Fuente: El Popular ~ Se trata de una propuesta que busca regular el cobro del «servicio de mesa» en restaurantes a nivel provincial. En la iniciativa también se incluye a los consumidores celíacos y a quienes eligen la sal sin sodio. El sector gastronómico olavarriense se mostró expectante si se convierte en ley el proyecto.
El objetivo es ampliar el servicio de mesa como se lo conoce comúnmente, e incluso brindarle la posibilidad al consumidor de exigir ciertos requisitos y concederle además, la potestad de rechazarlo y librarse de la obligación de pagarlo. En los casos en los que está detallado, porque en algunos lugares para comer de nuestra ciudad, está incluido dentro del precio del menú.
La controversia nace de los requisitos. ¿Qué es lo que se tendrá que incluir dentro del «servicio de mesa» si la iniciativa se convierte en ley provincial? Postula concretamente que los comercios en los que se sirvan o expendan comidas, «que adicionen junto con la facturación de los productos ofrecidos un monto extra o cargo», atribuido a «servicios de mesa, cubierto o cualquier otra denominación equivalente», deberán poner a disposición de los clientes, como mínimo, un cuarto litro de agua potable; pan tradicional y/o dietético «a elección del cliente»; un panificado apto para celíacos -libre de gluten-; y un recipiente con sal libre de sodio, como opción a la tradicional. Si no lo hacen, no podrán siquiera empezar a pensar en cobrar un plus.
«El servicio de mesa es cero»
César «Tino» Spitale, quien está a cargo de la parrilla Los Amigos, ubicada en la calle de acceso de Racing Atletic Club dijo que «nosotros normalmente nunca lo cobramos, se le llama servicio de mesa a la panera, la mantelería y la atención». Desde hace casi 12 años –lo celebran en febrero-, nunca lo ha cobrado. «Es una atención con el cliente» consideró.
Además, estos costos que cubre «el servicio de mesa» como la lavandería de los manteles, la panera y aderezos en algunos casos, suelen estar incluidos en los precios del menú; si es que no figuran en la carta exclusivamente como «cubierto» o servicio determinado. Es el caso por ejemplo de César que contempla esos costos dentro del precio de la carta.
El proyecto busca fijar las condiciones del servicio a nivel provincial. Jorge Mario Rodríguez, secretario general del Sindicato Gastronómico local relató que «en algunos lugares se cobra y creo que está bien».
«El cubierto toda la vida se cobró. Normalmente en la carta figuraba el valor y se sabía lo que era, que era el aderezo, la servilleta y el pan. En algunos restaurantes se cobraba y en la carta venía detallado» mencionó Rodríguez.
La norma también prohíbe cobrar cubierto a los menores de 12 años, y fija como tope para su cotización por persona adulta el precio de medio kilo de «pan de fonda promedio general, tal como lo publica la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires» -actualmente, una cifra cercana a los $35-. Para ese cálculo monetario, se aclara, se considerará «el precio del pan de fonda promedio general publicado el primer día hábil del mes en que se cobre el servicio de mesa».
Los requisitos
Resalta el hecho que en el proyecto se incluya a los consumidores celíacos. Afortunadamente en nuestra ciudad hay varios lugares donde se contempla la opción, aunque no se la ofrece. «Nosotros tenemos un menú para celíacos. Y a su vez tenemos galletas de arroz en la panera, con y sin sal. También tenemos la sal sin sodio y si la piden está» aseguró Spitale.
Por su parte Rodríguez desde el sindicato de gastronómicos sobre estos puntos consideró que en general no están contemplados actualmente dentro de las ofertas en la ciudad, y alentó a que «se pongan a disposición del cliente». Tanto las opciones para personas con celiaquía, como la sal sin sodio y el cuarto litro de agua.
«En algunos lugares está la comida para celíacos. No se ofrece, pero si se pide, está» aseguró Rodríguez.
«Nosotros tenemos especial atención en el menú para celíacos que tenemos» indicó Spitale. Y siguió «en no contaminar con gluten. E incluso también volvemos a fajinar los platos delante del comensal. Tomamos esos recaudos» manifestó. También ya tienen incorporada la sal sin sodio en su servicio.
Si se convierte en ley, tendremos que acatarla
Aunque algunos referentes del sector gastronómico local consultados hicieron conocer su descontento con la iniciativa, al mismo tiempo se mostraron expectantes que se apruebe o no. Lo cierto es que este proyecto provincial impulsado por el diputado oficialista Guillermo Bardón, establece que esa canasta de productos, aún cuando cumpla con los requisitos, podrá ser rechazada por el comensal «sin perjuicio de hacer uso de las demás prestaciones» que brinde ese bar o restaurante.
«De convertirse en ley, acá no creo que se ofrezca resistencia porque al fin y al cabo el que elige y lo termina pagando es el cliente» cerró Rodríguez. Y en la misma línea, desde el sector gastronómico quienes miran la iniciativa con recelo, aceptan que si se convierte en ley se tendrá que cumplir con todos los requisitos.