Fuente – FEHGRA – El licenciado Guillermo Oliveto llevó a cabo una charla virtual que convocó a más de 200 empresarios hoteleros y gastronómicos de todo el país. Dijo: “Es altamente probable que en el mundo post coronavirus crezcan la prevención, la precaución y la previsión”, y opinó que el virus no afectará la libertad individual que impulsó la vida en el siglo XXI.
El 26 de mayo, bajo el título “Tendencias y Tensiones en el nuevo Habitat”, el reconocido especialista en tendencias sociales y de consumo Guillermo Oliveto se refirió a las posibles reacciones y decisiones de consumo que se impondrán a partir de la pandemia por el COVID-19. El encuentro se inscribe en el Ciclo de seminarios virtuales organizado, durante el período de cuarentena, por el Departamento de Capacitación y Formación Profesional, a cargo de la doctora Ana María Miñones, prosecretaria de la Federación.
Tres retos para reactivar
La disertación de Guillermo Oliveto concluyó después de más de 90 minutos de desarrollo con la siguiente reflexión especialmente destinada al empresario del sector: “Miraría qué pasa en Europa. La hotelería y la gastronomía estuvo tan afectada como en Argentina y es un sector muy potente al igual que acá, con patrones de conductas de los ciudadanos muy similar. Las ideas que venga de su experiencia van a ser aplicables. La segunda consigna es que el verdadero desafío está en llegar al otro lado, porque existe el ´otro lado´, hay un final del túnel, otra orilla. Europa ya está ahí, es probable que EE.UU. llegue pronto. Y por último el desafío es generar el deseo del consumidor, contemplando el legado que va a dejar esta crisis relacionada al mayor registro de la cuestión higiénica y preventiva. Pero la gente no va a querer ir a hospedarse o a comer en un quirófano, sino en lugares cálidos, que lo hagan sentirse bien y seguros. La higiene pasa a ser un eje central”.
Modo Austero
Antes de llegar a este diagnóstico, Guillermo Oliveto llevó a los más de 200 empresarios hoteleros y gastronómicos conectados a la aplicación Zoom por distintas aristas de la realidad en la que está Argentina y el mundo debido al COVID-19, y para hacerlo apeló a la referencia que ofrecen destacados filósofos, historiadores, sociólogos o psicólogos, que comprenden con sabiduría la esencia de los fenómenos puestos en contexto.
Para comenzar citó al filósofo alemán de la Ilustración Immanuel Kant, quien dijo: “Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar”. La frase le sirvió de puntapié para analizar la incertidumbre que se siente por la crisis sanitaria. Se refirió a las diferentes realidades que ya viven las ciudades del país, que pintan un mosaico que, si ya era complejo, se complejiza un poco más: “La reapertura gradual y progresiva abre el interrogante sobre la respuesta que tendrán los consumidores. Lo que suceda con cada uno de los sectores dependerá, primero que nada, de cuándo sean autorizados a funcionar, y luego de cómo los afecte la tensión ‘miedo/deseo”, en relación con construir una experiencia que resulte segura, con el denominador común de tener un poder adquisitivo acotado por la crisis.
Habló puntualmente de la hotelería y la gastronomía: “Es uno de los sectores más golpeados. El primero que tuvo que cerrar y, en muchos casos, el último que va a abrir, esto está pasando en el mundo. El escenario es tan complejo que obliga a poner lucidez y creatividad por parte del empresario”, que en muchos casos está tratando de “buscar alguna variable que permita mover la caja y el ánimo”.
En este punto del análisis expresó que es importante saber dónde estábamos antes del Coronavirus. Según una medición realizada por su consultora el 9 de marzo pasado, antes de la cuarentena, “la gente estaba con mucha incertidumbre. Se esperaba mayor dinamismo de la economía, pero no había ocurrido”. La sensación era que “estar igual, es estar peor”. Habló de una temporada estival buena, tal vez más en volumen que en rentabilidad; y de un escenario económico complicado desde 2016: “A partir de la subas de tarifas, la reacción de los consumidores fue cuidar más el dinero, ponerse en modo austero”. A partir de 2019, según su análisis, se produce una “maduración de esa austeridad”, que tiene que ver con evaluar dónde vale la pena gastar dinero, no como algo restrictivo sino con la idea de “sensatez”. En este escenario comenzaron a tener éxito las propuestas low cost, los outlet premium, las segundas marcas en consumo masivo, las llamadas fast fashion -como Zara o H&M-, entre otras: “Con esa sensatez, orden y control estaban comprando los argentinos antes del coronavirus, y con expectativas moderadas para el 2020”.
Sobre llovido, mojado
Entonces se preguntó cómo nos impacta la llegada del coronavirus con una Argentina estancada desde 2011. Profundizó: “A nivel global nos dimos cuenta de que el sistema era más frágil de lo que pensábamos. Se paró de trabajar, de fabricar, de viajar, se cerraron las fronteras, se dejó de consumir… Pasamos de un mundo abierto a uno cerrado. Sucedió algo inédito y surrealista en la democracia occidental, nada menos que 2500 millones de personas se pusieron en cuarentena. Ante el confinamiento, las sociedades aceptaron y aprobaron el aislamiento desarrollando múltiples conductas adaptativas”.
Citó al sociólogo francés contemporáneo Alaine Touraine, quien dijo “El final de un mundo, no es el final del mundo”, con el debate entre quienes consideran que el mundo va a cambiar por esta pandemia y quienes dicen que a la larga el mundo seguirá siendo el mismo. Su pensamiento está en sintonía con esta segunda idea: “Habrá que convivir con algunas de las cuestiones que introdujo este virus por algún tiempo”. Y reflexionó sobre el escenario que propuso 2009, con la gripe A, la sequía, la caída de la cosecha, la pelea con el campo, la baja del precio de la soja, la suba de desempleo, y una crisis financiera global: “El mundo, cada tanto, se pone en modo catástrofe”, dijo.
Para hacerlo más claro, leyó una frase que el historiador israelí Yuval Noah Harari dijo el último 10 de abril: “No es la Edad Media. No es la peste negra. No es como si la gente estuviera muriendo y no tuviéramos ni idea qué los está matando y qué se puede hacer al respecto. La humanidad tiene todo lo que necesita para contener y vencer esta epidemia”.
Siempre que llovió, paró
Guillermo Oliveto se refirió a las grandes transformaciones sociales y culturales que impulsaron la vida del siglo XXI basada en la libertad, como el capitalismo, la democracia, el consumo masivo, el feminismo, la tecnología, la ciencia y la comunicación: “Podemos suponer que la humanidad no va a entregar todos estos logros por un virus, ésta es nuestra hipótesis”, dijo, y agregó que el COVID-19 dominó la agenda global por tanto tiempo, que cuando termine la crisis sanitaria nadie va a querer escuchar la palabra nunca más.
“Es altamente probable que en el mundo post coronavirus crezcan la prevención, la precaución y la previsión. En este sector habrá que ponerle la lupa a la limpieza y tienen el desafío de reconstruir el deseo de la gente de volver a compartir un café, cenar afuera, hospedarse en un hotel…”.
Agregó que hoy la realidad económica plantea una caída del PBI mundial del -3% en 2020, pero se proyecta un incremento de +5,8% en 2021. Puso algunos ejemplos, en Asia, China cerrará 2020 con +1,2% del PBI, mientras que en 2021 crecerá +9,2%; en Europa, Alemania caerá este año el -7%, e incrementará el año próximo el +5,2%, entre otros. En América del Sur, agregamos dos panoramas. Brasil tendrá -5,3% en 2020, y +2,9% en 2021; mientras que Argentina cerrará 2020 con -5,7% y crecerá un +3,4% en 2021.
Para cerrar, compartió el pensamiento de varios pensadores. Entre ellos citó al filósofo coreano contemporáneo -quien escribe en alemán- Byun Chul Han, quien dijo: “El virus no vencerá al capitalismo. Pero sí esta crisis está dejando ver todo esos ámbitos donde tenemos que reconsiderar nuestra forma de ser y estar en el mundo”.