Fuente: IProfesional – Con humor, calidad y variedad, una parrilla de Villa Pueyrredón ofrece platos incluso a menos de $4.000 para que salir a comer no sea un lujo. Las opciones.
En el corazón de Villa Pueyrredón, sobre la transitada avenida Mosconi, La Chancha y los veinte, desafía la recesión económica del país con menús y precios anticrisisque llamaron #No hay plata, esta Parrilla & Restó ofrece opciones de hasta $6.790 haciendo que salir a comer sea un placer accesible para todos los bolsillos.
Fundada en 2018 en el antiguo taller del legendario piloto de Turismo Carretera, Ricardo «Bocha» Domínguez, La Chancha y los veinte con su ambientación campestre en la ciudad y sus 700 metros cuadrados para recibir a unas 150 comensales, se convirtió en un punto de encuentro para los vecinos amantes de la buena carne y platos abundantes.
Sin embargo, desde julio del 2023, la inflación en alza y la caída del consumo, empezaron a afectar al negocio con una clara disminución de clientes, incluso en diciembre, que por las fiestas de fin de año es unos de los mejores meses para el rubro. Por lo que los responsables de la parrilla decidieron hacerle frente a la situación e innovar con un menú acorde a la situación.
Así nació el menú DNU, haciendo alusión al mega Decreto de Necesidad y Urgencia del presidente Javier Milei y por el que con apenas unos $18.790, cuatro personas pueden deleitarse con una parrillada que incluye vacío, mollejas, provoleta y papas fritas.
¿Qué plato se puede pedir desde $3.990 pesos?
A esta propuesta le sumaron #No hay plata (pero la Chancha te acompaña), una opción de platos individuales como parrillada, milanesas, ribs de bife de chorizo, hamburguesas o el clásico asado banderita, con precios que oscilan entre los $3.990 y los 6.790 pesos.
«Los nombres de los menús tienen que ver con ponerle un poco de humor al contexto. Es que en La Chancha y los veinte, el buen humor y la calidad gastronómica van de la mano. Por suerte así también lo entendieron nuestros clientes», comenta Leandro Fiaschi, el encargado del local desde sus inicios.
MILAburante de carne con papas fritas por $3990, Pollo obrero con puré por $4990, Banderita obrera con fritas por $5590, Parrilladita no má con Banderita, chori, chinchu y riñón con fritas pa’essplotar por $6790 y Amor de verano: Provoleta, Chori y aMorci Bombón por $3690, son solo algunos de los ingeniosos nombres y convenientes precios.
«Son platos individuales, pero así y todo son abundantes, por lo que también podrían compartirse. Además, no cobramos cubierto», avisa el encargado.
El resultado fue evidente: hasta enero la caída de la actividad era del 30%, pero con el menú anticrisis, en febrero tuvieron un recupero del 15% y en marzo llegaron a los mismos niveles de marzo del año pasado.
La Chancha, los veinte, los precios anticrisis y la máquina de hacer chorizos
La pregunta del millón es cómo lograron esos precios en tiempos incertidumbre económica. La clave, asegura Fiaschi a iProfesional, radica en el sólido vínculo con sus proveedores que inmediatamente accedieron a apoyarlos.
«La premisa fue que la calidad no se negocian y su rol es tan importante como el trabajo del equipo y la comunicación que hacen que hoy podamos llenar el salón», explica.
En conjunto con los proveedores, por ejemplo, desarrollaron ribs de chorizo, el Costillarcito, como lo llaman ellos. Cuando el proveedor saca el bife de chorizo no lo deshuesa del todo dejando carne entre los huesos; un kilo de carne de primera calidad, describe. El bife de chorizo -continúa-, también se presenta en 350 gramos para una sola persona.
Con sus precios anticrisis la parrilla no solo logró frenar el freno de la actividad, sino que volvió al mismo nivel que tenían en marzo del año pasado
«Algunos nos dicen que está buenísimo, pero no creen que sea bife de chorizo por el precio, lo mismo nos pasa con el asado banderita», cuenta entre risas.
Con la comunicación el éxito de La Chancha y los veinte no pasó desapercibido. Con clientes que llegan de todos los rincones de la zona AMBA, el equipo de 19 personas trabaja incansablemente en la parrilla donde ahora la gente hace cola para entrar. Tanto es así, que el pasado fin de semana, estrenaron vajilla nueva, pero no les alcanzó por a la inesperada avalancha de comensales que fueron recibiendo y debieron recurrir a la vajilla que ya venían utilizando.
«Estamos felices, pero desbordados», resume el encargado, quien intuye que pronto tendrán que contratar más personal para sostener la calidad también de la atención.
Con sus precios anticrisis, La Chancha y los veinte refleja así un equipo comprometido con su propuesta gastronómica y la satisfacción de sus clientes, sin desatender la incertidumbre económica actual.