único que ofrece Martinelli, panadería y heladería recién inaugurada
La evolución de la gastronomía se caracteriza por una dinámica transversal que traspasa todos los segmentos del rubro. Parrillas, pizzerías y bodegones son ejemplos que demuestran como muchos empresarios supieron aprovechar los recetarios y modelos del pasado poniéndolos al servicio de fórmulas más contemporáneas.
Un fenómeno que se percibe también en panaderías, pastelerías, cafeterías y heladerías donde aparecen productos más modernos, variados y refinados acompañados por creatividad, materias primas de alta calidad y técnicas de elaboración muy cuidadas.
El local de Martinelli Obrador Argentino. Foto: Lucía Merle
Carlo Contini es un italiano que desembarcó en el país en el año 2011. Dentro de sus valijas tenía algo muy valioso: un contundente curriculum gastronómico que reúne herencia familiar (su padre es un avezado cocinero profesional) y mucha experiencia acumulada en años de trabajo en cafeterías, heladerías y bares prestigiosos, en Italia y España.
Gracias a esta herramienta pudo empezar una nueva vida en Argentina dejando su huella en emprendimientos como Prado y Neptuno, Rey de Copas, Leopoldo, Peugeot Lounge y Vico que le dieron la posibilidad de conectarse con muchos profesionales del rubro. Uno de ellos es el chef empresario Manuel Barraza.
El elegante logo de Martinelli Obrador Argentino. Foto: Lucía Merle
La pandemia los unió en un nuevo proyecto focalizado en el café, helado y bollería. Lo dedicaron a la primera experiencia laboral de Contini realizada en un bar-pastelería histórico de Salsomaggiore Terme, Italia.
Crearon una fórmula que ensambla con equilibrio cafetería italiana, helado de altísima calidad con identidad ítalo-argentina y bollería contemporánea que fusiona técnicas y especialidades de Argentina, Francia, Italia y España.
Qué comer en Martinelli obrador argentino
El helado de Martinelli Obrador Argentino. Foto: Lucía Merle
El local es luminoso, moderno y agradable. Se usan harinas y azúcar orgánicos, huevos agroecológicos, jugos naturales, y café italiano. El menú es amplio y variado. El helado (veintiocho sabores) es elegante y aterciopelado. Una caricia.
Cada gusto expresa con claridad el alma de su ingrediente principal. Turrón, pistacho, café, chocolate amargo y sambayón (con nueces y pasas de uva) revelan la meticulosidad de la elaboración. Algunos gustos son permanentes y otros rotan según los productos de temporada disponibles. Muy agradable y refinada la presentación (en forma de flor abierta) del helado en cucurucho.
Los cannoncini de pistacho de Martinelli Obrador Argentino. Foto: Lucía Merle
La bollería es estrictamente artesanal. Cada especialidad requiere cuatro meses de pruebas antes de pasar al mostrador. Los cannoncini (cañoncitos) tienen hojaldre sutil y friable. Presentan cinco rellenos (pistacho, Nutella, crema pastelera, sambayón y chocolate de Piamonte) y variedad de toppings.
Las medialunas de grasa (pintadas con aceite de oliva) son una perdición. Las de manteca son perfumadas y fragantes. Cruffin (fusión entre croissant y muffin) delicioso. Croissants simples o de cacao, hojaldradas y gratamente mantecosas. Las manolitas (punta de las medialunas bañadas con cocholate belga negro y avellanas, chocolate blanco y pistacho) son una reversión española muy golosa.
Las medialunas de Martinelli Obrador Argentino. Foto: Lucía Merle
No faltan vigilantes, sfogliatella, maritozzo (pan brioche italiano relleno con crema) y sandwichería. Muy buenos combos para el desayuno.