Fuente: Cronista ~ Algunos bares y restautantes empiezan a evidenciar la falta de personal ante contagios masivos. Esto se agrava como consecuencia de una alta rotación el en sector. «Hoy no se consiguen empleados», aseguran.
Legaron los primeros fríos y los casos de Covid, como era de esperarse, comenzaron a dispararse. Los empresarios gastronómicos hacen malabares para mantener sus locales funcionando. Es que a la constante rotación de personal se suman ahora las bajas por casos positivos.
Según los últimos datos relevados por el Ministerio de Salud de la Nación, los casos de Covid casi se triplicaron en las últimas tres semanas. Mientras el domingo 8 de mayo se habían informado 17.646 casos positivos esa semana, desde el 22 al 29 de mayo esa cifra escaló a 51.778.
Lo cierto es que, si bien los empresarios gastronómicos cuentan con más herramientas, como consecuencia de la experiencia vivida, el impacto se siente.
«Hoy hay una fuerte crisis en el sector en cuanto al personal. Esto se dio como consecuencia de la pandemia y no logró normalizarse: mucha gente se vio tan perjudicada que hizo su propio emprendimiento, se volcó a otros trabajos como Uber, se fue fuera del circuito y generó falta de personal», explica Carolina Giannattasio, consultora gastronómica.
«Se trata de una problemática a nivel mundial. Pero, ante las olas de Covid queda en evidencia. Algunos locales debieron cerrar en algunos turnos por no tener personal disponible para abrir», agrega al respecto, Sebastián Ríos, director de Grupo Gastronómico Re, que administra la marca Almacén de Pizzas.
Hoy hay dos problemáticas que preocupan al sector gastronómico: el primero tiene que ver con la inflación y el segundo; según explican los empresarios del sector, es en torno al Covid.
«Mucha gente durante los meses que la gastronomía estuvo cerrada, se volcaron hacia otras industrias. Esta problemática hoy ocupa un segundo lugar, después de los aumentos. Es difícil conservar hoy a los empleados», agrega Ríos.
Por qué falta personal
La pandemia generó un fuerte éxodo de personal hacia otras industrias. Pero lo curioso, es que pocos son los que volvieron hacia sus antiguas tareas.
El principal problema son los sueldos. «Los salarios realmente son malos. Nosotros tratamos de proponer otro tipo de incentivos que retengan al personal. Por ejemplo un día extra franco o la oportunidad de ir a comer a lindos lugares«, agrega Giannattasio.
«Hoy las generaciones más jóvenes se involucran con el trabajo de otra forma. Es difícil lograr que permanezcan en los mismos puestos durante periodos largos. Hay que entender que hubo un cambio generacional y hay que estar preparado para eso«, finaliza la consultora.
«Hay que entrevistar a posibles candidatos constantemente. Hoy no necesitas una persona, pero esa situación cambia en una semana», concluye.
El impacto de la cuarta ola…
En 2020, como consecuencia de la pandemia, en la Ciudad de Buenos Aires, desaparecieron 2500 negocios y 22.000 puestos de trabajo, según la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc).
Se perdieron más de 150.000 puestos de trabajo. La baja representa un 20% del rubro, de acuerdo a la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), el gremio que lidera Luis Barrionuevo.
Pero en 2021 esos números empezaron a revertirse. Claro que las diferentes olas generaron temor y un retroceso. En diciembre, muchos negocios permanecieron cerrados durante algunos días por falta de personal. Hoy, esa escena empieza a repetirse.
«Empieza a hablarse de la cuarta ola. Se siente entre los colegas. Entre las empresas de la misma marca lo que se suele hacer es reorganizar el personal. Eso es lo bueno que tienen las franquicias», finaliza Susana Perrota, presidente de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF).