Fuente: Clarin Gourmet by Gimena Pepe Areas ~ Hace tiempo que las redes sociales reflejan tendencias de consumo. Si un producto tiene millones de likes o visualizaciones, es muy probable que aumente sus ventas. Sucedió con el pan nube, el café Dalgona y ahora es el momento del bubble tea. Una bebida a base de té con leche dulce, muy vistosa e ideal para ser fotografiada y compartida con los seguidores.
Pero, a diferencia de otras bebidas a base de té, los largos vasos tienen algo distintivo, unas bolitas oscuras que se bambolean en la base. Son las llamadas «perlas» de tapioca, la fécula granulada que se extrae de la raíz de la mandioca. Se mezclan con azúcar y tienen una consistencia gelatinosa.
Lejos del ritual british del emblemático five o’clock tea, esta infusión se toma de parado y con aire descontracturado. Es por eso que atrapó tanto a los jóvenes argentinos, que, con tal de probarlo, hacen colas de una cuadra bajo el implacable sol del verano para conseguirlo.
El bubble tea (literalmente «té de burbujas», aunque no tiene burbujas) surgió en Taiwán hace unos cuarenta años, pero fue gracias a las redes sociales que se volvió un fenómeno global. En TikTok hace rato que es un boom, pero en Buenos Aires, la apertura de un local en el Barrio Chino (en Juramento al 1600, Belgrano) en diciembre pasado desató un nueva moda.
En el final de 2020, pese a las dificultades de un año atravesado por la pandemia del Covid 19, Lucas Lu y su novia Jennie Lam (respaldados por un grupo empresario argentino que prefiere el anonimato), apostaron a esta bebida al inaugurar Oh! Tea. Hicieron diversas pruebas asesorados por una experta en el tema, Fernanda Chan, para que el producto saliera perfecto. La apuesta resultó un éxito rotundo que revolucionó al barrio.
Desde el primer día que abrieron las puertas notaron que su pálpito empresarial no había fallado. Tuvieron que cerrar dos horas más tarde por no tener suficiente stock para la demanda. Ahora, apenas un mes después de la inauguración, ya superaron la proyección que esperaban.
El local abre de martes a domingo durante 10 horas (de 9.30 a 19.30 hasta el viernes y de 10 a 20 los fines de semana) y vende un promedio de 1.000 unidades por día, a razón de 100 por hora, despachadas ágilmente por un equipo de cuatro empleados por cada turno.
Además del bubble tea clásico, en Oh! Tea tienen variantes con chocolate, distintos tipos de té y coberturas o «toppings» de crema, que se venden en vasos de 500 y 700 cc a un precio entre $ 230 y $ 270.
Lucas señala que la mayor parte de los clientes tiene entre 16 y 35 años. En las filas en la vereda se destacan los adolescentes, pero algunos van en familia. Guadalupe Saborido (18) fue acompañada de su mamá y su hermano. “Me lo mandó una amiga de Tik Tok y ahí lo conocí. Hoy los traje a ellos para que lo prueben. Yo pido el clásico de las bolitas de mandioca, mi hermano el de las perlas de coco y mi mamá el frutal”, cuenta, antes de sacarse foto con su bebida para publicar en Instagram.
Por su parte, Lina Coronel (17), llegó desde Monte Grande atraída por las recomendaciones de sus amigos y, claro, por las redes. «Lo veo por todos lados… ¡lo tenía que tomar!”, comenta. Es tanto el furor que, para cumplir con las recomendaciones vigentes en la pandemia, Lucas debe salir a la calle a cada rato para que los clientes no se agolpen y respeten la distancia social. Dentro del local solo se permiten 5 personas.
Cómo se hace el bubble tea
Como señalamos, la base del bubble tea es el té negro con leche, al que se le agregan las famosas «bolitas», que se obtienen a partir de la cocción de la fécula de mandioca con azúcar negra.
Por el boom de la bebida, hoy basta googlear «perlas de tapioca» para encontrar puntos de venta de los paquetes de marcas importadas (a razón de $ 500 los 250 gramos). También abundan los tutoriales en video explicando cómo preparar el bubble tea en casa, aunque el procedimiento no es sencillo y no siempre se logra la consistencia deseada.
En Oh! Tea sirven la bebida en vasos plásticos con sorbetes de papel con un diámetro superior al habitual. Sin embargo, muchos prefieren quitarle la tapa al vaso y tomarlo sin sorbete, porque las perlitas pueden atascarse ahí.
Ante la difusión de casos internacionales de personas que habían tenido problemas de salud por tomar bubble tea, en este local recomiendan que los menores de 12 años lo consuman acompañados por un adulto, y sugieren no dárselo a menores de 3.
Afortunadamente, en Argentina no se registraron hasta el momento casos con este tipo de consecuencias y la tendencia de consumo está en pleno crecimiento. Tanto, que Lucas y Jennie ya preparan la apertura de nuevas sucursales en el centro de la ciudad, Palermo y zona norte de Gran Buenos Aires.
Consultado sobre la posibilidad de incursionar con el mate, Lucas sonríe y dice que “por supuesto, ya está en marcha”. Habrá que esperar unos meses para probar la nueva bebida fusión entre Taiwán y Argentina.