En Mataderos, un bodegón donde comer un suculento sándwich de milanesa de 50 centímetros

Fuente: Clarín Gourmet by Gimena Pepe Arias – Tiene diez años de trayectoria, funciona en un local donde cantó Gardel y es atendido por sus dueños.Toda la comida se elabora a diario con productos frescos y hacen cocina «como la de las abuelas».

Platos abundantes, un gran horno de barro y el empuje de los dueños son los tres pilares del éxito de La Ochavita, el bodegón que funciona desde hace 10 años en el barrio porteño de Mataderos.

Clima familiar, mesas coloridas y precios razonables complementan la oferta que es bien recibida por los vecinos que se agolpan en la esquina a la espera de una mesa.

Para que todos puedan disfrutar de las pastas caseras o las carnes horneadas con sabor ahumado es necesario reservar lugar. No obstante, se forman filas de clientes que llegan a la espera de la baja de alguna reservación o para lograr entrar en otro turno.

La historia de La Ochavita

Esta es una historia de amor. De amor de pareja, de amor por la gastronomía y de amor por el barrio. Sebastián Frigerio y Mariana Pallotti se conocieron trabajando en un restaurante. Compartiendo sus saberes culinarios se enamoraron y decidieron poner dos bares: uno en San Miguel y el otro en Martínez. Todo marchaba bien pero les resultaba agotador el viaje que tenían desde Mataderos, donde residen, hasta el trabajo.

En ese momento Sebastián se dio cuenta de que el lugar donde tenían que tener su emprendimiento debía ser su querido barrio. El barrio que lo vio crecer y jugar a la pelota con sus amigos.El salón de el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. El salón de el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Así llegó al local que se ubica en la intersección de Pieres y Bragado. Una esquina que supo ser un restaurante pero que antiguamente era un bar. “Este lugar originalmente es del año 1.938. Enfrente, donde ahora hay una torre, estaba el mercado Demarchi que tenía tres salidas”, explica Sebastián y aclara que “era el mercado más importante de Mataderos y su local era el bar del mercado”

Con 47 años, el dueño del bodegón no vivió esa época donde los trabajadores se acercaban al bar en busca de un descanso. Pero algunos vecinos del barrio sí y le han contado que cantó Gardel en ese local.

Actualmente formaron una familia con tres hijos que viven a la vuelta del negocio que “es como su casa”. Así lo cuidan, lo miman y lo valoran. “En 10 años pasamos de todo. Crisis, pandemia, pero acá estamos”, dice Mariana y continúa: “Los clientes son muy fieles y les gusta que seamos del barrio”.La ambientación del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. La ambientación del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Los primeros años fueron los más duros. Darse a conocer, buscar el perfil de negocio que ellos querían y equilibrar con lo que el barrio demandaba. Poco a poco, se fueron adecuando a las circunstancias y llegaron al equilibrio: un bodegón que es punto de encuentro de amigos y familias.

Para garantizar la frescura de la oferta culinaria hacen las compras a diario. Todos los productos frescos se eligen por la mañana. “Nos gusta hacerlo así, comprar lo que pensamos que le va a gustar a la gente. Lleva más tiempo y a veces no es tan rentable, pero yo salgo de compras todos los días”, señala Sebastián.

Lo únicos proveedores que tienen son los que llevan el vino y las gaseosas. “Creo que ahí está un poco la clave. Comprar fresco y vender fresco todos los días” enfatiza Sebastián destacando que “odian el microondas y la comida recalentada”.Vino y soda en el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. Vino y soda en el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Una cocina a la vieja usanza, la cocina de las abuelas. Donde todo se elabora en el momento. Lo único que tienen precocido son las carnes al horno de barro las cuales llevan de 4 a 6 horas de cocción. Una vez comandadas, se terminan de cocinar con el calor del horno de barro.

“Cuando vas a la casa de tu abuela, te hace los buñuelos en el momento, no te los trae a los 5 minutos”, dice Mariana sosteniendo la idea de que el que quiere comer rico y fresco, debe esperar. “Las salsas se hacen en el momento, no tenemos ninguna pre hecha”, agrega.

La clientela es variada. Se acercan de barrios aledaños y otros más lejanos, pero los vecinos son quienes copan la parada. “Se formó una comunidad muy linda. Entra gente y ves que no solo nos saludan a nosotros sino que empiezan a saludar a otra mesas”, dice con orgullo Mariana. La fachada del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. La fachada del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

De hecho, en ese salón que en lugar de banderines tiene delantales de cocina colgando y muchos objetos antiguos como una máquina de escribir o una tabla para lavar la ropa, se han forjado fuertes amistades que perduran con el correr de los años.

La premisa para ir a La Ochavita es reservar. La mesa se guarda por 10 minutos y ahí se abre paso a la gente que forma fila esperando entrar.

Qué comer en La Ochavita

De las entradas las más pedidas son los buñuelos de verdura ($ 3.300 , la porción de 12 unidades), empanadas clásicas ($ 780) o las especiales ($ 950) y las provoletas. Utilizan una rodaja de 400 a 500 gramos de queso provolone. Se puede pedir al oreganato ($ 4300), La Ochavita (con jamón, morrón, rúcula y parmesano. $ 4800) y la “de los jueves” que lleva ajo, olivas negras, tomate fresco, morrón y albahaca ($ 4.800).

La cocina se destaca por el uso de horno de barro. “Casi todo pasa por el horno. Las papas, las milanesas, las pastas, se terminan de gratinar en el horno de barro”, dice Mariana.Los buñuelos del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. Los buñuelos del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Las porciones son abundantes y se comparten. Sugieren pedir una entrada y un principal cada dos comensales.

Aunque el calor ya se haya instalado, la carne al horno es una constante. Ofrecen pechito de cerdo con salsa barbacoa o mostaza y papas al plomo ($ 9.900, para 2), bife de chorizo especial con jamón, cebolla, mozzarella, morrón, papas y dos huevos fritos ( $ 9.900, para dos) y vacío a lo grande con 6 horas de cocción, cebollas y morrones asados ($ 7.500) entre otra opciones.

A veces, sale un especial dependiendo de lo mejor del mercado que es notificado a los comensales ni bien se sientan.Materias primas frescas en el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. Materias primas frescas en el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Una joyita de la carta es el sándwich compuesto por aproximadamente 5 pancitos miñones, milanesas, lechuga, tomate, jamón, queso y dos huevos fritos. Los casi 50 centímetros de emparedado son claramente para compartir. Cuesta $ 4.990.

Quienes quieran la versión al plato puede elegir entre 9 opciones con cubiertas diversas.

El salón tiene capacidad para unos 40 cubiertos, y dependiendo del clima, se suman mesas en la vereda. Quienes tengan un festejo especial pueden solicitar el salón privado (que está ultimando detalles, pero ya operativo) que tiene mesas, un sillón y baño privado. El menú es especial y contempla un poco de cada cosa de la carta. Desde la cocina aseguran que todos quedan muy satisfechos.Clima familiar en el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. Clima familiar en el bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Dentro de las pastas caseras hay agnolottis, fideos, lasagna (para dos que se hace en el momento, por lo que es ideal pedir una entradita. $ 8.200) y canelones ($ 6.300). Se pueden combinar con trece estilos de salsas diferentes.Los postres del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto. Los postres del bodegón La Ochavita en Mataderos. Foto: Martín Bonetto.

Para beber, gaseosa de litro, agua y sifones de soda. Vinos de tres bodegas seleccionadas con precios amigables al bolsillo, especialmente por Sebastián. También tiene algunas etiquetas extra para quienes quieran darse un gustito.

La Ochavita. Pieres 1399, Mataderos. Abierto de miércoles a sábados de 20 a 23.30. Sábados y domingos de 12 a 16. Reservas por mensaje directo de Instagram o por Whatsapp al 54-11-2520-8749. Pago en efectivo. Instagram: @laochavita

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