Decidieron hacer el último intento y darle una vuelta al proyecto original, para ver si de esa manera funcionaba. Confiaron y planearon testearlo con gente real: «No teníamos plataforma, así que pusimos anuncios en Facebook Leads Ads donde la gente te deja sus datos. Los pocos que nos seguían nos conocían por las cajas con los ingredientes. Se sumaron 17 personas que compraron un pack de 10 cada uno, vendimos 170 platos en tres días, ¡mucho más que lo que habíamos vendido antes! Después llamamos uno por uno para que nos cuenten qué les había parecido», cuenta Tomás que cuando vio la recepción de los clientes se animó a dar el salto. En enero de 2018 ambos renunciaron a sus trabajos para dedicarse 100% a Simpleat. El crecimiento fue abrumador, tuvieron que empezar a ofrecer packs, lanzar más productos y contrataron una chef especializada en esta modalidad de cocción para que se encargara de la confección de los menúes.
La producción
El emprendimiento cuenta con un centro de producción, donde se cocina como si fuera en la casa. Después, la comida pasa por un proceso de envasado al vacío y, después, de ultra congelado, que logra que no se pierda el sabor y que se conserven los nutrientes. Además, tienen un lugar de picking y packing, donde se arman los pedidos que luego distribuyen, y un local en el Mercado de Belgrano, que pusieron gracias a que resultaron ganadores del concurso POTENCIATE Gastronómico.
Más que comida, vender felicidad
«Nuestro logo es una sonrisa. Hay una felicidad que tenemos que poder transmitir para que la experiencia sea perfecta. En eso nos pusimos súper rigurosos. Le damos mucha importancia a la atención de nuestros clientes. A la encargada de todo esto, Sofi, decidimos llamarla gerenta de felicidad, porque creemos que la experiencia tiene que estar buenísima», cuenta Tomi y agrega: «No significa no cometer errores, tiene que ver con cómo los resolvemos. No tenemos ni una queja online, porque todo se soluciona de una manera mucho más rápida y el cliente ve que la empresa no quiere hacer algo para afectarlo, sino que quiere ayudarlo».
Pensando siempre en el equilibrio de las personas, Simpleat tiene tres pilares fundamentales: alimentación saludable, salud mental y física (relacionada con el entrenamiento y el sentirse bien con el cuerpo) y cuidado del medio ambiente con un impacto positivo en la sociedad. Cada movimiento que ellos realizan tiene que impactar en estas tres áreas, porque están convencidos de que si quieren ver una transformación, tienen que fomentar esos cambios.
«Entendimos que lo que teníamos podía ayudar a muchas personas. Empezamos a trabajar con la fundación FORMAR y con Felicitas Pizarro, quien amadrina esta acción . Vinieron chicas del barrio Iapi, en Quilmes, a producir en nuestro centro. Nosotros entregábamos en toda la ciudad y ellas se quedaban con las ganancias. Nos dimos cuenta de que podíamos generar un beneficio para la sociedad. Esa fue la primera experiencia. Ahora estamos pensando en sumar a más de 200 familias de productores locales que cosechan sin agrotóxicos y sin agroquímicos. Queremos que la empresa tenga un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente», explica Tomás.
Otro de sus desafíos tiene que ver con el desperdicio. En Buenos Aires se desechan un poco más de 400 mil platos de comida por día y su deseo es disminuir esa cifra: «Al producir todo congelado no hay prácticamente desperdicio en la producción y si bien nuestras comidas vienen en una bolsa de plástico, es un plástico especial que hace que se puedan comer sin aditivos, sin conservantes, como cualquier comida casera. Queremos que vos vivas simple, que te sientas bien con tu cuerpo, que comas saludable, que hagas ejercicio y que impactes positivamente en todo esto que hagas. No queremos ser la mejor empresa del mundo, queremos ser la mejor empresa para el mundo».
Crecimiento
Simpleat está en pleno proceso de expansión: quedaron en Start-Up Chile y van a recibir una inyección de 40.000 dólares para hacer un Soft Landing y testearlo en el país vecino. En los próximos años van a escalar en 3 países más (Chile, México y Colombia) y para el 2020 planifican vender, por lo menos, 160.000 platos en todo el año. El desafío está planteado y ellos no dudan en ir por más: «No hay límites para lo que queramos crear», cierra Tomi.
EN NÚMEROS
- Arrancaron vendiendo 200 platos por mes, hoy venden arriba de 7000 mensuales.
- Su oferta comprende más de 35 platos.
- $250 es el precio promedio de cada uno.
- 85.000 dólares fue la inversión inicial.
- En lo que va de 2019 ya llevan vendidos 80.000 platos.
- 17 personas trabajan en la empresa.
- Distribuyen diariamente en CABA; Vicente López y San Isidro.
- Los envíos se realizan de 19 a 22, cuando las personas vuelven a sus casas.
- https://simpleat.com.ar / – IG: @ simpleat_ar
Local: Juramento 2527, Local 63, CABA. Podés hacer tu pedido online y pasarlo a buscar, de lunes a viernes de 16:30 a 20:30.
Buen día , estoy buscando un proveedor de acelga y calabaza procesada lista para consumo .
Muchas gracias